Praga/bratislava - La canciller alemana, Angela Merkel, insistió ayer en que la venta de armas de su país a Arabia Saudí está condicionada a que se aclare el asesinato del periodista crítico Jamal Khashoggi, y desveló que ha dicho al rey Salman bin Abdulaziz que es preciso conocer todos los detalles del caso. “El caso del periodista es triste y ayer hablé con el rey saudí, y es necesario aclarar el trasfondo de ese caso. Hasta que eso no ocurra, no suministraremos ningún arma a Arabia Saudí”, aseguró en rueda de prensa en Praga junto al presidente checo, Andrej Babis.

Merkel también afirmó que en la Unión Europea se está hablando de “cómo seguirá funcionando” la política comunitaria hacia el país árabe.

La canciller también pidió a Arabia Saudí que se involucre “todo lo posible” para paliar la crisis humanitaria que atraviesa Yemen a causa del hambre y la guerra civil, en la que los saudíes participan contra los rebeldes hutíes. “Arabia Saudí debería hacer todo lo posible para ayudar en la crisis humanitaria que atraviesa Yemen, donde pasan hambre muchos millones de personas, y es una auténtica catástrofe humanitaria”, dijo Merkel.

Merkel, que acudió a la capital checa para celebrar el centenario del país, es uno de los primeros líderes de la Unión Europea en decretar un embargo de armas a Riad hasta que no se aclare el asesinato del periodista Khashoggi. La canciller participa hoy, sábado, en la Conferencia sobre Siria en Estambul, en la que se encuentran también los jefes de estado de Francia, Turquía y Rusia.

Antes de llegar a Estambul, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, contestaba a la postura alemana mirando a Estrasburgo y calificando de “demagogia” promover un embargo de armas a Arabia Saudí en reacción al asesinato del periodista Jamal Khashoggi, como pidió el Parlamento Europeo (PE). “Sería muy demagógico decir que dejamos de vender armas porque, ¿cuál es la influencia de la venta de armas en el asesinato de Khashoggi?”, declaró Macron en rueda de prensa en Bratislava.

El pleno del PE pidió este jueves a los Gobiernos de la Unión Europea (UE) que impongan un embargo conjunto a la venta de armas a Arabia Saudí, tras el asesinato del saudí Khashoggi, un periodista disidente y exiliado, el pasado 2 de octubre en el consulado saudí en Estambul.

En esta respuesta incluía, sin citar, a Alemania que había pedido el lunes una “postura europea” común en esta cuestión, al día siguiente de que la canciller, Angela Merkel, anunciase la suspensión de las exportaciones de armamento a Riad.

Macron sí se manifestó ayer a favor de unificar una postura comunitaria e imponer sanciones, pero solo después del esclarecimiento del crimen. “No podemos tomar decisiones precipitadas porque realmente antes debemos saber lo que pasó”, subrayó. “Tenemos confirmado que hubo asesinato, y el fiscal saudí dijo que fue una asesinato por encargo. Se conocen las personas que lo pudieron haber cometido y hay un equipo investigando compuesto por turcos y saudíes, con intervención de los servicios secretos”, recordó.

Macron no quiere sanciones a Riad Consideró que las sanciones deberán ser “amplias”, pero “coherentes” con el crimen, por lo que “no se puede decretar” antes de conocer toda su implicación. No obstante, Macron apunta su rechazo de sancionar al régimen saudí y a la suspensión de la venta de material bélico a Riad. “En cuanto tengamos a disposición el informe de los hechos nuestra reacción debe ser proporcional y debe dirigirse a las personas concretas” responsables del crimen, prosiguió. El mandatario galo resaltó que “debe ser una reacción coordinada de toda la UE, una sanción de espectro amplio”. Al mismo tiempo, recordó que Arabia Saudí es un socio estratégico de Francia en la región, sobre todo, en la lucha contra el terrorismo. “Cooperamos muy intensamente con ellos, y tenemos intereses militares completamente transparentes”, dijo Macron.

Francia es uno de los quince países de la UE (junto a Austria, Bélgica, Bulgaria, República Checa, Dinamarca, Finlandia, Alemania, Italia, Holanda, Polonia, Rumanía, España, Suecia y Reino Unido) que vendieron armamento a Arabia Saudí en 2016, según el informe más reciente sobre comercio de armas con ese país, publicado en febrero.

Por su parte, la Policía turca no ha encontrado rastros de ADN en las muestras de agua del pozo situado en la residencia del cónsul saudí de Estambul, uno de los dos edificios investigados en la búsqueda del periodista desaparecido saudí Jamal Khashoggi, informó ayer el diario turco Hürriyet. - Efe