Educación refuerza la figura del promotor escolar para favorecer la inclusión y combatir el fracaso
Estos mediadores, que pasan de 7 a 20, identifican al alumnado desfavorecido, diseñan un plan de apoyo educativo y de ocio, e implican a las familiasGracias a financiación europea, su labor llegará a 40 colegios
Pamplona - Con el objetivo de favorecer la inclusión socioeducativa del alumnado más desfavorecido y de sus familias, el departamento de Educación ha reforzado este curso la figura del promotor escolar y ha contratado a veinte personas para que ayuden a prevenir el absentismo y el fracaso escolar. Gracias a una ayuda del Fondo Social Europeo, el número de mediadores socioculturales, vinculados a los Servicios Sociales de Base o Mancomunidades de Servicios Sociales, se ha triplicado (de los siete del pasado curso a los veinte del actual) y su labor llegará a unos 40 centros escolares públicos situados en una veintena de localidades navarras. Los proyectos de inclusión socioeducativa aprobados tienen una duración de cuatro años y cuentan, para este curso, con un presupuesto de 400.000 euros, que correrá a cargo de las cuentas de 2019 y 2020.
La relación y el trabajo coordinado entre escuelas y servicios sociales de base se remonta varias décadas atrás. Sin embargo, tal y como explica María José Cortes, responsable del servicio de Inclusión, Igualdad y Convivencia del departamento de Educación, “hace cinco años nos dimos cuenta de que en determinadas zonas, con altos porcentajes de alumnado socioeconómicamente desfavorecido o de escolares de origen inmigrante, se necesitaban más recursos, ya que lo que había se quedaba un poco justo”. Surgió entonces la posibilidad de contratar a una persona promotora escolar o mediadora sociocultural que favoreciese la inclusión del alumnado y sus familias.
La primera convocatoria se realizó en el curso 2015-16 con una oferta de tres plazas, que en 2017-18 se amplió a siete, las mismas que se ofrecieron el pasado curso. El presupuesto no era muy boyante (en 2018-19, por ejemplo, se autorizó un gasto de 77.000 euros) por lo que la labor de estos educadores quedaba reducida a unos pocos centros escolares. “Gracias a un proyecto impulsado por el anterior equipo que lideraba Ander Domblas, se consiguió financiación del Fondo Social Europeo”, recuerda Cortés. Esta ayuda económica ha permitido relanzar la figura del promotor escolar. Y es que, tal y como refleja la convocatoria, la financiación ha crecido de forma considerable. “Este curso 2019-20 se ha autorizado un gasto de 400.000 euros y el objetivo del departamento es dale continuidad. Cada una de las veinte plazas de mediador/a cuenta con 20.000 euros”, explica la responsable del servicio.
se amplía el campo de actuación Esta nueva situación ha permitido aprobar todas solicitudes que se recibieron en la última convocatoria de ayudas para la contratación de un promotor escolar. Las instancias procedían de veinte Servicios Sociales de Base o Mancomunidades de Servicios Sociales sitas en 18 localidades navarras: Corella, San Adrián, Viana, Olite, Cintruénigo, Estella, Puente la Reina, Buñuel, Allo, Orkoien, Altsasu, Tafalla, Pamplona, Carcastillo, Berriozar, Larraintzar, Tudela y Peralta. Estas dos últimas localidades han presentado dos peticiones diferenciadas, una para Primaria y otra para Secundaria. Además, algunas mancomunidades dan servicio a varios pueblos, por lo que la labor de estos educadores tiene un amplio campo de actuación a lo largo de la geografía foral. “Las personas mediadoras llevan algo más de un mes trabajando y estamos recabando datos para saber a cuántos escolares y familias van a atender. Cada Servicio Social de Base decide cuáles y cuántos centros con los que trabaja atiende el promotor. Rondaría los 40 centros educativos”, reconoce Cortes para añadir que “el trabajo que se ha desarrollado Corella, Cintruénigo, Olite, San Adrián o San Francisco, de Pamplona, es referente pero al resto tenemos que ir dotándolos de recursos”.
