Los precios se desbocan. Un test enorme en primer lugar para el Gobierno español, cuyas medidas van a ser examinadas por su incidencia sobre la inflación. Del deterioro económico y del panorama político general y de la necesidad de un revulsivo en Unidas Podemos hablamos con la eurodiputada navarra Idoia Villanueva (Pamplona-Iruña, 1980).

Estamos ante la confirmación de un incendio llamado inflación, al 9,8% en España, en cifras que no se veían desde los ochenta.

-Lamentablemente, cuando parece que estábamos viviendo la salida de una pandemia tan dolorosa y con tantas consecuencias, vemos en el horizonte una nueva crisis y ese aumento de inflación en España y en toda Europa. Aquí tenemos varias razones. Acabamos de entrar en una guerra en las fronteras de la Unión Europea, pero también se debe a cuestiones estructurales. Hay que aplaudir las medidas tomadas para hacer frente inmediatamente a esta inflación, con la bajada de los precios de carburantes, la limitación de los precios de los alquileres, o la protección de los trabajadores prohibiendo despidos a aquellas empresas con ayudas públicas. Un escudo social importante, pero es verdad que va a ser necesario abordar estructuralmente estos problemas.

Eso es lo más difícil. Ahora, con prisas, parece más complejo.

-Es importante ser capaces de tomar medidas valientes y rápidas para poder frenar las consecuencias en nuestro sistema empresarial y en la ciudadanía. Es necesario abordar una reforma fiscal pendiente en nuestro país para acercarnos a las medidas europeas. Hay grandes empresas que no han pagado nada de las consecuencias de esta crisis. En el último Consejo de Europa se dio luz verde a España y Portugal para rebajar el precio de la electricidad, desacoplando el precio del gas. Algo muy importante, porque con el modelo marginalista, el precio del mix energético queda fijado en función del precio del gas, la energía más cara, cuando en realidad representa una mínima parte del paquete energético. Es un parche necesario, pero hace falta abordar más estructuralmente el problema. Al mismo tiempo, el precio del gas se tiene que limitar de una manera valiente. Ahora, más que nunca, hay que reducir la dependencia de Europa en sectores estratégicos, como la energía, las materias primas o los alimentos. Y acelerar medidas en transición energética.

¿Hay conciencia en las dos formaciones del Gobierno, de estar ante una crisis más difícil y delicada que la que generó la covid, un factor exógeno, al contrario que ahora?

-Hay varios retos a los que necesitamos enfrentarnos. El primero es la guerra en Ucrania. Las guerras solo traen dolor, destrucción, miseria y dificultades para los pueblos. Nunca se hacen por una sociedad mejor, por la defensa de principios o valores. Se hacen por intereses, por la necesidad de expandir el territorio, por dominio militar sobre lugares geopolíticos estratégicos o por control de recursos. El segundo reto son las medidas necesarias para proteger a la población de las consecuencias de esta guerra, más las medidas estructurales.

Existe un debate sobre por qué esta guerra no ha despertado una movilización equivalente a la de Irak. En cualquier caso, parece que el problema de la energía no se detendrá.

-Respecto a la movilización, en Navarra hemos visto grandes muestras de solidaridad yendo a buscar a personas a las fronteras. El mayor interés para las poblaciones es la paz, evitar siempre la pérdida de vidas humanas y poder construir prosperidad. Porque hoy la guerra ha provocado la pérdida de miles de vidas, diez millones de desplazados, principalmente mujeres y niños, una destrucción sistemática de infraestructuras, y que se hayan disparado los precios de los alimentos y de la energía a nivel mundial. También está provocando que Europa deje de depender del gas ruso para depender más del gas de Estados Unidos, que se extrae con técnicas tan cuestionadas como el fracking, en contra de los objetivos climáticos. Y ha generado, como venía exigiendo Estados Unidos, un compromiso de mayor gasto militar. Por tanto es muy importante que seamos capaces de tener una voz solicitando ese alto el fuego, solidaridad que la sociedad sí está mostrando pidiendo paz.

Peticiones ante un Putin que le pueden entrar por un oído y salir por el otro. Le da igual.

-La construcción de la paz es un asunto muy serio y muy difícil, pero las conversaciones no han cesado, y sin embargo se están haciendo entre Rusia y Ucrania sin la debida mediación internacional ni el impulso diplomático necesario. Hay que aplaudir que Guterres haya nombrado un mediador de Naciones Unidas para impulsar este alto el fuego.

¿Qué ambiente se respira en el Parlamento Europeo? La inflación es menor en otros países. ¿Puede haber intentos de recortes encubiertos a medida de que la situación se pueda deteriorar más?

-La pandemia nos dio una lección a todos; por primera vez Europa hizo un punto de inflexión poniendo en marcha fondos de reconstrucción conjuntos, sabiendo que o todos salimos a la vez de la crisis, o si no es muy difícil sostener el proyecto europeo. Creo que mayoritariamente hay ese sentido común a la hora de afrontar las crisis actuales.

Mencionaba la necesidad de una reforma fiscal. Es clave el PSOE.

