[LA FOTO DEL DÍA] México celebra su 'Día de Muertos'
La tradición de los altares de muertos se remonta a la fusión, hace unos 500 años, de tradiciones traídas por los misioneros franciscanos y las de las diversas culturas que habitaron en el territorio mexicano como la Olmeca, Zapoteca, Mixteca, Purepecha, Maya, Totonaca y Azteca.
Flores que servirán como abono, plásticos sustituidos por barro o papel que se recicla para trabajos escolares son ejemplos del esfuerzo que hacen los mexicanos para que su festividad del Día de Muertos sea este año más sustentable y respetuosa con el medioambiente.
La icónica flor de cempasúchil, más allá de su carácter simbólico, puede ser usada como abono orgánico, destaca una fuente de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación.
Esta flor originaria del centro de México era deshojada por los mexicas cada solsticio de invierno para marcar en el suelo un camino espiritual que pudieran seguir las almas de sus añorados difuntos, quienes durante este Día de Muertos regresan por unas horas al mundo terrenal.
Por su color amarillo, esta civilización prehispánica consideraba que los pétalos del cempasúchil resguardaban el calor del sol.
El subdirector de comercialización de la Secretaría de Turismo del estado de Hidalgo, Edgar Sosa, explica a Efe que cada municipio del estado en el que habitan comunidades indígenas utiliza los restos de las flores como compost.
A esto hay que agregar que los alimentos ofrecidos a los muertos servirán de alimento después de haber servido como ofrenda.
En el caso del pan, será molido y usado para enriquecer los ponches de fruta que los mexicanos acostumbran a tomar estos días.
Sosa asegura que los pueblos de su estado "tienen cocinas sustentables para dar un uso adecuado de los combustibles".
La directora de Turismo del municipio Tianguistengo, en el estado de Higaldo, Alejandra Rodríguez, dice a Efe que la región se caracteriza porque sus altares dan uso sustentable a sus viandas y flores, que al final de esta festividad son compradas por los pobladores o turistas.
El beneficio económico se destina a escuelas para tener proyectos sociales, educativos y ambientales.
En este estado, cuando las flores de cempasúchil se secan, sus semillas son usadas en la época de siembra para obtener nuevas generaciones de flores para el 2 de noviembre del año siguiente.
También se seleccionan las mejores semillas del maíz que se utilizó para guarnecer las ofrendas, que son cultivadas para que no se desperdicie nada.
Otro caso que hermana el respeto al medioambiente con el Día de Muertos sucede en el estado de Morelos, donde la población indígena de Ocotepec sustituyó este año el unicel (poliestireno) que antes empleó en esta festividad por más de 3.500 recipientes de barro.
La coordinadora de difusión cultural de Morelos, Karla Jaramillo, apuesta por reforzar este tipo de iniciativas para "cada año consumir menos unicel".
Preparar los icónicos altares con productos perecederos o reciclar el colorido papel picado que sirve de adorno para convertirlo en envolturas de regalos o papel para los trabajos escolares contribuirá este año a reducir el exceso de residuos que se generan en estas fiestas.
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