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Sara Francés Nicolay, joven turista de Peralta, fallece en la erupción del volcán Mayón en Filipinas

sara francés nicolay, de 31 años, escalaba el mayón con su novio,también fallecido, y más excursionistas Las autoridades locales confirmaron cinco muertos - El fallecimiento ha sido confirmado a través del consulado y el ministerio

Sara Francés Nicolay, joven turista de Peralta, fallece en la erupción del volcán Mayón en FilipinasEFE

pamplona. Los padres de la joven, que vive en Alemania, se comunicaron ayer por la noche con fuentes diplomáticas españolas, que no pudieron confirmar oficialmente su fallecimiento, aunque los servicios de emergencia y las autoridades locales de la provincia de Albay, en la que se localiza el volcán Mayón, ya citaron el nombre de la turista navarra entre las víctimas.

La muerte de Sara Francés ha sido confirmada por la alcaldesa de peralta, María José Vidorreta, quien ha expresado su pesar por lo sucedido.

La familia de la joven sospechaba que a ésta le podría haber pasado algo ya que se encontraba en la zona y no se sabía nada de ella, según la alcaldesa, quien ha comentado que su muerte les ha sido confirmada a través del consulado y el ministerio, con los que han permanecido en contacto en las últimas horas.

La familia está a la espera de que se realice la autopsia al cuerpo de la joven y de recibir noticias del consulado sobre la repatriación del cadáver. Ha agradecido al consulado de España en Filipinas la "espectacular" atención que han recibido desde que se produjo la desaparición de Sara y se confirmó esta madrugada su fallecimiento.

En concreto, el gobernador de la provincia, Joey Salceda, después de comunicarse con el secretario de Turismo Ramón Jiménez, confirmó que los excursionistas, siete de los cuales también resultaron heridos, fueron golpeados por las rocas expulsadas por el Mayón (2.460 metros), uno de los más activos de la zona. El responsable de la expedición explicó que los primeros turistas iniciaron la ascensión a las 4 de la tarde del lunes (hora local) y que llegaron al cráter a la 1 de la madrugada de ayer lunes. "Pasamos la noche allí y cuando ya nos habíamos alejados unos 500 metros del cráter se produjo la erupción".

73 segundos de erupción La explosión freática, que duró 73 segundos, se produjo al entrar el magma en contacto con agua en el subsuelo, provocando una súbita nube de vapor, ceniza y piedras, explicaron especialistas del Instituto Filipino de Vulcanología y Sismología (Phivolcs). Uno de estos expertos aseguró que este evento freático fue "muy pequeño. Es algo normal", y recordó que "una explosión freática es menos violenta que una erupción, y no se había registrado ningún seísmo en las últimas 24 horas".

Los habitantes de la zona también se vieron sorprendidos por la erupción. "Fue tan repentina que a muchos de nosotros nos invadió el pánico", explicó a los medios locales Jun Marana, conductor de autobús y padre de dos hijos. "Cuando salimos fuera de casa vimos aquella enorme columna de humo en el cielo", comentó.

sin alerta previa Las operaciones para rescatar los cuerpos de las víctimas, se detuvieron al atardecer y se reanudarán hoy por la mañana, de acuerdo con el gobernador de la provincia, quien indicó que el Instituto Filipino de Vulcanología y Sismología (Phivolcs) había establecido "un nivel de alerta 0" antes de la explosión, lo que significaba que "las erupciones volcánicas no eran inminentes".

Mayón es uno de los volcanes más activos y bellos de Filipinas y lo visitan cada año cientos de turistas en la isla de Luzón. La peor de sus 45 erupciones conocidas fue en 1814 y causó 1.200 muertos y enterró la ciudad de Cagsawa, bautizada desde entonces como la Pompeya filipina.

La última erupción del Mayón fue en el 2006 y no causó víctimas mortales, pero dejó una gran acumulación de restos que luego un tifón y lluvias torrenciales convirtieron en ríos de barro que mataron a 1.300 personas en la ciudad de Legazpi y alrededores.

LOS EQUIPOS DE RESCATE BAJAN DEL CRÁTER LOS CUERPOS Equipos de rescate empezaron a bajar hoy los cadáveres de los cuatro turistas europeos y el guía filipino que fallecieron la víspera cerca del cráter del volcán Mayon, tras una explosión freática.

El funcionario Duke Nuñes, de la administración de Legazpi, capital de la provincia de Albay, donde se levanta el Mayon, declaró a Efe por teléfono que dada la hora, cinco de la tarde (09.00 GMT), los cuerpos llegarán el jueves y podrán realizar un examen más completo para verificar sus identidades.

Según Nuñes, una de las víctimas es una española residente en Alemania y los demás son tres ciudadanos alemanes y el guía filipino Jerome Berin.

El funcionario filipino añadió que hubo ocho heridos y todos han sido atendidos y dados de alta, menos un turista tailandés que sigue internado en un centro médico.

Un total de 21 montañeros subían divididos en grupos por las laderas del Mayon el martes cuando se produjo la explosión freática, que sorprendió cerca del cráter a las víctimas mortales, que habían elegido la ruta Malilipot.

"Después de oír un estruendo, vi una nube de vapor bajando en nuestra dirección. Rocas ardientes empezaron a caer sobre nosotros. No sentía nada, lo único que pensaba es en que tenía que bajar, tenía que salir de aquí", relató después a la prensa uno de los guías filipinos que escalaban el volcán, según el diario "Inquirer".

Los supervivientes dieron la alerta y las autoridades enviaron equipos y tres helicópteros para colaborar en las operaciones de rescate.

El teniente coronel Pedro Francisco, de la Fuerza Aérea, explicó hoy a la prensa que por culpa del mal tiempo y el terreno los helicópteros no han podido recoger los cadáveres y se decidió bajarlos a pie.

A pesar de la explosión freática, las autoridades indicaron que no existe riesgo de erupción del Mayón, uno de los volcanes activos más bellos de Filipinas.

El funcionario Nuñez detalló que el Ministerio de Asuntos Exteriores se encargará del trámite de la repatriación de las víctimas con sus respectivos países.

La peor de las 45 erupciones conocidas de Mayón sucedió en 1814, mató a unas 1.200 personas y enterró la ciudad de Cagsawa, bautizada desde entonces como "la Pompeya filipina".