Muere a los 56 años Steve Jobs, el visionario cofundador de Apple

"Todo su amor fue para su mujer, Laurence, y para su familia. Nuestros corazones están con ellos y con todos aquellos que fueron tocados por su extraordinario talento", recogió la nota de Apple.

Jobs anunció su retirada el pasado agosto, dejando en manos de Tim Cook la dirección ejecutiva de la compañía. Su decisión sacudió los cimientos de Apple, ya que muchos le atribuyen directamente sus grandes éxitos comerciales.

"La inteligencia, pasión y energía de Steve fueron la fuente de las innumerables innovaciones que han enriquecido y mejorado todas nuestras vidas. El mundo es mucho mejor gracias a Steve", reconoció la compañía de la manzana.

A pesar de querer recordar incluso en un día como el de ayer su filosofía de que hay que "hablar de las tecnologías y no de las personas", Apple no pudo sino poner en marcha varias iniciativas para rendir tributo a su fundador. Además de atenuar la luz de los más de 300 comercios oficiales que tiene en todo el mundo -en los que también se proyecta la imagen de Jobs en las pantallas de sus dispositivos-, Apple incluyó una fotografía en blanco y negro de su fundador que acompaña con los años de su nacimiento y su muerte. Además, las tres banderas de la entrada de la sede de Apple en Cupertino (California), una estadounidense, otra de California y una tercera de la compañía, ondearon a media asta.

"Apple ha perdido a un creativo visionario y genial, y el mundo ha perdido a un ser humano maravilloso. Aquellos que hemos tenido la suerte de conocer y trabajar con Steve hemos perdido a un querido amigo y a un mentor inspirador. Steve deja una compañía que solo él podría haber construido y su espíritu será siempre el cimiento de Apple", continuó la empresa.

manzanas y velas 'digitales' Con flores, manzanas y hasta velas digitales en pantallas de iPads, los tokiotas rindieron homenaje a Jobs, aplaudido como un genio de la innovación por el mundo empresarial japonés. En la entrada del edificio de Apple del barrio comercial de Ginza, en el centro de Tokio, se amontonaban decenas de ramos de flores y algunos mensajes que, en inglés, daban las gracias al creador del iMac.

Decenas de periodistas y cientos de curiosos se agolparon ayer a las puertas de la tienda poco después de la puesta de sol, momento en que dos fans de Jobs levantaron en alto sus iPad para mostrar en ellos las imágenes de velas encendidas en su recuerdo.

Desde Estados Unidos, en un comunicado distribuido por la Casa Blanca, Obama rindió homenaje a alguien "entre los más grandes de los innovadores estadounidenses, lo suficientemente valiente para pensar de modo diferente, lo suficientemente osado para creer que podría cambiar el mundo y con el talento necesario para conseguirlo". A la reacción de Obama se sumaron las de numerosas personalidades y cientos de millares de usuarios que acudieron a la red de microblogs Twitter, así como a otras redes sociales, para rendir homenaje a uno de los grandes ídolos del siglo XXI.

La muerte de Jobs deja huérfana a Apple, que ahora se enfrenta al reto de sobrevivir a la ausencia de su visionario líder.

A pesar del golpe de efecto que supone esta pérdida, Apple encara la era postJobs como la segunda empresa más valiosa de EEUU, desde la tranquilidad de ver cómo sus beneficios se duplican de año en año y sus productos marcan la pauta a seguir en el sector.

A partir de ahora, cualquier producto de Apple se comparará irremediablemente con los tiempos de Steve Jobs, quien para muchos fue un gurú que asoció la imagen de su empresa a una filosofía de calidad y diseño que atrajo a millones de adeptos dispuestos a comprar cualquier cosa con el símbolo de la manzana mordida.

De hecho, Jobs no ha dicho su última palabra y se prevé que en los dos o tres próximos años la estrategia de Apple esté aún fuertemente asociada a los planes de su creador.