Pamplona
– El trabajo por cuenta propia es uno de los soportes sobre los que se asienta el sistema de protección social. Las aportaciones de este colectivo a la Seguridad Social, así como la actividad económica que genera, son indispensables para el funcionamiento económico de un país. Hace unos días, el colectivo ha vuelto a ser noticia después de que el Ministerio de Inclusión, Migraciones y Seguridad Social se haya visto obligado a dar marcha atrás a la intención de realizar un incremento general de las cuotas de sus cotizaciones. La segunda propuesta que el Ministerio ha trasladado plantea la congelación de cuotas para los autónomos con menores rendimientos netos (de 670 euros a 1.166,7 euros al mes) y subidas de entre el 1% y el 2% (entre 2,9 y 14,75 euros mensuales) para los autónomos con ingresos superiores a los 1.166,7 euros. Es el planteamiento que puso sobre la mesa la ministra Elma Saiz, después de que la primera recibiera una sonora contestación por parte de diversos grupos parlamentarios y de algunas asociaciones de autónomos. Esa primera propuesta, la de la polémica, contemplaba, en cambio, subidas en las cuotas de autónomos de entre 17,37 euros y 206,24 euros para 2026, dependiendo de sus rendimientos netos.
Todo parte de la reforma del año 2022 que instauró el sistema de cotización por ingresos reales para los trabajadores autónomos. Se trata de una modificación que, en su planteamiento, concitó un gran consenso, ya que, a cambio de una subida en las cotizaciones acorde a sus ingresos mensuales, los trabajadores por cuenta propia dispondrán de mejores prestaciones de jubilación, una de las materias de las que siempre habían adolecido los régimenes específicos de la Seguridad Social. Hasta entonces, gran parte de los trabajadores autónomos cotizaban por la base mínima, lo que para los que tenían menos ingresos mensuales suponía un desequilibrio injusto, puesto que, de esta forma, no todos contribuían a la Seguridad Social en las mismas proporciones.
En las negociaciones del actual sistema se proponía unas cuotas hasta el año 2032, que finalmente se fijaron sólo para tres años -2023, 2024 y 2025-. No obstante, tras el cambio de planteamiento del Ministerio, la nueva propuesta se circunscribe únicamente a 2026. En este sentido, uno de los problemas estriba, como destaca Silvia Martínez, secretaria general en Euskadi de UPTA (Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos), en que todavía está pendiente por finalizar la regularización correspondiente a ingresos y cotizaciones del año pasado. Tanto ella como Odei González, secretario general de ABAT (Asociación de Autónomos de Euskadi) creen que la orientación y las intenciones de la reforma son positivas, la aplicación de la misma está fallando.
CONSECUENCIAS
“Es una reforma progresiva, pero no progresista”, resume el secretario general de ABAT. A su juicio, “en proporción, los autónomos que menos ganan son los que más van a aportar en cotizaciones”. Un juicio parecido al que hace la delegada de UPTA. “La subida incluida en la primera propuesta no era tan alta, pero lo que no nos gusta es la rectificación que ha hecho el Ministerio para los autónomos con más ingresos”, explica Martínez, que cree que algo así “va en contra de todo el sistema que acordamos en 2022, y afecta negativamente a todo el colectivo de autónomos”, ya que también se van a resentir las futuras pensiones de estos trabajadores.
En cualquier caso, la última propuesta de la ministra de Inclusión, Elma Saiz, propone congelar las cuotas que pagan los autónomos en la tabla reducida, es decir, en los autónomos con rendimientos netos que van desde los 670 euros mensuales a 1.166,7 euros. De este modo, los autónomos pagarían el año próximo las mismas cuotas que para 2025. En lo que respecta a la tabla general, que comprende 12 tramos que van desde más de 1.166,7 euros a rendimientos netos superiores a los 6.000 euros, el Ministerio plantea subir las cuotas entre un 1% y un 2,5%, lo que en términos absolutos equivaldría a una subida de entre 2,91 y 14,75 euros al mes. Para los tramos 1, 2 y 3 de la tabla general (de 1.166,7 euros a 1.700 euros de rendimientos netos) se propone un alza del 1% en sus cuotas para 2026, mientras que las cuotas de los tramos 4, 5 y 6 (de 1.700 a 2.330 euros al mes en ingresos) subirían un 1,5%.
Por último, para los tramos 7, 8 y 9 (de 2.330 a 2.760 euros en rendimientos netos), la subida de cuotas propuesta por el Gobierno sería del 2%, mientras que en los tramos del 10 al 12 (de 3.620 a más de 6.000 euros al mes en ingresos), el incremento sería del 2,5%.
