Muxika, Gernika, Mungia, Bakio y Bermeo, anegados por las trombas de agua
Cientos de vecinos, atrapados en las carreteras por las balsas de agua, pasan la noche fuera de sus domicilios
Bilbao- “No lo esperábamos. Nadie nos había alertado. Desde la ventana de casa veo hasta olas. Hemos sacado los animales de la granja y llevado los coches a zonas altas”, relató a DEIA pasadas las nueve de la noche el alcalde de Muxika, Aitor Goldaraz. En cuestión de horas, localidades como Muxika, Mungia, Gernika, Bakio y Bermeo se vieron anegadas. Cientos de vecinos tuvieron que pasar la noche en otras localidades al no poder llegar a sus casas.
La lluvia puso en jaque a una buena parte del territorio. En algunos puntos se desbordaron ríos y en otros se generaron balsas de agua que obligaron a cortar carreteras principales, como la que comunica Muxika y Gernika, así como otras secundarias. Fruiz, Gamiz-Fika o Errigoiti también pasaron la noche mojados. En Amorebieta, el problema, según la Ertzaintza, se localizó sobre todo en zonas industriales anexas al río Ibaizabal. El Departamento de Seguridad activó la fase de alerta 0 del plan de inundaciones.
Las intensas lluvias que cayeron a lo largo de la jornada en Bizkaia, y que llegaron a acumular 72 litros/m2 en 24 horas en Muxika y 70 litros/m2 en Bermeo, obligaron a activar el aviso naranja en el río Oka, a su paso por Muxika, y en el río Ibaizabal, a la altura de Amorebieta. Además, a las nueve menos cuarto de la noche se mantenía activado el aviso amarillo en la cuenca del río Butroi en Mungia y en el río Asua, en Sondika. “Esta noche creo que no vamos a dormir”, destacó, preocupado, Goldaraz.
Fue pasadas las siete de la tarde cuando comenzaron a alcanzar el nivel amarillo los ríos Oka, a su paso por Muxika, en la comarca de Urdaibai;Asua, a su paso por Sangroniz, en el Txorierri;el Gobela, en Getxo;Estepona, en Bakio, y Butroi, en Mungia. Asimismo la lluvia provocó el desbordamiento de la balsa de Argañeda, en Karrantza.
Gernika fue uno de los municipios que más sufrió las consecuencias de las intensas lluvias. El centro de la villa quedó impracticable ante la crecida del Oka, con los vecinos alterados y bajando corriendo de sus casas para sacar los coches del garaje ante el temor de que el agua avanzara aún más con la pleamar, prevista a la una de la madrugada. Asimismo, comerciantes de la calle Don Tello achicaban agua de sus locales inundados y los vecinos sacaron los coches fuera del pueblo. “Frente a mi casa hay una gran piscina”, relató uno de ellos. Las vías del tren también se vieron afectadas por el agua.
La peor parte la sufrieron los gernikarras a los que la crecida les pilló fuera del municipio. Muchos de los que habían acudido a trabajar a Bilbao no lograron volver a dormir a sus casas y tuvieron que alojarse en hoteles o recurrir a la hospitalidad de familiares y amigos. “Autzagane está cerrado y cuando esto ocurre en Gernika nos quedamos prácticamente incomunicados, porque además la zona de Mungia, que es a la que recurrimos como segunda opción, también está medio sumergida”, comentó desde la zona inundada una de las vecinas afectadas, Miren Larramendi.
La carretera Bi-635 se cortó en el punto kilométrico 34 por grandes balsas de agua, entre Gernika y Muxika, y se desbordó el río Elizalde que discurre paralelo a la carretera, en el punto entre Kurtzero y Zugaztieta. “Estamos atrapados. Hay una balsa muy grande. Esto va para rato”, relató por teléfono Mikel Beaskoetxea, uno de los conductores atrapados en la BI-635 pasadas las diez de la noche. La Cruz Roja ayudó a sacar a vecinos de Elizalde en lanchas y otros salieron de sus domicilios en piraguas y botes.
En Mungia la lluvia tampoco dio un respiro a las carreteras. Así, a última hora de la tarde, la BI-2120 Mungia-Plentzia tuvo que ser cortada, al igual que la salida 19 de la BI-631. La situación del río Butroi a su paso por este municipio trajo de cabeza a los responsables municipales y agentes de policía. A las nueve de la noche el río rozaba el nivel de alerta. Estaba a pocos centímetros de los seis metros, nivel límite de crecida. Así las cosas, el Ayuntamiento convocó la mesa de seguimiento compuesta por Alcaldía, Protección Civil y Policía Municipal. “Estamos en tensión. No ha parado de llover y el cauce del río no hacía más que crecer. Para cuando nos hemos dado cuenta nos han desalojado”, relataron desde Mungia.
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