Beirut - El líder del grupo chií libanés Hizbulá, Hasan Nasralá, afirmó este domingo que el "castigo justo" a la muerte del comandante iraní Qasem Soleimaní este viernes en Bagdad por un ataque de Washington es la expulsión de las tropas estadounidenses de la región de Oriente Medio.

"La respuesta a la sangre de Soleimaní y Al Mohandes debe ser la expulsión de las fuerzas estadounidenses de la región", afirmó el clérigo en referencia también a Abu Mahdi al Mohandes, vicepresidente de la agrupación de milicias iraquíes Multitud Popular, que pereció junto al comandante de la Fuerza Quds de los Guardianes de la Revolución iraní.

En un discurso dirigido a sus seguidores y retransmitido en una gran pantalla en los barrios sureños de Beirut, feudo del poderoso grupo en el Líbano, Nasralá dijo que "el Ejército de EE.UU. es el que mató a Soleimaní y Al Mohandes, y pagará el precio".

"Quiero ser muy claro, no nos referimos a ciudadanos estadounidenses. Hay muchos estadounidenses en nuestra región. No queremos atacarlos, no es correcto hacerles daño. Atacar a civiles estadounidenses en cualquier lugar sirve a los intereses de (Donald) Trump", afirmó.

Pero el líder chií sí nombró todas "las bases militares estadounidenses, navíos militares, todos los oficiales y soldados estadounidenses en nuestros países" árabes.

Asimismo, pronosticó que cuando las fuerzas estadounidenses salgan de la región, "los sionistas cogerán sus maletas y se irán", por lo que no será necesaria "una batalla contra Israel", en referencia a su gran enemigo y vecino, al que Hizbulá se ha enfrentado en el pasado.

"Estoy feliz por Qasem Soleimaní. Ha alcanzado su descanso justo. No estamos enfadados. Estamos diciendo que su sangre pura es una oportunidad para expulsar a EE.UU. de la región, incluso si hay consecuencias", señaló Nasralá visiblemente emocionado en una alocución en la que pasó de los gritos a una voz quebrada.

El clérigo relató que se encontró en año nuevo con Soleimaní en Beirut, adonde fue a visitarlo antes de dirigirse a Damasco, y le advirtió que EE.UU. "iba detrás de él".

Desde Damasco Soleimaní voló a Bagdad y, al abandonar el aeropuerto, fue blanco de un bombardeo con drones pasada la medianoche hora local del viernes (21.00 GMT), según la Multitud Popular.

Soleimaní era el encargado de las operaciones fuera de Irán de los Guardianes de la Revolución y ha estado presente sobre el terreno en Siria y en Irak, supervisando a las milicias respaldadas por Teherán en ambos países.