- El final de la Autovía a Jaca (A-21) sigue sin ver el epílogo y aún le quedan unos cuantos años para escribirlo. Según el nuevo proyecto de Presupuestos Generales del Estado, con destino a las obras que deben ejecutarse en Aragón, la autovía a la capital de la Jacetania se retrasará al menos dos años más, ahora hasta 2025. La infraestructura, cuyos tramos en Navarra fueron finalizados en 2012 y cuyos últimos kilómetros en territorio foral se ejecutaron a través de peaje en la sombra, tiene todavía 20 kilómetros por licitar y, en total, 27 kilómetros sin construir. La obra en Aragón, que consta de 57 kilómetros, se concluirá 13 años más tarde de que Navarra terminara de edificar su recorrido.

Con las cuentas del Estado encima de la mesa, se observa que el próximo año no se inaugurará ningún tramo más de la autovía de los tres que restan por concluir y que suman 27 kilómetros. Solo estará en obras el de Sigües-Tiermas, que en principio está previsto que sus obras finalicen en el año 2022. Para que los conductores navarros puedan dirigirse al Pirineo oscense (cuando se pueda si la pandemia y las restricciones lo permiten), habrá que seguir por tanto varios años enlazando la autovía con la actual carretera nacional.

De todas formas, con el proyecto presupuestario ahora conocido, la inversión en la autovía en Aragón resulta de lo más desoladora a la vista del ralentí al que marchan estas obras en los últimos años, que se han visto vapuleadas por una falta de inversión importante y por la crisis económica que provocó que se desplomaran varias adjudicatarias y hubiera que licitar de nuevo los proyectos. Ahora mismo, el tramo más complejo de la obra es la variante de Jaca (Jaca Norte-Jaca Oeste), ocho kilómetros que están presupuestados en 115 millones de euros y para los que, por el momento, solo se proyecta una inversión de 35 millones hasta 2024 (5 millones en 2022, 15 millones en 2023 y otros 15 en 2024). Además, el proyecto de esta variante, que conectaría también con la Autovía A-23 en Huesca, está siendo seriamente cuestionado por la población jacetana por las afecciones que se considera que causaría en el entorno y no es descartable que deba reconsiderarse el proyecto por las alegaciones recibidas. De hecho, en la ciudad se ha creado una asociación, Jaca sin perder el norte, que pretende que ese recorrido no vea la luz y el Ministerio de Fomento opte por otro trazado en la zona sur de la ciudad. Justifican su iniciativa en la escasa incidencia que la alternativa que ellos proponen tendría en las viviendas, a diferencia de lo que ocurre con el trazado norte, que afectaría al urbanismo y ruidos de algunos barrios.

Uno de los tramos que se encuentra también sin licitar son los 11 kilómetros que enlazan Puente la Reina de Jaca hasta Fago. En este trazado había un parón que se prolongaba desde hace años (de hecho, fue licitado en 2005 por primera vez, pero con la crisis explotaron las contratas a las que se entregó la obra). Ahora, el proyecto está aprobado, pero pendiente de los Presupuestos Generales del Estado para licitarse. En principio, este trazado está presupuestado en 87,95 millones de euros y la proyección de inversión presupuestaria indica que no será hasta 2023 (24,5 millones) y y 2024 (28 millones proyectados) cuando se realice el gran desembolso económico y por lo tanto se le conceda un impulso a la obra.

La última novedad conocida en esta autovía fue la inauguración en diciembre del año pasado del tramo de 6 kilómetros que conectan Santa Cilia y Puente la Reina de Jaca, donde el Ministerio de Fomento tenía presupuestados 38 millones de euros. Antes de este tramo, en verano del pasado año, también se había abierto el trayecto que recorre Jaca a Santa Cilia (9 kilómetros), y con la disponibilidad de ambos tramos se persigue también aumentar la seguridad vial y rebajar los tiempos de recorrido actuales, puesto que esa parte se cubre ahora con la carretera N-240, una vía sin arcenes con un trazado sinuoso y limitaciones de velocidad a 60 kilómetros por hora en algunas curvas.

La conexión de Jaca y Huesca (A-23) lleva un retraso similar a la autovía que conecta la capital navarra con Jaca. Dependerá también de cuándo se desmadeje el problema de la capital jacetana y tiene otro tramo importante en obras que es la variante de Sabiñánigo (6,9 kilómetros), que cuesta 72 millones de euros y cuya previsión de apertura ahora mismo está fijada para el año 2023.

Los dos últimos tramos se abrieron el pasado año. En julio del año pasado se abrieron los 9 kilómetros que recorren Jaca y Santa Cilia. Otro más, el tramo entre Santa Cilia y Puente la Reina de Jaca, de 7,2 kilómetros, se abrió en diciembre.

En 2022 se inaugurará el tramo entre Sigüés y Tiermas. Los 6,5 kilómetros entre Sigüés y Tiermas, que están en obras, quieren terminarse en 2022 según el proyecto de Presupuestos Generales del Estado. Se trata del tramo más cercano a Navarra de los que se encuentran sin finalizarse. En principio, en 2021, tienen proyectados 15,6 millones y en 2022 otros 11 millones.

Faltarían dos tramos por licitar que suman 20 kilómetros. La polémica variante de Jaca, que presenta seria oposición ciudadana en la capital de la Jacetania y que tiene una proyección de 8 kilómetros, está todavía sin licitar su proyecto. Se espera que sea el último tramo en finalizarse. Además, hay otro proyecto redactado pero todavía sin adjudicarse y, por lo tanto, sin un metro áun en obras de asfalto. Se trata de los 11,6 kilkómetros que conectan Puente la Reina de Jaca y Fago.