El objetivo es que la persona promotora escolar o mediadora sociocultural, vinculada a los Servicios Sociales de Base o Mancomunidades de Servicios Sociales, se convierta en la figura de referencia que fomente la inclusión socioeducativa del alumnado y de sus familias. “Es una figura que busca la coordinación y que se establezcan unas relaciones y unos cauces de participación importantes entre la escuela y el entorno del menor, tanto a través de sus familias como de sus actividades de ocio”, explica Cortés y añade “favorece la integración del menor dentro y fuera del colegio”.
actividades diversas Entre los objetivos del promotor escolar destacan la identificación del alumnado que se encuentra en situación de conflicto y riesgo social, el desarrollo de programas de apoyo al aprendizaje y refuerzo educativo en horario vespertino, la mejora de la participación educativa de las familias, la creación de un clima de convivencia adecuado entre los escolares y el desarrollo de mecanismos que favorezcan el trabajo en red con el resto de entidades que trabajan por la inclusión social y educativa.
La atención, tal y como destaca Cortés, es “individualizada” con cada escolar y sus familias. “Las escuelas y los servicios sociales de base son los que ponen en alerta sobre los posibles escolares que pueden necesitar el apoyo de esta persona mediadora, y deciden qué alumnado y familias entran en el proyecto. Y es que a veces nos encontramos con padres y madres que no quieren recibir este apoyo y entonces resulta complicado”, asegura la responsable del departamento, que reconoce que esta figura, al igual que otros recursos, ayudan a prevenir el absentismo, el fracaso escolar y el abandono temprano. Unas situaciones que se suceden en muchas ocasiones por desigualdades derivadas de factores sociales, económicos, culturales, geográficos, étnicos o de otra índole.
Otro de los aspectos que también trabaja la persona promotora escolar son las actividades extraescolares o el ocio de este alumnado. “Algunas de las acciones que han realizado estos años estos mediadores son por ejemplo organizar un ocio alternativo, coordinar un campo de voluntariado para apoyar las tareas escolares o crear una bolsa de estudiantes de ESO y postobligatoria que apoyan en los pueblos de la Mancomunidad al alumnado que lo necesita”, explica la responsable del servicio de Inclusión, Igualdad y Convivencia, que avanza que el objetivo del departamento es crear una mesa de trabajo para darle más “empaque” a esta figura. “Queremos reunir a personas de Educación, Derechos Sociales y Juventud para ver que necesidades son más acuciantes, ver las prioridades y analizar los aspectos que se pueden mejorar”, concluye Cortés.
20
Solicitudes procedentes de Servicios Sociales de Base o Mancomunidades. Las solicitudes proceden de 20 Servicios Sociales de Base o Mancomunidades de Servicios Sociales sitos en 18 localidades: Corella, San Adrián, Viana, Tudela (una para Primaria y otra para ESO), Olite, Cintruénigo, Estella, Puente la Reina, Buñuel, Allo, Orkoien, Altsasu, Tafalla, Pamplona, Carcastillo, Berriozar, Peralta (una para Primaria y otra para ESO y Larraintzar. A su vez, algunas Mancomunidades dan servicio a varios pueblos. La de Corella también atiende a Castejón; la de San Adrián a Cárcar, Andosilla y Azagra; la de Cintruénigo a Fitero; la de de Altsasu a Olazti y Ziordia; la de Berriozar a Ansoáin, Berrioplano, Iza y Juslapeña.
400.000
euros. La convocatoria de ayudas para la contratación de promotor escolar autoriza un gasto de 400.000 euros: 140.000 euros con cargo de los presupuestos de 2019, que deben ser imputados al Fondo Social Europeo 2014-20, y el resto, 260.000 euros con cargo a de 2020.
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