-Nosotras estamos acostumbradas a oír al Partido Socialista decir que no, y luego cambiar de posición. Fuimos los primeros que hablamos de la necesidad de desacoplar el gas y limitar los precios de la energía, y muchas de las cosas que parecen imposibles, un mes después las tenemos sobre la mesa. Es esencial un escudo social, pero enseguida va a haber la pregunta de cómo lo vamos a pagar, gestionar y sostener, porque no son medidas que vayan a funcionar solo poniéndolas en marcha durante un mes o dos meses. Y para eso tenemos pendiente una reforma fiscal muy necesaria.

Núñez Feijóo puede modular el tono de oposición, ahora con la bandera de la bajada de impuestos, que puede atraer a una parte de la sociedad.

-Hay una imagen que se intenta construir de Núñez Feijóo como una voz más moderada, pero esto lo tendremos que ver con hechos. De momento, nada más llegar, lo que se negoció fue un Gobierno del Partido Popular junto con la ultraderecha. Con lo cual, los hechos poco avalan esa imagen que se quiere dar de moderación. Sobre la necesidad de bajar impuestos siempre hay que plantear sobre quién. En momentos de crisis lo que menos tenemos que hacer es desmantelar la capacidad del Estado para proteger a la gente que lo está pasando peor. Es necesario una reforma fiscal para que paguen aquellas empresas que han seguido beneficiándose durante la pandemia y ahora en la crisis de la guerra. Las grandes energéticas siguen teniendo beneficios multimillonarios mientras la gente no puede pagar la luz en sus casas.

Da la impresión que Unidas Podemos sufre más que el PSOE ante cualquier crisis, lo que perjudica al liderazgo de Yolanda Díaz.

-Creo que hoy en España existe el mejor Gobierno que puede haber con la correlación de fuerzas actual. Es de coalición, con cosas que compartes y otras muchas que se diferencian.

Pero por ejemplo, la postura de Sánchez ante el Sáhara es un revés para la capacidad de Unidas Podemos de influir hacia la izquierda al PSOE.

-El cambio de posición de una parte del Gobierno con el Sáhara es una decisión unilateral e irresponsable para España. No sé si esta decisión corresponde a Pedro Sánchez o al Partido Socialista. El PSOE lleva en su programa la defensa de una solución duradera que permita una autodeterminación del pueblo saharaui. Este cambio de postura es algo que denunciamos, no soportamos, y trabajaremos en todas las instituciones para que España vuelva a la postura de respeto a las resoluciones de Naciones Unidas. España en su política internacional se juega su credibilidad, y no podemos dejar de apoyar las estructuras multilaterales para defender en este caso una ocupación ilegal. Respecto a la influencia dentro del Gobierno, durante muchos meses hemos tenido que escuchar que no se iban a limitar los precios de la energía o no se iban a intervenir los precios de los alquileres. Gracias precisamente a Unidas Podemos terminan siendo medidas efectivas.

Se recuerda que este Gobierno nació después de unas segundas elecciones programadas para evitar la coalición. Eso puede complicar mucho el final de legislatura.

-Hubo muchísimas reticencias, es obvio, para que Unidas Podemos pudiese entrar en un Gobierno. Hoy en esa relación muchas veces hay posturas diferenciadas. Es importante ser capaces de llegar a acuerdos para el conjunto de la ciudadanía. Con todas las dificultades, Unidas Podemos va poniendo encima de la mesa medidas que antes se decían imposibles.

Se transmite que el binomio entre Ione Belarra y Yolanda Díaz no está idealmente cohesionado. Y la apuesta de Díaz está por concretarse.

-Nosotras pensamos que Yolanda Díaz es la mejor candidata que puede haber en las próximas elecciones. Ponerse en primer lugar de un proyecto es una decisión complicada, sufriendo los ataques que hemos vivido. Sabemos que no es fácil, y en ese sentido todo el respeto a los tiempos para cuando Yolanda decida ser o no ser candidata.

En la cabeza de Díaz hay algo distinto a las coordenadas que ha venido marcando Unidas Podemos. ¿Qué hay que cambiar para que el proyecto recupere a antiguos votantes?

-Desde que nacimos siempre nos intentan dar por muertos.

Pero la evolución electoral es la que es. Los resultados están ahí.

-Los pocos años de vida que tenemos nos han llevado al Gobierno del Estado, a varios gobiernos autonómicos y a haber fortalecido parte de nuestras bases. Es muy importante seguir ampliando ese apoyo social por la defensa y garantía de derechos sociales, la defensa de un país plurinacional y seguir siendo capaces de democratizar muchas estructuras del Estado. Creo que Yolanda podría ser una candidata maravillosa para continuar con el proyecto dentro del Gobierno, pero es también algo mucho más amplio, de construcción social a lo largo del país, en lo que también están trabajando las organizaciones. Pensamos que hoy el mayor reto y la mayor responsabilidad que tiene el Gobierno, es ser capaz de cumplir expectativas de la gente que lo apoyó, y por eso Yolanda, Irene, Ione y Alberto tienen que ser capaces de que el Gobierno ponga medidas valientes para cubrir esas expectativas y reeditar futuros gobiernos que eviten que España vuelva a un Gobierno del PP en este caso con una ultraderecha como Vox.

SUS FRASES

"El mayor reto y la mayor responsabilidad que tiene el Gobierno es ser capaz de cumplir expectativas de la gente que lo apoyó""El cambio de posición de una parte del Gobierno con el Sáhara es una decisisión unilateral e irresponsable para España""Pensamos que Yolanda Díaz es la mejor candidata que puede haber en las próximas elecciones, todo el respeto a sus tiempos"