- Pedro Castillo asumió ayer la presidencia de Perú para el período 2021-2026 tras jurar el cargo ante el Congreso de la República y recibir la simbólica banda presidencial. Castillo, ataviado con su tradicional sombrero chotano de paja y ala ancha y un terno con motivos indígenas, recibió los símbolos del poder del Estado de manos de la presidenta del Parlamento, María del Carmen Alva. “Juro por Dios, por mi familia, por mis hermanas y hermanos peruanos, campesinos, pueblos originarios, ronderos, pescadores, docentes, profesionales, niños, jóvenes y mujeres, que ejerceré el cargo de presidente de la República por el periodo 2021-2016. Juro por los pueblos del Perú, por un país sin corrupción y por una nueva constitución”, afirmó el maestro rural.

En la sobria ceremonia estuvieron presentes los todos representantes de los poderes del Estado, el Congreso en pleno, así como familiares cercanos del mandatario. También asistieron invitados como el rey Felipe VI, y los presidentes de Argentina, Alberto Fernández; Bolivia, Luis Arce; Chile, Sebastián Piñera; Colombia, Iván Duque; y Ecuador, Guillermo Lasso.

Castillo asume la presidencia en un momento crítico para el Perú, asolado por la crisis sanitaria y económica desatada por el covid y en medio de una enorme polarización e inestabilidad política. El profesor recibe al país con mayor mortalidad por covid-19 per cápita, con cerca de 200.000 fallecidos, y una economía que pugna por recuperarse tras contraerse un 11,8% en 2020.

El triunfo de este maestro rural de 51 años en las elecciones presidenciales, que se disputaron en dos vueltas el 11 de abril y el 6 de junio, llegó como una sorpresa para muchísimos peruanos y sobre todo ha sido un varapalo para los poderes establecidos y la política tradicional del país andino.

Perú, que en la jornada de ayer conmemoró también los 200 años de su independencia, tiene en Castillo por vez primera un Jefe de Estado procedente del campo andino, ajeno a sus élites políticas y centros de poder, muy inquietas ante su irrupción. En las próximas horas el flamante presidente, cuyo hermetismo en estas últimas semanas ha sido absoluto, anunciará su gabinete y confirmará cuales serán las primeras líneas de acción de su mandato.

Durante la campaña, Castillo fue enfático en señalar la necesidad de que el Estado peruano tenga una mayor intervención en la economía e insistió en impulsar la creación de una Asamblea Constituyente para crear una nueva Constitución, propuestas que generan una amplia controversia en el país.

Castillo asume el mando también con la certeza de que no tendrá “luna de miel” entre sus opositores, que ya desde la noche del 6 de junio, cuando se empezó a vislumbrar su triunfo sobre la candidata derechista Keiko Fujimori, comenzaron a sembrar dudas sobre su legimitidad y su victoria. Fujimori denunció durante semanas, sin pruebas fehacientes, la existencia de un “fraude” cometido a manos de Castillo y su partido, Perú Libre.

Ese “fraude” es inexistente para la Justicia peruana y para la comunidad internacional, pero dilató por mes y medio la proclamación de Pedro Castillo con más de un millar de demandas y recursos legales sin sustento.