Los estudios demuestran que para dominar un idioma es preciso aprenderlo en un contexto social en el que el niño tenga exposición a estímulos y eventos vitales para llegar a dominarlo. Si ello se produce antes de los 5 años, que es cuando se desarrolla el 85% del cerebro, las probabilidades de éxito aumentan.

Una educación basada en el bilingüismo o en el multilingüismo aporta ventajas en el desarrollo de los más pequeños. Una de los grandes beneficios de aprender una segunda lengua cuanto antes y familiarizarse con su uso en cualquier actividad diaria es que el niño no solo será capaz de comunicarse con la seguridad y soltura necesarias para considerarse bilingüe, sino que también será capaz de relacionar conceptos más fácilmente y desarrollar la concentración y la memoria.

Además, a nivel cerebral, el bilingüismo temprano facilita el desarrollo de la corteza frontal del cerebro y ayuda a programar los circuitos cerebrales que le permitirán aprender nuevos idiomas en el futuro.

Asimismo, enriquece la comprensión y la capacidad lingüística progresa de una forma más veloz y prolongada, mejorando la atención, el uso de la información no verbal y la flexibilidad cognitiva.

No obstante, es esencial que, cuando la familia esté reunida y siempre desde el juego y la diversión, se sigan ciertas pautas para que los pequeños interioricen todo lo aprendido. Ver películas, leer y/o contar historias y cantar en el segundo idioma son actividades que, dentro de un ambiente distendido, ayudarán a que los niños se familiaricen con la nueva lengua y la integren en su rutina diaria sin problemas.

Desde el punto de vista cultural, el aprendizaje da cierta perspicacia entre los estudiantes de varios idiomas, ya que cuentan con una mayor facilidad para interiorizar aspectos culturales ajenos. Por su parte, hoy en día se convierte en una herramienta esencial para el acceso al ámbito profesional y académico.

La generalización de la educación en varios idiomas es, por tanto, un fenómeno que los padres deben tener muy en cuenta a la hora de matricular a sus hijos en un colegio u otro, ya que deben asegurarse de que el centro al que vayan a acudir los niños ofrezca la opción de una formación en otro idioma desde los primeros años de vida, para que este se incorpore al cerebro de forma fácil y lateralizada.

Y, es que, cuando se aprende una lengua no solo se adquieren unos conocimientos gramaticales, un vocabulario o unos verbos, sino que detrás de cada lengua hay una cultura, unas tradiciones y una forma de pensar distintas.