A una semana de que arranque de lleno el mes del debate presupuestario, las posiciones van clarificándose cada vez más. Y mientras Navarra Suma mantiene su oferta trampa -abstenerse y permitir la aprobación de las Cuentas a cambio de que el Gobierno excluya de las conversaciones a EH Bildu-, los soberanistas ya mandaron ayer un mensaje claro al Ejecutivo, al que dijeron que poco a poco tendrá que ir quitándose de la cabeza la ensoñación de poder aprobar unos Presupuestos unánimes, y al que instaron a elegir si quiere unas Cuentas de izquierdas (como este año) o si por el contrario quiere volver a las recetas que empleó la derecha en la anterior crisis, que propiciaron los recortes y que no distan mucho de lo que hoy ofrece Navarra Suma, que se opone a que se refuercen los ingresos propios en tiempos de caída en la Hacienda.

Hay tantas lecturas de las negociaciones como portavoces. En el seno de los socios de Gobierno, hay tres posturas. El PSN, primer partido de Gobierno, sigue gozando la centralidad. “El Gobierno está trabajando con todos los grupos y excluir a día de hoy no es comprensible”, dijo Ainhoa Unzu, ayer portavoz socialista. La oferta de Navarra Suma y la voluntad negociadora de EH Bildu permite al Gobierno mirar a izquierda y a derecha, así que se entiende que Unzu devolviera la pelota: “Hay sintonía con todos los grupos que están haciendo aportaciones, y si alguno se quiere excluir lo tendrá que explicar a la ciudadanía”. Una postura similar, pero más precavida, mostró Uxue Barkos. La portavoz de Geroa Bai celebra la posibilidad de un gran acuerdo, pero sin llevarse a engaños. Destacó la capacidad de “llegar a acuerdos entre diferentes”, pero sin que esos acuerdos “alteren las mayorías progresistas”. No es una idea cualquiera, porque Barkos señala así la advertencia fundamental de todo esto: que el Gobierno no pique el anzuelo de la derecha, ya que aceptar hoy el caramelo envenenado de Esparza complicará el camino del Gobierno durante el resto de la legislatura. Y por parte de Podemos, Mikel Buil no pudo ser más claro: “La de Navarra Suma es una oferta envenenada que supondría romper la mayoría, algo inútil”.

Algo de eso hay cuando Esparza insiste, día sí día también, en que más fácil no se lo puede poner al Gobierno, cuando no ha tenido otro interés hasta ahora que derribarlo. Si mantiene la oferta, es porque la derecha ve que con esta estrategia, la erosión a los socios puede ser efectiva. EH Bildu lo ve desde el otro lado, y por eso ayer, a través de Bakartxo Ruiz, advirtió de que a pocos días de aprobar los Presupuestos las recetas de unos y otros son bien distintas. “El Gobierno tiene que ver en qué contexto se quiere mover: si en una salida social y progresista o con las recetas de la anterior crisis”.

“La oferta está hecha desde la total sinceridad, más fácil no se lo podemos poner”

Portavoz de Navarra Suma

“El Gobierno trabaja con todas las aportaciones y si alguien quiere excluirse que lo explique”

Parlamentaria del PSN

“La capacidad para llegar a acuerdos no debe alterar las mayorías progresistas”

Portavoz de Geroa Bai

“El Gobierno tiene que elegir si quiere una salida social o quiere las recetas de la crisis anterior”

Portavoz de EH Bildu