Una lluvia de piedras desde el puente de Ormaiztegi daña, al menos, 17 coches
Nadie resultó herido por la carga que cayó desde un tren hacia el aparcamiento del polideportivo y la escuela
Donostia - Los vecinos de Ormaiztegi se llevaron ayer un buen susto cuando un tren perdió parte de su carga de piedras cuando pasaba justo por el puente que está sobre el polideportivo y la escuela, causando destrozos en, al menos, 17 coches aparcados en la zona, según señalaron ayer fuentes del Departamento de Seguridad del Gobierno Vasco.
Entre los vecinos del municipio la noticia corrió como la pólvora, ya que el lugar donde ocurrió es una zona muy transitada, incluso de noche. Según señaló la Ertzain-tza, el suceso tuvo lugar a las 19.40 horas.
En el momento en el que pasaba el tren por el puente de Ormaiztegi -una estructura de hormigón paralela al mítico viaducto del siglo XIX-, una lluvia de piedras salió disparada sin control, dañando la mayor parte de los coches que estaban en el aparcamiento del polideportivo, que se sitúa también junto a la escuela. Todas estás instalaciones se encuentran bajo el viaducto, que tiene unos 30 metros de altura, en la carretera que une Ormaiztegi con Gabiria.
Afortunadamente, solo hubo destrozos materiales cuantiosos, aunque todavía están por determinar. En la imagen que acompaña la noticia aparece un coche que fue abandonado en la carretera frente al bar Itxune por sus ocupantes cuando se vieron sorprendidos por la lluvia de rocas. Como se puede ver, tiene tres impactos grandes y otros más pequeños en la luna delantera y la ventanilla del conductor está completamente rota. No obstante, las dos personas que se encontraban en el interior no resultaron heridas.
Por eso muchos vecinos ayer se echaban las manos a la cabeza al comprobar lo ocurrido. El propio alcalde, Jon Enrique Galarza, se acercó hasta el lugar para comprobar in situ los daños. Y la palabra “milagro” corría de boca en boca.
El aparcamiento quedó acordonado y a última hora de ayer se discutía si la escuela iba a abrir con normalidad hoy, ya que había que terminar de limpiar los restos de las piedras de la carretera, tarea en la que ayer ya se empleaban los operarios del Departamento de Infraestructuras Viarias de la Diputación.
Hoy, con la luz del día, se podrán comprobar mejor los daños provocados por las rocas y, asimismo, esclarecer qué pudo pasar para que el tren perdiera esa carga que salió lanzada contra los coches aparcados bajo el viaducto. - N.G.
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