- Siria celebró ayer unos polémicos comicios presidenciales, rechazados por la ONU y buena parte de la comunidad internacional, sólo en las áreas controladas por el presidente Bachar al Asad, que tras años de conflicto armado busca afianzarse de nuevo al frente del país. Más de 12.100 colegios electorales fueron habilitados y más de 18 millones de personas llamadas a las urnas entre las 06.00 y las 18.00 horas, en medio de un fuerte despliegue de seguridad en la capital.

Sin embargo, poco antes del cierre establecido, el Comité Judicial Supremo para las Elecciones anunció que las votaciones se prolongarán cinco horas más debido a la “fuerte afluencia de votantes”. Al Asad depositó su voto en la simbólica localidad de Duma, exfeudo rebelde en las afueras de la capital retomado por las fuerzas gubernamentales en 2018; mientras que sus contrincantes lo hicieron en Damasco.