Ankara - Las autoridades turcas dejaron ayer pocas dudas de que el Ejército turco está a punto de pasar a la ofensiva para tomar el control de una amplia franja en el noreste de Siria, hasta ahora dominado por milicias kurdas.

“Podemos entrar de repente por la noche, porque no podemos aceptar la amenaza de organizaciones terroristas contra nuestro país”, aseguró el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.

La advertencia no es nueva, pero por primera vez toma visos de credibilidad, al haber anunciado ayer el presidente estadounidense, Donald Trump, su decisión de retirar sus tropas de Siria y de no interferir en una operación turca.

Con esto, Washington pone fin a la alianza con las Unidades de Protección Popular (YPG), las milicias kurdosirias que dominan el norte de Siria entre el río Éufrates y la frontera iraquí.

Hasta ahora, el YPG, columna vertebral de una agrupación de milicias locales que combatían bajo el nombre de Fuerzas de Siria Democrática (FSD), era la principal baza de EEUU en la lucha contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI).

Pero Ankara siempre ha considerado al YPG un grupo terrorista por sus vínculos con el proscrito Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), la guerrilla kurda activa en Turquía.

Por su parte, el portavoz de la Presidencia turca, Ibrahim Kalin, señaló que “la zona segura tendrá dos objetivos: proteger la frontera de Turquía eliminando a los elementos terroristas y permitir a los refugiados que vuelvan a sus hogares”,

“Turquía apoya la integridad territorial de Siria y su unidad política. No tiene interés en ocupar ni en cambiar la demografía” del país vecino, agregó.

Kalin salió así al paso de las críticas vertidas contra los planes de Erdogan de utilizar la ‘franja de seguridad’ para asentar en ella hasta dos millones de los 3,6 millones de refugiados sirios actualmente acogidos en Turquía.

Erdogan detalló reiteradamente sus planes de construir en la franja, hasta ahora de mayoría de población kurda, unas 140 urbanizaciones para 5.000 personas cada una y otras diez para 30.000, con instalaciones educativas, deportivas y religiosas.

El propio presidente de Irán, Hasan Rohaní, ya había criticado estos planes durante la cumbre tripartita celebrada en Ankara el mes pasado y recordó a su anfitrión que “los refugiados desean volver a su propia casa, a su propio pueblo”.

La mayoría de los refugiados sirios en Turquía proviene de regiones distintas a las del noreste kurdo en las que Ankara planifica intervenir ahora, por lo que es dudoso cómo acogerían la idea de un “retorno” a las nuevas urbanizaciones que promete el mandatario turco. - Efe