Desde que en octubre de 2008 saltó por los aires el pacto de coalición que el PP mantenía con UPN, que forzó a los populares a refundar en Navarra el partido que habían disuelto en 1991, la formación que lidera Mariano Rajoy ha vivido en estado de continuo sobresalto.

Las primeras disputas internas se suscitaron desde el mismo momento en que se dio el pistoletazo de salida al proceso de reimplantación en la Comunidad Foral. Jaime Ignacio del Burgo, que ya había presidido el partido tras el primer congreso del PPN en 1990, trató de pilotar el proceso, pero Génova le cortó las alas. Consideraba que su figura estaba muy desgastada y confió esta tarea en el senador José Ignacio Palacios, que en noviembre de 2008 se convirtió en coordinador de la comisión constituyente del PPN que, poco después, pasó a presidir.

La refundación del partido, sin embargo, se alargó más de lo previsto. Madrid fue rechazando a todos los que se postularon, de manera más o menos explícita, para presidir el partido y encargó al entonces diputado Santiago Cervera, que gozaba de una alta consideración en Génova, que liderara el proceso. Para entonces, Palacios ya había sido relegado a un papel secundario y entre los nombres que se estudiaron para acceder al cargo estuvo el del ahora dimisionario Enrique Martín de Marcos, opción que en verano de 2009 fue desestimada porque tampoco daba el perfil que buscaba el PP para reflotar la marca en la Comunidad Foral.

retraso Con escasa militancia y por lo tanto, con poco donde elegir, el congreso fundacional del PPN se demoró bastante más de lo previsto. Hubo que esperar al 12 de diciembre de 2009 para convocarlo. Cervera, único candidato, salió elegido con 193 votos (el 79%) después de haber presentado 247 avales.

A la carrera por hacerse con el cargo trató de concurrir también Nieves Ciprés, pero la comisión organizadora del congreso entendió que no reunía los requisitos reglamentarios. Solo le validó 85 de los 107 avales que recogió, porque no todos sus firmantes estaban al corriente en el pago de las cuotas, y eran necesarios 90 para aspirar a la presidencia. Ciprés llevó su reclamación a la justicia ordinaria, la perdió, se marchó del partido y ya en 2011 fundó Derecha Navarra y Española.

Con Cervera al frente, el partido trazó un discurso claramente diferenciado del de UPN, pero los resultados electorales no fueron los esperados. Obtuvo 23.551 votos (el 7,28%) y cuatro insuficientes escaños para decantar mayorías de gobierno. No tardó, además, el PP en reclamar sus servicios a Cervera, que en las generales de noviembre de 2011 le ubicó en el puesto número 6 por Madrid, donde pretendía proseguir su carrera política hasta que en diciembre de 2012 se vio envuelto en el extraño caso de la presunta extorsión al expresidente de Caja Navarra José Antonio Asiáin, por el que está pendiente de sentarse en el banquillo para ser juzgado.

Para entonces, Cervera ya había dejado el liderazgo del PPN, que en mayo de 2012 pasó a manos de Martín de Marcos. Fue tras el congreso en el que Ana Beltrán retiró su candidatura para propiciar un consenso que se quedó en una declaración de intenciones. La integración fue solo un espejismo y las tensiones se trasladaron al quehacer diario del grupo parlamentario, donde las tensiones entre De Marcos y Eloy Villanueva con Beltrán y Amaya Zarranz fueron más que visibles en muchas ocasiones.

Marcos, proclive al entendimiento con UPN, abandona ahora la nave sin haber conseguido cerrar la fractura interna que ha lastrado al PPN en los casi seis años de andadura en solitario en Navarra.