madrid/moscú - El presidente de la Asamblea Nacional venezolana, Juan Guaidó, reconoció el sábado los errores cometidos esta semana al esperar que más militares apoyasen la denominada Operación Libertad, con la que espera lograr el “cese definitivo” de la “usurpación” del régimen de Nicolás Maduro.

En una entrevista concedida al diario The Washington Post, Guaidó admitió que esperaba que al producirse una oleada de deserciones dentro del Ejército, Maduro dimitiese. Sin embargo, el llamamiento de Guaidó para que los militares se “sumasen al proceso de cambio” no produjo deserciones masivas.

“Tal vez necesitemos más soldados o, tal vez, necesitamos que más altos cargos del régimen estén dispuestos a respaldar la Constitución”, señaló en esta entrevista.

Tras ser preguntado sobre qué haría en caso de que el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, le ofreciese una intervención en Venezuela, Guaidó respondió que le diría lo siguiente: “Querido amigo, John Bolton, gracias por toda la ayuda que ha brindado a esta causa. Gracias por la opción, la evaluaremos y probablemente la consideraremos en el Parlamento para resolver esta crisis. Y si es necesario, tal vez la aprobemos”.

Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, advirtió ayer de que una intervención armada en Venezuela tendría “consecuencias catastróficas” para el sistema de seguridad internacional.

“Con nuestros socios venezolanos coincidimos en que todo empleo de la fuerza sin la aprobación del Consejo de Seguridad de la ONU puede tener consecuencias catastróficas para toda la seguridad internacional”, dijo Lavrov.

El jefe de la diplomacia rusa hizo esta afirmación en una rueda de prensa conjunta con el ministro de Asuntos Exteriores venezolano, Jorge Arreaza, al término de sus conversaciones.

“Confío en que los analistas que, seguramente, todavía quedan en Washington, calculen las consecuencias de acciones temerarias”, subrayó Lavrov. - Efe/E.P.