argel - El presidente de Argelia, Abdelaziz Buteflika, renunció ayer a presentar su candidatura a la reelección en las elecciones presidenciales de abril, tras las masivas protestas registradas en las últimas semanas. Con ello termina la carrera política del único líder árabe del siglo XX que seguía en el poder. Su decisión se produce en medio de una oleada de protestas masivas en todos los rincones de Argelia y entre rumores sobre su estado de salud, ya que el mandatario de 82 años estuvo ingresado en un hospital de Suiza durante quince días hasta este domingo.

En un comunicado leído en el principal informativo de la noche, Buteflika anunció también el aplazamiento de las elecciones presidenciales previstas para el próximo 18 de abril y la apertura de un periodo de transición que permita elegir en las urnas a un sustituto. Según el mandatario, el aplazamiento se produce así para “aplacar los temores que han sido manifestados con el fin de abrir la vía a la generalización de la serenidad, la calma y la seguridad pública” de cara a iniciar “una nueva era en Argelia”.

nuevo gobierno Buteflika adelantó, además, que habrá “cambios importantes en el Gobierno” que serán “una respuesta adecuada a las expectativas” de los ciudadanos, además de demostrar su voluntad de “rendición de cuentas y de evaluación rigurosa en el ejercicio de las responsabilidades a todos los niveles y en todos los sectores”. Para que estas elecciones puedan celebrarse, “se formará un Gobierno de competencia nacional que se beneficiarán del apoyo de los componentes de la conferencia nacional”, precisó Buteflika. Dicho Ejecutivo, “asumirá la supervisión de las misiones de la administración pública y de los servicios de seguridad y aportará su plena colaboración a la comisión electoral”, agregó.

El proceso de transición se vertebrará a través de la convocatoria de una conferencia nacional “independiente e inclusiva”, cuyos detalles no ofreció, y de la formación de un Gobierno de unidad nacional que tutele todo el proceso. En este sentido, la renuncia de Buteflika, quien llevaba dos décadas en el poder, a la reelección para un quinto mandato consecutivo llega acompañada con la dimisión del primer ministro, Ahmed Ouyahia, y de todo su Gabinete. La decisión se produce apenas tres semanas después de que cientos de miles de argelinos salieran pacíficamente a las calles del país para exigir la renuncia del mandatario y la caída de régimen, al que acusan de corrupto.

Las movilizaciones arrancaron hace varios meses en los campos de fútbol y saltaron a las calles del país el pasado 22 de febrero, dos días antes de que fuera trasladado a Ginebra para ser hospitalizado y antes de que el régimen suspendiera la inauguración del nuevo aeropuerto de Argel, a la que iba a asistir. Desde entonces fueron creciendo cada viernes y mutando para pasar de ser una protesta contra el quinto mandato de Buteflika a convertirse en un clamor popular de centenares de miles de personas contra la corrupción de un régimen dominado por el Ejército y los servicios secretos desde la independencia de Francia en 1962. Asimismo, un millar de jueces argelinos apoyaron ayer las protestas masivas, explicó el abogado y militante de derechos humanos Salah Dabouz, que detalló que han decidido crear un grupo para respaldar el movimiento popular y reclamar un cambio radical del sistema político y la puesta en marcha de un Estado de derecho.

estado de salud En la presidencia desde el 27 de abril de 1999, Butefli-kla sufrió en 2013 un derrame cerebral que mermó sus facultades físicas y que ya le impidió hacer campaña en las presidenciales del año siguiente, aunque ganó los comicios. A partir de ese momento no habla en público, se mueve en una silla de ruedas empujada por su hermano Said, y sus apariciones públicas son escasas, reducidas a las imágenes grabadas por la cadena estatal con motivo del consejo de ministro o de visitas de altos dignatarios extranjeros. Hace un lustro que no viaja al extranjero, y en los dos últimos años ha cancelado en el último momento por recaídas de salud reuniones ya confirmadas con altos responsables como la canciller alemana, Angela Merkel, o el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamad bin Salmán. - Efe/E.P.