La Semana Europea de la Movilidad 2025 llega en un momento clave para la transición energética. Lo que hace apenas unos años se consideraba una promesa tecnológica hoy forma parte de la vida cotidiana. Cada vez son más los hogares, empresas y comunidades que apuestan por la movilidad eléctrica como una opción práctica, económica y sostenible. En BatVol, empresa con más de cuatro décadas de experiencia en el sector eléctrico, lo tienen claro: “Ya no hablamos de lo que viene, sino de algo real”, afirma el equipo de dirección.

La movilidad eléctrica ha dejado de ser una alternativa lejana para convertirse en la opción lógica de miles de conductores. Aunque el coste de compra de un vehículo eléctrico sigue siendo mayor que el de combustión, el balance a largo plazo se inclina con claridad a su favor: recargar un coche en casa puede costar apenas dos o tres euros cada 100 kilómetros, frente a los ocho o diez de la gasolina; el mantenimiento es mínimo; y la combinación con energías renovables, como la solar, permite reducir la factura casi a cero. A todo ello se suman las ayudas públicas y, sobre todo, la reducción de emisiones locales que mejoran la calidad del aire en las ciudades.

Pese a estas ventajas, persisten ciertos mitos. Tal y como resume la directora general de BatVol, Maite Pérez: “A veces ayuda imaginarlo al revés: ¿qué pasaría si los coches eléctricos hubiesen existido siempre y ahora aparecieran los de combustión? Nos preguntaríamos dónde repostar sin gasolineras en cada esquina, cómo apagar incendios de depósitos de gasolina o si no sería peligroso circular con un coche lleno de líquidos inflamables que pueden explotar”. Una reflexión que pone en evidencia cómo muchas de las dudas hacia lo eléctrico responden más a costumbre que a lógica.

La realidad es que las barreras se disipan con la experiencia. Los vehículos actuales cubren con creces las necesidades diarias de los usuarios y la red de recarga rápida se expande a gran velocidad: España superó los 3.200 puntos ultrarrápidos en 2024, el doble que el año anterior. Para quienes instalan un cargador en su vivienda o empresa, la movilidad eléctrica se convierte en un gesto cotidiano, sencillo y cómodo, como tener una gasolinera particular siempre disponible.

Otro punto clave es la durabilidad y seguridad de las baterías. El equipo de dirección de BatVol recuerda que su vida útil supera en la mayoría de los casos los diez años, y que pueden reutilizarse en sistemas de almacenamiento energético cuando dejan de ser útiles para la automoción. Además, la investigación en nuevas tecnologías —como las baterías de sodio o de estado sólido— avanza a buen ritmo, ofreciendo soluciones más seguras y sostenibles.

En paralelo, el transporte pesado comienza a electrificarse. Aunque aún representa un porcentaje reducido del mercado, los camiones eléctricos ya circulan por Europa y los fabricantes anuncian nuevos modelos cada año. “El cambio no es una cuestión de si ocurrirá, sino de cuándo será la norma”, subraya el equipo de BatVol. Las claves estarán en la recarga de alta potencia y en la instalación de puntos estratégicos en autopistas y centros logísticos, un ámbito en el que la compañía trabaja con la solvencia de su experiencia en grandes instalaciones. “Nada explica mejor esta transición que la satisfacción de los clientes que ya disfrutan de su vehículo eléctrico. Una vez lo pruebas, no vuelves atrás”, afirma el director comercial, Gonzalo Pérez.

Ahora bien, no basta con el coche: la infraestructura de recarga es decisiva. La instalación de un cargador en el hogar o en la empresa es un proceso sencillo si se realiza con asesoramiento especializado. Aspectos como la potencia contratada, la ubicación del punto de recarga o la tramitación de ayudas públicas son determinantes. En garajes comunitarios, además, es esencial contar con la desclasificación de riesgos del garaje y las revisiones de protección al día. “Es un punto que está generando muchos problemas y confusión, y conviene dejarlo claro: si la comunidad necesita adaptaciones, no es por el coche eléctrico, sino porque el garaje no era seguro para ningún tipo de fuego”, explica la dirección de BatVol.

El proceso de instalación incluye pasos muy definidos, tal como detalla Walker Rodríguez, jefe de ventas renovables de la empresa: desde la solicitud de presupuesto y la visita técnica, hasta la planificación, ejecución, legalización y entrega de documentación. “Acompañamos al cliente de principio a fin para que todo quede en regla y solo tenga que enchufar su coche y disfrutarlo”, resume.

Los datos avalan el impacto de BatVol en el sector. Solo en 2025, la compañía ha instalado más de medio millar de puntos de recarga para particulares y más de una quincena de electrolineras de carga rápida solo en el norte de España. 

Su equipo propio de ingenieros y técnicos especializados, junto con la experiencia acumulada en más de 40 años, le han permitido consolidarse como referente en un mercado en plena transformación.

BatVol lo resume con una visión clara: “Cada gran cambio tecnológico siempre tuvo detractores, pero la historia demuestra que lo que funciona acaba imponiéndose. La movilidad eléctrica es una decisión práctica, económica y responsable, y hoy está al alcance de todos”.