La situación de los autónomos en Euskadi ofrece una imagen de claroscuros. Afronta problemas que están convirtiendo en estructurales, pero al mismo tiempo se trata de una esfera que está permitiendo la entrada y consolidación en el mercado laboral de numerosa población inmigrante. Así, según los últimos datos de la encuesta de Población en Relación a la Actividad (PRA) de Eustat, al cierre del tercer septiembre de año había 166.300 trabajadores por cuenta propia, lo que suponía unos 3.000 menos que a la conclusión del segundo trimestre, lo que en términos porcentuales implica un descenso del 1,7%.
La secretaria general de UPTA en Euskadi ve el punto de inflexión en el parón de la economía que supuso la pandemia hace cinco años. “Las pérdidas fueron muy grandes y un gran número se vio obligado a bajar la persiana”, indica. Además, explica, la obligatoriedad de realizar y emitir facturas electrónicas supuso el paso definitivo para que muchos de los trabajadores por cuenta propia con más edad y que aguardaban el último tramo antes de jubilarse decidieran acelerar ese proceso para evitar una inversión en digitalización cuya amortización y rentabilidad no veían garantizada. “La situación no es boyante, el colectivo atraviesa una situación de incertidumbre”, recalca. Odei González, por su parte, subraya la “elevada” fiscalidad que afronta el sector, el incremento en los alquileres en medio del encarecimiento general de la vivienda y el hecho de que “al 60% de los trabajadores por cuenta propia se les deniegue la protección por cese de actividad”, la prestación conocida como el ‘paro de los autónomos’. “Sigue existiendo una diferencia tremenda entre un trabajador por cuenta ajena y un autónomo”, destaca la delegada de UPTA Euskadi.
EMPRENDIMIENTO
No obstante, también existen otras razones de tipo coyuntural y también cultural. La buena marcha del mercado laboral, el crecimiento de la contratación indefinida y las últimas subidas del Salario Mínimo Interprofesional están provocando también un refuerzo del trabajo por cuenta ajena en detrimento del trabajo autónomo. Pero también influye una nueva mirada social sobre el empleo, en especial entre los jóvenes. “Se busca una seguridad laboral y económica. Sigue existiendo gente que emprende, pero muchos optan por convertirse en autónomos porque es su único método de salir adelante”, explica Odei González, el secretario general de ABAT.
En este sentido, el último informe del Observatorio Vasco del Emprendimiento, publicado recientemente, subraya que, a pesar de que crece la percepción de oportunidades para emprender entre la población, con un 32,9%, ese porcentaje está aún varios puntos por debajo de la media histórica, que establece en el 37,9%. En el contexto internacional, “la CAV sigue mostrando un dato de percepción de oportunidades a una considerable distancia de la media de la UE (47,4%) o de países como Alemania (42,7%) o Estados Unidos (59,3%)”. Por su parte, Silvia Martínez cita la falta de relevo generacional como una de las principales razones para que muchos negocios hayan cerrado en los últimos años en la CAV, en especial en los sectores de comercio y hostelería. Muchos de ellos, explican los responsables de estas asociaciones, pasan a manos de trabajadores migrantes. “El 80% de las nuevas altas en autónomos son de trabajadores extranjeros”, apunta Martínez. A nivel del Estado, desde la entrada en vigor del sistema en 2023 hay 105.000 autónomos más en el sistema, el 70% mujeres. l
en datos
Propuesta
MINISTERIO. La nueva propuesta del Ministerio plantea congelar las cuotas para los autónomos con menores rendimientos netos (de 670 euros a 1.166,7 al mes) y subidas de entre el 1% y el 2% (entre 2,9 y 14,75 euros mensuales) para los autónomos con ingresos superiores a los 1.166,7 euros..
Acuerdo
fecha límite. El Gobierno espera que las nuevas cuotas se voten antes del 31 de diciembre, porque así quedó establecido en la reforma del año 2022 que instauró el sistema de cotización por ingresos reales para los trabajadores autónomos.
Sindicatos
OPOSICIÓN. CC.OO., UGT y UPTA se han posicionado en contra de una subida de entre el 1% y el 2,5%, puesto que “no avanzamos hacia la convergencia en la cotización por ingresos reales”. A juicio de las centrales y de UPTA, lo necesario en el tramo de autónomos con el SMI para alcanzar la cotización efectiva por los ingresos reales sería una subida media del 3% o 3,5%, mientras que para el tramo más alto deberían estar en 18-20% anual.