Rusia y Ucrania reanudaron ayer por videoconferencia las negociaciones para solventar el conflicto, empañadas por el supuesto ataque ucraniano contra un depósito de combustible en territorio ruso y el enésimo intento fallido de evacuar la ciudad de Mariúpol, en el mar de Azov. "Continuamos las negociaciones en régimen de videoconferencia. Nuestras posturas sobre Crimea y Donbás son inamovibles", escribió Vladímir Medinski, negociador jefe ruso, en su canal de Telegram.

Las negociaciones se reiniciaron tres días después del primer acercamiento de posturas entre los bandos en conflicto durante la reunión celebrada en Estambul.

Al término de la quinta ronda de negociaciones, Medinski dijo que informaría sobre su resultado al jefe del Kremlin, Vladímir Putin, que aún no se manifestó al respecto. "Por vez primera en muchos años, las autoridades de Kiev expresaron su voluntad de llegar a un acuerdo con Rusia. Ucrania se mostró dispuesta a cumplir con las principales demandas en las que Rusia insistió durante los últimos años", destacó.

Se refería a la renuncia de Ucrania a entrar en la OTAN, a pertenecer a bloques militares, a las armas nucleares y a poseer, adquirir o desarrollar otras armas de destrucción masiva, y a acoger bases o contingentes militares extranjeros. Eso sí, matizó que tanto el estatus de la anexionada península de Crimea como del Donbás son intocables. Al respecto, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, dejó clara su postura al asegurar que "no puede haber ni habrá ningún compromiso sobre la soberanía e integridad territorial". "No cederemos nada. Y lucharemos por cada metro de tierra, por cada persona", afirmó.

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, se mostró ayer decidido a organizar cuanto antes una reunión entre Putin y Zelenski que no se ven las caras desde finales de 2019.

Precisamente, Erdogan pidió por teléfono a Putin, al que llamó en su momento a declarar un alto el fuego en todos los frentes, que se reúna personalmente con su homólogo ucraniano. Al respecto, el jefe de la diplomacia ucraniana, Dmitro Kuleba, negó que, como informó The Times, Occidente esté presionando a Zelenski para que acepte un acuerdo de paz con Putin, aunque éste incluya dolorosas concesiones.

"Hemos demostrado que Ucrania no acepta presiones y con nosotros sólo se puede hablar en posición de igualdad y no con aires de superioridad. Y después de 36 días de guerra les aseguro que nadie en Europa, o al otro lado del océano, se atreve a presionar a Zelenski o a Ucrania, sea cual sea el motivo", afirmó.

En este contexto, Kiev anunció ayer el intercambio de 86 soldados prisioneros de guerra con Rusia, en el segundo canje de este tipo desde que comenzó la guerra el pasado 24 de febrero. Un representante de la oficina de la Presidencia, Kyrylo Tymoshenko, afirmó que el intercambio era fruto de un acuerdo entre las delegaciones negociadoras de Kiev y Moscú. "86 miembros del Ejército ucraniano, entre ellos 15 mujeres, se encuentran ya a salvo", señaló Tymoshenko, que no detalló cuántos militares rusos habían sido liberados como parte del acuerdo.

Ciertos progresos. El ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, aseguró ayer durante su visita a la India que se han producido ciertos progresos en las negociaciones sobre el estatus neutral de Ucrania, incluyendo un acercamiento de posturas con respecto a la situación de las regiones del Donbás. "Estos acuerdos deben ser completados (...), hay cierto progreso admitiendo la imposibilidad de que Ucrania forme parte de cualquier bloque", aseguró,