Síguenos en redes sociales:

El alquiler de habitaciones se expande por la crisis

Los precios de un espacio compartido oscilan entre los 150 y 300 euros La falta de alquileres sociales y su coste extiende un fenónemo que hasta ahora se circunscribía a estudiantes e inmigrantes

El alquiler de habitaciones se expande por la crisisCascante

pamplona - El alquiler de habitaciones ya no es sólo cosa de inmigrantes o estudiantes. La casa, hace unos años un espacio de intimidad individual e indivisible, se ha quedado tan grande y tan fría que ha abierto sus puertas a otras vidas compartidas. No hace falta tener una pareja o una familia para convivir con otros, para entenderse bajo el mismo techo. Despiezar la vivienda es una salida más que natural para muchas personas mientras que hacer frente a un alquiler o una hipoteca y a todos los gastos es, en este momento, un lujo al alcance de unos pocos.

La crisis ha obligado a buscar nuevas soluciones para un mercado necesitado, por un lado, de alojamientos económicos y, por otro, de propietarios o inquilinos que se ven obligados al copago de facturas o a disponer de unos ingresos extra abriendo su casa a nuevos huéspedes. También son cada vez más las personas que se deciden por alquilar la vivienda vacía en la fórmula de habitaciones en lugar de entera. Sobre todo cuando el tamaño de la vivienda impide su venta o alquiler. Un mercado copado tradicionalmente por estudiantes e inmigrantes ahora también es demandado por trabajadores.

Idealista.com (231 habitaciones en alquiler en Navarra), fotocasa.es (364 pisos compartidos y habitaciones), easypiso.com, alkila.net, segundamano.com (431 habitaciones entre profesionales y particulares) o pisos.com (1.394 habitaciones en alquiler en Navarra) son algunas de las webs que han proliferado en un sector que se mueve principalmente en Internet y en anuncios que se colocan en farolas por las calles.

La Plataforma de Afectados por la Hipoteca de Navarra tiene claro que el alquiler de habitaciones está siendo la "tabla de salvación" para muchas familias que han sido desahuciadas, asegura Tere González. Pero hay de todo. Iván es uno de los tres compañeros que comparten piso en Pamplona, pagan 850 euros y ahora alquilan la cuarta habitación para que en el reparto de gastos salga a 215 por cabeza, gastos aparte. "Todos trabajamos, pero el sueldo no da para echar cohetes, y llevamos varios meses que no encontramos a nadie: debe ser un mal momento", abunda.

María y su pareja se marcharon de una vivienda de Iturrama este año para alquilar otra en Erripagaña, más barata y en mejores condiciones. "Hay barrios como Iturrama en los que se ha pagado mucho dinero teniendo en cuenta el estado de viviendas que llevan 30 años sin rehabilitar", recalca quien ahora alquila una habitación para compartir gastos y con permiso de la dueña.

Como ventajas de esta fórmula figuran la existencia de un menor riesgo de morosidad por parte de los inquilinos, la posibilidad del propietario de renovar los contratos de alquiler con más frecuencia o la amplia acogida de esta oferta para estudiantes. Cuando se alquila un piso entero a este colectivo, son ellos quienes se esfuerzan por encontrar a otros inquilinos para pagar una cuota más reducida por cabeza. En cambio, cuando se alquila una vivienda por habitaciones es el propietario el encargado de buscar a un nuevo arrendatario, puesto que los demás seguirán pagando la misma cantidad de dinero. Hay habitaciones desde 150 euros aunque lo habitual es que oscilen entre los 200 y 300 euros, según gastos.

autorización El alquiler de habitaciones se regula por el Código Civil, a diferencia del alquiler de viviendas completas, que se rige por la Ley de Arrendamientos Urbanos. La duración será la que se pacte en el contrato sin que haya derecho a prórroga. En caso de venta, el contrato de alquiler de la habitación puede quedar extinguido y además el inquilino no tendría derecho de adquisición preferente de la casa. Quien haya alquilado un piso y quiera realquilar habitaciones debe contar con la autorización del propietario. Además, el contrato debe recoger qué habitación ocupará el inquilino, el precio y la forma de pago, la duración, qué servicios se incluyen en el alquiler (derecho a cocina, teléfono, Internet, etc.) y el reparto de gastos extra, o si el arrendatario puede subarrendar o no.