Watford - La defensa colectiva que garantiza la OTAN prevaleció por encima de las diferencias de las últimas semanas entre los aliados, que cerraron la cumbre por los 70 años de la organización con el compromiso de reflexionar sobre su futuro y un primer debate sobre los retos que plantea China.

“Solidaridad, unidad y cohesión son los principios piedra angular de nuestra Alianza (...). Un ataque contra un aliado será considerado como un ataque contra todos”, recalcaron los líderes en una declaración aprobada al término de la cumbre celebrada en Watford, al noroeste de Londres.

La cita se desarrolló en medio de las mayores divisiones entre los aliados desde la crisis por la nacionalización del canal de Suez en 1956 y la invasión estadounidense de Irak en 2003.

“Mientras permanezcamos juntos, nadie podrá derrotarnos y nadie podrá empezar una guerra”, había advertido el primer ministro británico, Boris Johnson, al comienzo de una reunión de la que fue anfitrión.

El secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, destacó que la reunión demostró “una vez más que la OTAN sigue siendo el único lugar en el que Europa y América del Norte hablan, deciden y actúan juntos”.

La declaración común adoptada por los líderes no estaba garantizada hasta el final, ya que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, había amenazado con bloquearla, al igual que su apoyo a los planes estratégicos para defender a los países del Este de Europa frente a Rusia, si la OTAN no respaldaba su consideración de los kurdos como terroristas.

Stoltenberg dijo que en la reunión no se abordó “específicamente” esa demanda turca, un asunto sobre el que “es bien sabido” que los aliados mantienen diferentes opiniones.

En cualquier caso, dijo que “lo importante es no poner en peligro la labor contra el terrorismo” que lleva a cabo la OTAN, por ejemplo al formar parte de la coalición internacional contra el grupo yihadista Estado Islámico.

El comentario del presidente francés, Emmanuel Macron, hace unas semanas de que la OTAN se encontraba en estado de “muerte cerebral” fue otro de los puntos que causaron fricción entre los aliados y que molestó abiertamente al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que lo tildó de “desagradable” e irrespetuoso.

Macron ayer se reafirmó en sus declaraciones y consideró que han contribuido a la decisión de los aliados de encargar a Stoltenberg hacer propuestas con el apoyo de expertos para “reforzar más la dimensión política” de la OTAN.

El presidente galo pidió, en cualquier caso, contemplar un “diálogo fuerte” con Rusia al considerarlo fundamental para la seguridad y estabilidad de Europa.

Los aliados también abordaron de forma extensa la relación con Rusia -país con el que la OTAN mantiene una doble vía de diálogo y disuasión- y el futuro del control armamentístico tras el fracaso del tratado de reducción de misiles nucleares de corto y medio alcance (INF) entre Moscú y Washington.

Los líderes mantuvieron ayer por primera vez, a instancias principalmente de EEUU, un debate sobre la emergencia de China como potencia militar mundial y las oportunidades, pero también desafíos, que representa para su seguridad.

Coincidieron en la necesidad de animar a Pekín a participar en acuerdos de control armamentístico.

Las insistentes demandas de Trump de que los aliados europeos y Canadá inviertan más en defensa quedó en esta ocasión en segundo plano, aunque los líderes sí comentaron la necesidad de repartir más las cargas en la organización.

Stoltenberg aseguró que aún hay que mejorar, pero recordó que la inversión militar ha aumentado por 5º año consecutivo y que los europeos y Canadá llevan acumulados en defensa 130.000 millones de dólares (118.209 millones de euros) desde 2016, que se prevé que ascienda a 400.000 millones de dólares (363.720 millones de euros) para de 2024.

Europa y Canadá

Desde 2016118.209 millones

Previsión para 2024363.720 millones

Sin representación de la UE. El encuentro de líderes rompe una breve tradición que se había instaurado en las últimas citas de la Alianza: invitar a los mandatarios de las instituciones europeas. Aunque los presidentes de la Comisión, el Consejo y el Parlamento no participan en ningún órgano de la OTAN, la cúpula de la UE había asistido a encuentros informales celebrados en los márgenes de las citas tanto en 2018, en Bruselas, como en 2017, en Varsovia. En la capital polaca incluso se firmó una declaración conjunta de cooperación entre ambas instituciones.