- Hil kanpaiak/Campanadas a muerto, la segunda película del director navarro Imanol Rayo, se estrenará el próximo 16 de octubre. El filme, que al igual que su ópera prima, Bi anai, el realizador ha rodado en euskera, cuenta con Itziar Ituño, Eneko Sagardoy y Yon González entre los papeles principales de un reparto en el que también figuran Kandido Uranga, Asier Hernández, Iñigo Aranburu, Josean Bengoetxea, Dorleta Urretabizkaia y la actriz tafallesa Itsaso Arana. Se trata de una producción de Abra Produkzioak que cuenta con la participación de EITB y con ayudas del Gobierno Vasco y del Gobierno de Navarra.

Rodada en otoño del año pasado en varias localizaciones de Navarra y Gipuzkoa y montada y postproducida durante el confinamiento, la película se inspira en la novela 33 ezkil (33 campanadas), de la escritora Miren Gorrotxategi Azkune. Como comentó Rayo durante una pausa de la grabación en la iglesia de San Esteban de Bera el 18 de octubre de 2019, se trata de un filme que mezcla el cine negro y el drama familiar. Joanes Urkixo se ha encargado de la adaptación a guión de esta historia que arranca cuando Fermín, del caserío Garizmendi, descubre una calavera enterrada en su huerto mientras trabaja con la azada. Sorprendido, le cuenta el hallazgo a su hijo, Néstor, y este se lo comenta a Berta, su mujer, que es arqueóloga. Sin embargo, cuando la pareja acude al lugar a recoger el esqueleto, los huesos han desaparecido, al igual que Fermín. Néstor llama a la policía, y a su aviso acuden dos inspectores, Ezpeleta y Kortazar, quien muestra especial interés por el caso, y durante su visita al caserío la campana de la ermita cercana comienza a doblar a muerto. A partir de este momento, habrá más muertes y se abrirá paso un misterio oscuro y profundo, saliendo a la luz cadáveres viejos y nuevos, odios entre hermanos, fisuras entre generaciones, discursiones de pareja, juego, drogas... Todo, para dar forma a una "historia de venganza con tintes de tragedia", en palabras del director, que afronta una producción "de mayor envergadura" que la primera.

Hil kanpaiak discurrirá en tres tiempos, en 1970, en 1990 y en el presente, aunque Rayo ha pretendido que no se perciban demasiado las diferencias entre épocas, de modo que pasado y presente se entremezclen a modo de puzzle. También los silencios, la contención y una atmósfera trabajada sin abusar de la música y el efectismo son apuestas claras de Imanol Rayo, para quien esta es una película "más de miradas que de acción pura y dura". El realizador prefiere hablar de cine negro más que de thriller. Y le interesa el noir porque es "poroso", "bebe de muchas fuentes" y "deja un espacio amplio a la percepción". "No quiero mostrar un todo, sino partes parciales", de manera que "el espectador tenga su propia versión de lo que está viendo".