donostia - Las autoridades sanitarias han procedido a retirar de los mercados todos los lotes de queso blando -estilo camembert o brie-, elaborados por la cooperativa guipuzcoana Oihan Txiki Koop., que engloba a un grupo de productores de Tolosaldea. La retirada urgente de estos productos se produjo tras detectarse una contaminación microbiológica por listeria monocytogenes en un vecino de Madrid. El afectado habría desarrollado una meningitis a consecuencia de una intoxicación alimentaria, supuestamente provocada por el consumo de uno de los quesos blandos de la cooperativa guipuzcoana. La evolución del enfermo, según informó ayer Osakidetza en un comunicado, es favorable.

Oihan Txiki Koop. lleva elaborando este queso blando desde hace unos pocos meses en unas instalaciones alquiladas en Aia, después de que el pasado mayo falleciera a los 43 años su anterior propietario, un prestigioso productor.

El Gobierno Vasco ha abierto una investigación para determinar si la contaminación por listeria monocytogenes se ha producido durante la elaboración del queso en las instalaciones de la quesería de Aia o si, por contra, ocurrió durante el transporte o en el punto de venta final, al romperse la cadena de frío.

Aunque las contaminaciones por listeria son “extraordinarias”, en países como Francia o Chile se produjeron en 2009 y 2013 brotes importantes con decenas de intoxicados y varios fallecidos por consumo de lotes contaminados de quesos blandos como camembert o gorgonzola.

En concreto, en esta ocasión se han retirado tres marcas de queso que se comercializaban como producto delicatessen: se trata de Gutizia, un queso de leche cruda de oveja; Txuria, queso de pasta blanda de leche cruda de oveja; y Beltza, un láctico de leche cruda, también de oveja, presentada en forma de rulo. Todos ellos quesos blandos estilo camembert o brie, elaborados por la citada cooperativa guipuzcoana después del fallecimiento del anterior productor.

Según informó Osakidetza en un comunicado, “como medida de precaución, se aconseja a las personas que tengan en su domicilio algún envase de estos productos, se abstengan de consumirlos, y acudan a un centro sanitario en caso de haberlo hecho y presentar alguna sintomatología no habitual”.

La contaminación por listeria monocytogenes es una enfermedad infecciosa considerada como grave por su alto índice de mortalidad, según corroboró a este periódico el doctor en Veterinaria José Manuel Etxaniz en un artículo publicado a raíz de la contaminación por gorgonzola en Francia en 2013.

fiebre, vómitos y cansancio La intoxicación se manifiesta, en un principio, con síntomas propios de una infección, como pueden ser fiebre, vómitos o cansancio y, en el caso de las embarazadas (uno de los grupos de riesgo ), produce un cuadro similar a la gripe, con infección fetal. También existe, como en este caso, “riesgo de producir meningitis o peritonitis”, reiteró ayer mismo a este periódico el propio Etxaniz. Los principales grupos de riesgo son los niños y los ancianos, además de las embarazadas.

La listeriosis comenzó a diagnosticarse a partir de 1981 ligada a su transmisión alimentaria, adquiriendo amplia difusión en el hemisferio norte europeo, según explicó Etxaniz, y “en el año 1982 se diagnosticaron más de 10.000 casos en la literatura médica europea y americana”.

“Esta bacteria se ha aislado en todos los alimentos, pescados, crustáceos, leches y derivados lácteos, carnes y derivados cárnicos e incluso vegetales, y su presencia se liga al inadecuado y prolongado almacenamiento de los alimentos, no respetando la cadena del frío y a la falta de la debida higiene en su manipulación”, añadió el experto.

control y protocolos Según Etxaniz, pese a que hay “muchos controles sanitarios” en el sector alimentario vasco, es necesario establecer protocolos y ser muy riguroso en su cumplimiento. “Ya sé que eso es cansino, y que algunos se escudan en el argumento de que nunca ha pasado nada, pero es muy importante una limpieza exhaustiva, realizada con productos específicos”. “Las contaminaciones suelen aparecer -añade Etxaniz-, además de en quesos blandos, en jamón cocido, generalmente por contaminación de los utensilios”, que hay que limpiar de forma concienzuda.

Según el experto, este tipo de intoxicación alimentaria sería prácticamente imposible en un queso tipo de Idiazabal, seco, “porque la acidez que adquiere al secarse mata esa fauna microbiológica nociva. Ahí no vamos a tener ese problema. Son quesos que se dejan secar durante dos o tres meses -la Denominación de Origen exige un mínimo de 60 días- y para que haya riesgo, habría que consumirlo a las pocas semanas de su elaboración.