El EPPK propone dejar a cada preso que decida si se acoge a los beneficios legales
El Colectivo de reos plantea un debate interno que aspira a concretar la disposición aperturista mostrada hace tres años
pamplona - La dirección del Colectivo de Presos Políticos Vascos (EPPK, en sus siglas en euskera) ha propuesto a sus miembros dar “por bueno todo agrupamiento, todo acercamiento y toda excarcelación, aunque el agrupamiento sea parcial, el acercamiento no suponga el traslado a Euskal Herria y la excarcelación no sea definitiva”. En el documento remitido a los reclusos, la dirección abre la puerta a que cada reo decida qué pasos jurídicos dar siempre que la mayoría apruebe la propuesta general del EPPK, tenga el respaldo popular y no suponga ni “el arrepentimiento ni la delación”. Más aún y a expensas del contraste con la realidad judicial -de salida, el ministro del Interior español pidió ayer “firmeza” ante estos “eufemismos”-, el Colectivo abre la puerta a responsabilizarse de manera directa del futuro de los reos.
El documento, conocido ayer a través de Gara y Berria, se debatirá los próximos meses y llega tras unos años de “parálisis y confusión”, por lo que supone un nuevo paso en la línea que el EPPK emprendió tal día como hoy en 2013. Entonces anunció que estaba dispuesto, “dentro de un plan de actuación global, a estudiar y tratar la posibilidad de que el proceso que culmine con nuestra vuelta a casa se efectúe de manera escalonada, mediante compromisos individuales y en tiempo prudencial”.
SIN MESA BILATERAL El EPPK plantea apoyar a sus miembros si aprueban unos “procederes que hasta hace cinco años no admitía”. “La superación del conflicto no se dará en torno a una mesa bilateral”, reconoce el EPPK, que pide varias veces mantener un arrope popular que agradece y que se busca reactivar con iniciativas de decenas de exreclusos; la última, Kalera Kalera!.
Este documento base está fechado en noviembre, antes de la operación de Luhuso en la que la Policía francesa arrestó a cinco personas que iban a participar en una destrucción de parte del arsenal de ETA.
También con la vista puesta en el futuro en el que ETA pase a ser una organización civil o incluso desaparezca, el EPPK abre la puerta en el “epílogo” del documento a hacerse cargo de los reos: “Si bien en la Declaración de Aiete ETA se responsabilizaba de la cuestión de los presos, dado que a día de hoy no se vislumbra ninguna posibilidad para una negociación bilateral, EPPK, dentro de la dinámica de la izquierda aber-tzale, se pone en manos del pueblo y del desarrollo del proceso independentista, uniendo la libertad de todos los presos con la libertad de Euskal Herria”.
Para llevar a cabo este proceso que ya asumieron los encausados de Segura a comienzos de enero y siguieron otros procesados de otras causas con el objetivo de no llenar las cárceles, los reos deberán acogerse a la normativa, ante la que se marcan dos excepciones que Sortu aplaudió ayer: ni delación ni arrepentimiento.
La legislación española (la mayoría de los reos del EPPK, 279 de los 363 que enumeró Etxerat en su último informe, de agosto, se hallan en España) fija tres condiciones que algunos reos, la mayoría de la vía Nanclares, cumplen: renunciar a su pertenencia a ETA, reconocer el daño causado y repararlo.
Tras años de negativa a explorar esta vía bajo amenaza de expulsión del Colectivo, el EPPK incide ahora en mirar a la situación judicial de cada reo, tanto por el grado penitenciario en el que se halla o por la legislación que le afecta -revisiones del Código Penal; si se halla en el Estado francés o español...-: “Cada preso será quien decida aprovechar o no las posibilidades que le ofrezca la línea jurídica, será cada preso quien decida utilizar o no las diferentes solicitudes o cauces legales (redenciones, destinos, cambios de grado, permisos, acercamiento, libertad condicional, etc.)”.
Así se lo habían reclamado en 2013 los impulsores del Foro Social y, en estos años transcurridos desde entonces, ha habido al menos dos solicitudes internas en esta línea, la contraria a sectores proamnistía. Una de ellas fue en mayo de 2015 por parte de Gureak Gugaz, “colectivo de familiares de presos vascos, que persigue que sus padres, parejas e hijos vuelvan a casa cuanto antes”. Meses después, en enero de este año, llegó la segunda, la que tuvo mayor eco.
A horas de que los encausados de Segura pactaran su condena con la Fiscalía y asociaciones de víctimas del terrorismo, el dirigente de Sortu Rufi Etxeberria reclamó a los presos que adecuaran su estrategia del “frente de cárceles” y la “resistencia” a otra nueva en la que se convirtieran en “presos independentistas”.
“Los Estados han sabido aprovechar muy bien la ecuación planteada por la izquierda abertzale”, critica el EPPK el planteamiento seguido por la izquierda soberanista tras el anuncio de ETA de cesar su violencia de manera definitiva. Primero era la “resolución de las consecuencias del conflicto” y luego, el proceso independentista, pero como ya esbozó Etxeberria, no ha servido: “Ambos Estados se niegan a superar las consecuencias del conflicto porque, de hacerlo, a renglón seguido tendrían que abordar las razones del mismo”.
Críticas No es la única vez en la que el EPPK, que pide “actuar con enorme flexibilidad,” carga contra el papel de los Estados español y francés, además de la Secretaría de Paz y Convivencia del Gobierno Vasco por enviar “sus planes y ofertas, de manera individualizada y sin respetar la organización” del EPPK.
Tanto a España como a Francia les acusa de querer “obstaculizar el fortalecimiento de la izquierda abertzale” incluso tratando de “provocar una escisión”, idea sugerida ayer por el portavoz del PP en la comisión de Interior del Congreso, José Alberto Martín-Toledano.
No solo eso, sino que censura la actitud de grupos como ATA (de quien no hay referencia explícita en las nueve páginas, como tampoco la hay de la palabra amnistía). Este “sector concreto que hace una lectura completamente distinta del ciclo político se ha enfrentado a las principales decisiones de la izquierda abertzale tomándonos a los presos como bandera”, denuncia el EPPK. El Colectivo muestra además su “dolor” al conocer que hay “iniciativas separadas en favor de los presos. Tan grande como nuestro dolor será la alegría del Estado”.
Además de actualizar la línea política del EPPK, el objetivo del debate que se pretende “público” y abierto “a los que últimamente se han situado fuera del EPPK” es el de renovar la propia estructura interna -los portavoces- y externa del Colectivo, donde se sitúa fuera de la estructura reorganizada del conjunto de la izquierda abertzale (Sortu coordina el espacio en el que se engloban Ernai y LAB).
En esta línea, el “EPPK se considera a sí mismo como un colectivo de naturaleza autónoma integrado por miembros de diferentes organizaciones. Aunque asume plenamente la línea política acordada por la izquierda abertzale, como Colectivo tendrá su propia voz e interlocución en las cuestiones que le atañen”.
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