"No solo lo mataron, sino que lo remataron. Porque lo invisibilizaron, cayó en el olvido y ese fue el éxito de sus asesinos y el triunfo del terror". Con estas palabaras, el químico y escritor Roque Hidalgo resume la historia y el olvido de Jesús Yoldi Bereau, un catedrático de Química que nació en Arizkun y que durante la II República fue alcalde de Granada, ciudad en la que fue detenido, torturado y fusilado tras el alzamiento militar de 1936. Después, el silencio y el olvido sellaron su tumba de tal forma que su hijo pequeño, Antonio Luis Yoldi, conoció la historia de su padre en 1986, cincuenta años después de su asesinato.

Precisamente, el testimonio del pequeño de los tres hijos de Jesús ha sido la fuente fundamental de la investigación que ha dado lugar al libro Jesús Yoldi, un universitario al servicio del bien común, elaborado por los profesores de la Universidad de Granada Roque Hidalgo -catedrático de Física Aplicada-, Carmen Morente -historiadora- y Pedro Luis Mateo -profesor de Química Física-. "Yo estudié Química en la Universidad de Granada, donde Jesús fue profesor y nunca nos mencionaron su nombre. Un día encontramos una mención en la que se informaba de su fusilamiento. A raíz de eso comenzamos a investigar hasta dar con uno de sus hijos. Para nosotros la figura de Jesús Yoldi es muy importante, porque fue un gran porfesor y un extraordinario científico, que compaginó su profesión con un compromiso político con la República; lo asesinaron precisamente por defender siempre la legalidad y trabajar por los más desfavorecidos", explica Hidalgo.Vinculación con la universidad

De Arizkun a Granada

Jesús Yoldi nació en Arizkun en 1894. Era hijo de médico y penúltimo de una familia de 9 hermanos. Su padre prestó sus servicios en Arantza y poco antes de jubilarse recaló en Arizkun, donde nacieron Jesús y dos de sus hermanos. "A toda esta información llegamos gracias a Antonio Luis, su hijo pequeño, que no supo hasta 50 años después la historia de su padre porque sus hermanos y su madre acordaron no contarle nada. Eso fue el triunfo del terror, porque consiguieron que los familiares de represaliados no hablaran de lo que les había ocurrido", señala el coautor.

La investigación les llevó de Arizkun a la Universidad de Zaragoza, donde se licenció en Ciencias Químicas en 1915, con un expediente brillante. Además, su hermano Francisco fue el primer catedrático de Química Inorgánica de la Universidad de Sevilla, lo que le llevó a Jesús a trasladarse a la Facultad de Medicina de Cádiz -entonces dependiente de la de Sevilla- donde obtuvo en 1922 la cátedra de Química General.

"A la Universidad de Granada no llega hasta 1924, tras jubilarse el titular de su especialidad. Para entonces, ya era una eminencia en el campo de la Química y fue el encargado de pronunciar el discurso de apertura del curso 1929-30 en la Universidad de Granada", detalla Hidalgo, que muestra su asombro por el silencio que se encontró en la universidad en torno a una figura tan relevante: "Fue una persona muy conocida, que incluso recibió a Marie Curie en la universidad, pero en la facultad no hay ningún tipo de información sobre su trayectoria como profesor".

Conciencia y militancia política

Izquierdista y republicano

En 1928 se casó en Granada con Beatriz Pérez, natural de Capileira, con quien tuvo tres hijos. Ya por aquellos años el profesor empezó a tomar conciencia y compromiso político para tratar de cambiar la situación del país, y concretamente de Granada, tras la decandencia y el atraso que arrastraba desde la dictadura de Primo de Rivera. "A Jesús le influyó mucho su paso por la Facultad de Medicina de Cádiz, porque en aquella época los médicos eran un sector muy activo políticamente. Después, en la universidad es cuando empieza a cimentar sus valores democráticos que él entendía que se debían de desarrollar bajo una república", apunta Hidalgo.

