aminar, una acción casi refleja que se da por hecho pero que, sin embargo, muchas personas ya no pueden disfrutar. Es el caso de los pacientes diagnosticados con esclerosis múltiple, una enfermedad degenerativa del sistema nervios que va mermando la movilidad de la persona enferma. Una dolencia que termina por dejar a quien la padece ligado a una silla de ruedas de por vida, pero que podría tener una manera de paliar estos síntomas o, incluso, de revertirlos, enseñando al usuario a volver a andar: el exoesqueleto. Este innovador robot, que sigue la forma de la anatomía humana para así estimular sus movimientos, se ajusta a las necesidades de cada paciente y puede hacer recordar a su cuerpo lo que creía haber olvidado hace tiempo.

Así lo pudieron probar los pasados días 13 y 14 de octubre diez personas usuarias de la Asociación de Esclerosis Múltiple de Navarra en una sesión de rehabilitación con el exoesqueleto, una tecnología al alcance de pocos, ya que en el conjunto estatal solo hay 14 de ellos, ninguno en Navarra. A pesar de haber comprobado durante las sesiones que "es un medio que ayudaría infinitamente a mejorar la calidad de vida de las personas enfermas y la de sus familias", es un recurso que la Asociación no puede permitirse, y es que tiene un coste aproximado de entre 130.000 y 150.000 euros.

"Tendremos que poner de nuestra parte y hacer una campaña para buscar financiación o un crowfounding, porque nos haría muy bien a todos en la Asociación", expuso Juan Larreta, uno de los usuarios que pudo vivir en sus propias carnes como es "recordar viejos tiempos y andar sin bastones. Ha sido increíble. Lo más alucinante es que, tras quitarme el exoesqueleto, el cuerpo seguía andando como si tuviera su ayuda", aseguró Larreta, quien, incluso pasadas las horas, siguió sintiendo los beneficios de la rehabilitación con el robot.

Otra de las personas usuarias en probar esta pieza de la medicina personalizada fue la presidenta de la Asociación, Pilar Francés, quien tras diez años de haber perdido la capacidad de andar, volvió a dar pasos, concretamente 413 en 15 minutos, sin la ayuda de un andador. "Vuelvo a tener el control sobre mi cuerpo, hace lo que le digo", aseveró Francés visiblemente emocionada tras la mascarilla, una alegría que compartieron los miembros del equipo del centro, a quienes se les escapo alguna que otra lágrima.

A pesar de admitir no tener "ninguna esperanza de volver a caminar", la presidenta afirmó que sería feliz "solo con poder recuperar algo de autonomía en el día a día para hacer las transiciones de la cama a la silla. Con poder ir a por un vaso de agua yo sola me puedo dar con un canto en los dientes", añadió.

Además de los beneficios físicos de esta tecnología cuyo uso todavía no está estandarizado y se limita para la rehabilitación, "supone también una gran diferencia emocional. Es una inyección de energía que se puede ir perdiendo al ver que a veces no se logran los objetivos marcados solo con la fisioterapia convencional", explicó Nora Goñi, fisioterapeuta del centro. Especialmente en una situación de empeoramiento de los síntomas de los usuarios tras varios meses de parón en sus terapias habituales durante el confinamiento debido al covid-19.

"Vuelvo a tener el control sobre mi cuerpo, hace lo que le digo después de 10 años sin hacerlo"

Diagnosticada con esclerosis múltiple

"Lo más impactante es que tras quitármelo el cuerpo seguía andando como si tuviera su ayuda"

Diagnosticado con esclerosos múltiple