MADRID. El hombre sospechoso de matar a 33 personas y herir otras 36 al incendiar el jueves un estudio de animación en la localidad japonesa de Kioto había sido condenado previamente por robo y recibió tratamiento por enfermedad mental, según ha confirmado la cadena pública japonesa NHK.

El sospechoso ha sido identificado como Shinji Aoba, de 41 años, sentenciado previamente en 2012 a tres años y medio de cárcel por robar una tienda en la prefectura de Chiba, según NHK.

Después de su liberación, Aoba pasó algún tiempo en instalaciones para ex convictos. También recibió tratamiento para la enfermedad mental por parte de los cuidadores que visitaron su casa, según la cadena.

Aoba entró un carrito que llevaba al menos un cubo de gasolina hasta la entrada del edificio antes de verter su contenido en el suelo y prenderle fuego al grito de "moríos".

Según testigos, Aoba confesó inmediatamente su crimen a la Policía, cinco minutos después del inicio de las llamas, y agregó que había iniciado el incendio porque creía que el estudio había robado su novela.

Aoba está bajo anestesia debido a las quemaduras que sufrió y la Policía no pudo interrogarlo, según las fuentes de Nippon TV.

Fuentes del Departamento de Bomberos de Kioto han resaltado que el edificio incendiado no contaba con aspersores ni bocas de incendio, dado que estaba clasificado como "oficina".

Así, han señalado que la inspección del edificio llevada a cabo en octubre del año pasado determinó que los extintores y alarmas de emergencia estaban instaladas, en línea con la ley, según la agencia de noticias Reuters.

Por su parte, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha trasladado su "solidaridad" al Gobierno y la población de Japón y se ha mostrado "entristecido" por el suceso.

Guterres ha extendido además sus condolencias a los familiares de las víctimas y ha deseado una rápida recuperación a los heridos, según Farhan Haq, uno de los portavoces de la Secretaría General de la ONU.