Un cambio en las reglas del juego en mitad del partido. Los centros educativos se han visto obligados a cambiar las instrucciones de promoción y titulación así como los calendarios ante la decisión del Ministerio de Educación, hecha suya por el Gobierno foral, de eliminar los exámenes de recuperación en la ESO.

El pasado curso un total de 9.354 estudiantes, lo que supone un tercio del total del alumnado de dicha etapa, se presentaron a unas pruebas que desde hace siete años se realizan en junio en vez de en septiembre. De esta forma, la convocatoria extraordinaria se limitará al alumnado de Bachillerato. Asimismo, el real decreto aprobado a finales de 2021 permite, de forma excepcional, obtener el título de Bachillerato con una asignatura suspensa, siempre y cuando se cumplan una serie de condiciones.

Aunque el borrador del real decreto circulaba por los medios de comunicación desde verano, los centros educativos comenzaron el nuevo curso el pasado septiembre con las condiciones de evaluación y titulación previstas en la anterior legislación. La aprobación de la nueva normativa estatal llegó en noviembre y no fue hasta mediados de febrero cuando el Departamento de Educación navarro informó de forma oficial de las modificaciones a los colegios e institutos.

Más allá de este cambio de las reglas de juego en mitad del curso, que trastoca la organización de los centros y los calendarios (el alumnado tendrá que ir a clase hasta el 20 de junio en lugar de terminar el 5 si aprueba todo), lo cierto es que la nueva norma supone adaptar los sistemas de evaluación a las actuales metodologías que abogan por la evaluación continua y el aprendizaje basado en competencias. Unas metodologías amparadas por la Lomloe.

Evaluación continua

El mayor cambio que introduce este real decreto es la desaparición de los exámenes de recuperación en ESO, unas pruebas que antes se realizaban en septiembre y que, desde 2016-17, se hacen en junio.

Este adelanto, una reivindicación histórica de los equipos directivos, mejoró los datos de aptos hasta alcanzar el 25%.

El número de estudiantes que afrontaron estos exámenes de recuperación el pasado 2020-21, según datos de Departamento, fue de 9.354, lo que supone un tercio del alumnado de ESO. De ellos, 6.628 estudiaban en la red pública y 2.726 en la concertada.

En opinión de varios directores y directoras de institutos consultadas en septiembre, cuando se hizo público el borrador de real decreto, este cambio tiene “cierta lógica” ya que se adecua a las nuevas metodologías de aprendizaje. Se trata de una apuesta firme por la evaluación continua. “Es un cambio de mentalidad y una forma de evaluar diferente. Los equipos docentes ya sabemos qué estudiantes han adquirido las competencias y quienes no lo hayan hecho en nueve meses no lo van a hacer en dos semanas, que es el tiempo que suele haber entre el examen final y el de recuperación”, reflexiona el director del IES Navarro Villoslada, Alberto Arriazu.

En esta misma línea, el director del IES Alaitz y presidente de ADI, Iosu Mena, “en ESO no tiene mucho sentido lo de dejar una asignatura para septiembre (o junio) como a veces se da en Bachillerato sino que se evalúa el resultado de trabajo de todo el curso”. En cuanto a si la desaparición de la convocatoria extraordinaria puede elevar el porcentaje de repetición, Mena señala que “si quitas una oportunidad de corregir es lógico que algo empeoren los resultados, pero repetir no va a repetir nadie que ande dependiendo de una supuesta convocatoria extraordinaria para sacar una o dos asignaturas suspensas. La repetición tiene que ser algo tan extraordinario que afecta a estudiantes que, desde bastante antes de final de curso, ya se sabe lo que va a pasar”.

Titulación

En cuanto a la obtención del título de Bachillerato con un suspenso, la normativa deja claro que debe ser algo extraordinario y siempre que se cumplan estas condiciones: que el equipo docente considere que ha alcanzado los objetivos y competencias; que no se haya producido una inasistencia continuada; que se haya presentado a las pruebas y actividades necesarias para su evaluación; y que la media aritmética de todas las materias sea igual o superior a 5. El pasado curso, 129 estudiantes de 2º de Bachillerato (el 2,8% del total) no lograron el título por haber suspendido una asignatura.

Esta medida no difiere tanto de actuaciones que ya se realizan en los claustros y es subir una nota hasta el 5 si realmente se considera que se ha esforzado y dicha materia no tiene nada que ver con lo que va a estudiar.

Asimismo, la Lomloe permite pasar de curso y obtener el título de ESO con más de dos suspensos (el límite actual) si el equipo docente cree que se han alcanzado los objetivos y competencias. El último curso, un 15% del alumnado de 4º de ESO logró el título con dos suspensos, máximo permitido y un 6% no lo obtuvo.

En Primaria, la promoción será automática en los cursos impares y solo se podrá repetir de forma excepcional en 2º, 4º y 6º. La evaluación será continua, y tendrá en cuenta su progreso en el conjunto del aprendizaje y el equipo docente decidirá sobre la promoción.

Novedades

- Adiós a los exámenes de recuperación en ESO. Estas pruebas se hacen desde hace 7 años en junio. La apuesta es aplicar una evaluación continua. Estos exámenes se mantienen en Bachillerato.

- Pasar de curso o titular en ESO sin límite de suspensos. Los estudiantes de ESO podrán pasar de curso o lograr el título de ESO cuando el equipo docente cree que se han logrado las competencias y objetivos. Hasta este curso, los estudiantes con tres suspensos (o con dos si son Matemáticas y Lengua) tienen que repetir. .

- Título de Bachillerato con un suspenso. De forma excepcional, el alumnado pueda obtener el título de Bachillerato con un suspenso y siempre que se cumpla una serie de condiciones. Ahora es necesaria la evaluación positiva en todas las materias.