La resistencia a los antibióticos va a ser, según Fernando Simón, la mayor amenaza a nivel sanitario que va a haber en las próximas décadas. Para ello, Simón abogó por establecer medidas de control y colaboración entre médicos, pacientes, empresas farmacéuticas y administraciones públicas que garanticen un uso óptimo de estos medicamentos.
El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad participó ayer en el XII congreso de la Sociedad Española de Medicina Tropical y Salud Internacional (SEMTSI), donde expuso el problema de la resistencia a los antibióticos, una cuestión que “no tendrá la envergadura de la covid-19 pero que va a ser la mayor amenaza sanitaria de las próximas décadas”. Para hacerle frente, el epidemiólogo apostó por hacer un buen uso de los antibióticos, algo que pasa por la colaboración de toda la sociedad: “Los pacientes no tienen que presionar a los médicos para que les den ciertos tratamientos; los médicos deben dar el antibiótico adecuado durante el tiempo adecuado; y las farmacéuticas deben distribuir los medicamentos con responsabilidad”.
Simón destacó que durante la pandemia se ha extendido el mal uso de los antibióticos y que, de cara a futuro, una resistencia de ciertas enfermedades a estos tratamientos puede hacer que patologías menores vuelvan a generar problemas.
Globalización Durante su conferencia, titulada El mundo, las personas y las emergencias sanitarias, Fernando Simón se refirió a las alertas globales a las que se ha enfrentado la población durante este siglo XXI como el SARS-COV-1, la gripe A, el brote de salmonelosis -que afectó a España en el año 2005-, el MERS en 2012 o el virus del Zika en 2016, hasta hablar de la actual pandemia de covid-19. De hecho, en los 22 años de este siglo, se han registrado 15 epidemias distintas. Por ello, Simón señaló a la globalización y a la alta movilidad del mundo actual como un de los principales factores que influyen en la alta tasa de transmisión de los virus. “Las pandemias han existido siempre, lo que ha cambiado es la forma en la que estas se propagan y afectan a la sociedad, porque la población también ha cambiado. Hay en el mundo 7.900 millones de personas y una movilidad enorme de individuos y mercancías, y por tanto de enfermedades, pero también tenemos herramientas que nos permiten controlar esto”, explicó.
Asimismo, detalló que cada vez hay “una población más envejecida y/o débil”, lo que hace que ante nuevas enfermedades, la letalidad pueda ser mayor: “La población cada vez envejece más y también cada vez hay más personas en situación vulnerable, lo que hace que ante enfermedades o fenómenos como los golpes de calor, haya cada vez más mortalidad”.