n este mundo hay que ver las cosas muy claras y cuando yo decido ir a África es porque allí necesitan que vayan cirujanos a operar porque la malformación congénita, que además es invalidante, puede acabar con la vida. Nadie la va a operar allí. Primero, porque no hay especialistas y luego, porque no hay recursos", afirma Carlos Bardají Pascual, jefe del servicio de Cirugía Infantil del Hospital Universitario de Navarra y promotor de la ONG Hope & Progress, quien aclara que "yo no he quitado ni un céntimo, ni un recurso, ni una sutura de ningún español de aquí" para hacer cooperación y recuerda, a quien le quiera escuchar, que "cualquier niño pobre español es mucho más rico que el niño más rico de Senegal".

El pasado 8 de abril una expedición de esta ONG formada por 12 personas -Aitor Ariceta, Alba Martín, Anna Granero, Blanca Paola Pérez, Carolina Forero, Clara Masaguerr, Gloria Bardají, Irune Landajuela, Isabel Pellejà, Marc Granero y Marina Miró- viajó rumbo al Sur de Senegal. "Fuimos a una región preciosa, que se llama Casamance, que está al otro lado de Gambia, con lo cual se encuentra muy desconectada del Norte, que es donde se ubica, como ocurre en todos los países, el poder", explica Bardají, quien precisa que "vamos ahí porque nos necesitan más que en el Norte".

Dos quirófanos a la vez

Cuatro días operando de sol a sol

El doctor Bardají destaca el "entusiasmo" de los cooperantes del equipo -formado por dos anestesistas, cuatro cirujanos, una estudiante de Medicina, dos enfermeras instrumentistas y tres personas de apoyo-, los cuales han sido "elegidos a dedo" y "son insustituibles. Cuando se produce una baja se busca a alguien de un perfil parecido y siempre se integran perfectamente", asegura.

Como hacen habitualmente, según relata, "pusimos en un bloque quirúrgico dos quirófanos a la vez, de manera que podemos operar el doble en el mismo tiempo". En este sentido, explica que "nos las ingeniamos para sacarle fuego al quirófano", exprimiendo el limitado tiempo del que disponen, de manera que su rendimiento suele ser de 14-15 operaciones al día, trabajando "de sol a sol y sin comer".

Sin embargo, en esta ocasión tuvieron menos tiempo del que habían planeado inicialmente, ya que "por problemas de las aerolíneas, la expedición se acortó un día y medio". Así, "quedaron cuatro jornadas útiles y operamos a 65 enfermos -lo que da una media de 16,25 cirugías por día-, o sea muy por encima del récord; es una cifra brutal", reconoce Bardají.

"A todos ellos les cambia la vida, porque hay personas que no pueden ir en bicicleta o correr de la hernia tan enorme que tienen...". Como refiere este cirujano infantil, además de hernias de todo tipo, "gigantescas, de dimensiones descomunales", intervinieron malformaciones congénitas, varios labios leporinos, tumores (de la cabeza, cuello, mama en una chica de 14 años...), una espina bífida, que "es una enfermedad grave que ahora ya se previene en Europa dando a la embarazada ácido fólico", y "muchas secuelas de quemaduras porque allí cocinan con fuego", bien con leña o con carbón, de manera que las chispas que genera éste último "prenden en la ropa y se abrasan. Entonces, como no hay nadie que haga un tratamiento precoz de la prevención de las retracciones de las quemaduras, por ejemplo en una mano, como no se han vendado en extensión, lo que produce es una retracción progresiva y queda un puño cerrado". Por eso, también abrieron varias manos.

investigación en África

Siete publicaciones científicas

Como reconoce Bardají, cuando haces cooperación "la patología no se puede elegir. Entra por la puerta y, si puedes, la haces" y, evidentemente, los tumores hay que intervenirlos. Uno de los que operaron en esta expedición es el de Oumi Baldé, una niña de 4 años a la que extirparon "un tumor cerebral que le salía por la frente. Había abierto el hueso y lo saqué todo, hasta la dura madre -que es la capa más externa de las meninges-", explica el especialista, que destaca que ahora están elaborando una publicación científica al respecto.

Todos los tumores que quitan en estos viajes los traen a Pamplona para analizarlos. "Es un glioma cerebral, pero que ocupaba toda la frente. El caso es muy interesante porque hemos hecho una revisión y no hay ninguno en el mundo, pero, aparte de eso, el mensaje es que las campañas de cooperación que hemos hecho en los últimos 3 ó 4 años han dado lugar a siete artículos científicos y ahora haremos otro, que se llamará Publicar en África: ¿es posible? La respuesta es sí, siempre que quieras hacerlo; querer es poder". El facultativo destaca la importancia de estos trabajos difundidos en prensa internacional precisamente porque "allí vemos tumores que aquí no se ven, casos evolucionados...", de manera que "cualquier otro cooperante o médico autóctono que lea el caso, si él no tiene medios para hacer el análisis anatomopatológico -algo, por otro lado, muy frecuente-, ya puede deducir lo que es sólo viendo nuestro artículo. Esa es la necesidad que tiene el científico de publicar; hay que publicar para difundir el conocimiento".

Buscando un ojo para Oumi

Un equipo muy compenetrado

Pero Oumi, además del tumor, padece "una ausencia de ojo congénita" y el doctor Bardají se comprometió a buscarle una prótesis de cristal; una empresa que entraña gran dificultad "por el tamaño, porque no es un ojo estándar" y porque habrá que ir cambiándolo conforme la pequeña vaya creciendo. De este modo, podrá llegar a tener una cara simétrica, porque "la niña es guapa", asegura el médico. Para ello, hace un llamamiento a "los ópticos que hacen prótesis de ojos que sean solidarios y quieran regalármela -puede valer unos 500 €-".

No obstante, se muestra convencido de que conseguirá su propósito, si bien reconoce que en "este mundo hay que sufrir mucho para conseguir cosas. Mucho, no te puedes ni imaginar -sus palabras se tornan serias-. Y todo es a base de picar piedra y voluntad... porque si no, no se hace".

Tras esta última expedición grupal de Hope & Progress, el promotor de la iniciativa regresó de nuevo a África a principios de mayo para revisar la evolución de casos críticos, como el de Oumi, que se encuentra "estupendamente", y para poner en marcha la siguiente misión, que será a final de septiembre: "Ya tengo pacientes para operar las dos primeras jornadas y el resto los saco de las visitas que vamos haciendo, al tener la consulta abierta los días que estamos allá".

Como concluye este profesional que ha practicado más de 40.000 cirugías, en Hope & Progress "todo funciona muy bien. La gente está entregada y hay una compenetración perfecta. El hombre blanco al principio era visto con recelo, pero ahora no. Ellos creen en los remedios tradicionales, pero llega un momento en que, cuando a una hernia gigante le han hecho de todo, y llega el hombre blanco y te la quita... ¡Hombre! Algo haremos bien, ¿no?", dice sonriendo.

"En este mundo hay que sufrir mucho para conseguir cosas y todo es a base de picar piedra y voluntad"

Promotor de la ONG Hope & Progress