Unos años antes de las elecciones municipales de 1931 funda, junto a otros intelectuales, el Partido Republicano Autónomo de Granada, que obtuvo varios concejales y consiguió el Gobierno municipal. "En aquella época los cargos duraban poco, la situación de los ayuntamientos era miserable y la gente se desgastaba mucho", relata el químico y escritor, que cuenta que el 27 de abril de 1932 Jesús Yoldi accedió al cargo de alcalde de Granada. Según explica, el profesor tan solo estuvo cinco meses en el cargo, de abril a septiembre, pero fue tiempo suficiente para que los vecinos de la ciudad lo recordasen por su buen hacer: "Jesús recibió votos hasta de la oposición, porque ya había sido teniente de alcalde del mercado de abastos y solucionó un problema muy grande que se daba por toda España: el fraude de la leche. En aquellos años se mezclaba la leche con agua para tener más producto. En otras ciudades se controlaba con un densímetro, pero en Granada no se detectaban casos, ¿por qué? Porque se usaba agua de melaza, que era más densa y pasaba desapercibida en los controles. Jesús, al ser químico, descubrió este fraude y cesó a todos los inspectores de abastos, que eran los que estaban detrás del engaño".

Además, en su corto mandato consiguió varias conquistas para los más desfavorecidos como bajar el precio de la harina o poner en marcha una línea de autobuses entre Málaga y Sierra Nevada. Pese a su inexperiencia política, tampoco se achantó a la hora de defender de manera firme la legalidad republicana durante el levantamiento del general Sanjurjo en el verano de 1932. "Fue una persona incorruptible, que se posicionó de manera clara por la legalidad republicana y contra la corrupción. Su mandato, aunque fue corto, no fue del gusto de la clase ociosa y adinerada de Granada, lo que lo convirtió en un objetivo claro tras el golpe de Estado del 36", recoge Hidalgo.

Detención, torturas y muerte

Obligado a cavar la tumba de Lorca

El profesor Yoldi compaginó la alcaldía con las clases en la universidad, "no cobraba un duro por ser alcalde, lo fue por compromiso", apunta el autor de su biografía, y tras dejar el Gobierno municipal volvió a centrarse en la Química, aunque seguía siendo activo en la vida política -al integrarse en Izquierda Republicana en 1934- cuando Franco lanzó el levantamiento militar. En julio de 1936 fue detenido por falangistas y miembros de la Guardia Civil cuando se encontraba en Capileira de vacaciones con su familia: "Lo llevaron a La Colonia, un centro de vacaciones para niños que los golpistas usaron como cárcel. Pasó allí dos meses bajo intensas torturas junto al catedrático de Derecho Administrativo, Joaquín García Labella". Pero su tormento no acabó ahí: a ambos los obligaron a cavar las fosas y enterrar, en el barranco de Víznar, a los fusilados. Es más, según testimonios recogidos por el investigador Agustín Penón, Jesús podría haber enterrado a Federico García Lorca, con quien el profesor mantenía relación desde hacía años.

El trágico final llegó el 23 de octubre de 1936. Jesús, consciente del final que le deparaba, escribió una carta a su mujer en la que le hacía saber todo lo que la quería y la animaba a seguir adelante con sus hijos. Aquella mañana de otoño condujeron a Jesús Yoldi Bereau al cementerio de San José de Granada. Tras una tapia, recibió un disparo de fusil que acabó con su vida y al que le siguió la oscuridad del olvido al que fue sometida su figura durante mucho tiempo. Sus restos se encuentran enterrados en Capileira, junto a los de su mujer. Ahora, al menos, tras años de silencio y olvido, hemos rescatado lo que fue su vida y en Granada hay una calle dedicada a Jesús, muy cerca de la Facultad de Ciencias, que fue su segundo hogar.

LA OBRA

Miércoles en Pamplona, viernes en Arizkun. Los autores del libro Jesús Yoldi, un universitario al servicio del bien común se van a desplazar a Navarra para presentar la obra. El miércoles 10 de noviembre lo harán en un acto en la UPNA a las 12.00 horas. Por la tarde, harán lo propio a las 19.00 horas en el Museo de Navarra. El viernes 12, se desplazarán a Arizkun para presentar el libro en el pueblo natal de Jesús Yoldi.