Finalmente no hubo reunión ayer entre la presidenta del Congreso, Ana Pastor, y los portavoces de los grupos ni ronda de contactos para advertirles de que la actitud de unos y otros denigra a la propia institución. Tampoco se cumplió estrictamente el anuncio de retirada del diario de sesiones de los términos insultantes que están en la raíz del último enfrentamiento suscitado entre diputados. Las palabras fascista y golpista que se pronunciaron el miércoles en el Pleno del Congreso con el consiguiente reproche de la presidenta aparecen en el diario de este jueves, donde, no obstante, se puntualiza que ambas han sido retiradas a instancias de Pastor.

La presidenta anunció el miércoles que ordenaría la retirada del acta oficial del Pleno estos dos términos, que desde el pasado martes se vienen cruzando diputados del PP y Ciudadanos con los de ERC. Lo hizo tras expulsar del hemiciclo al portavoz adjunto de los republicanos, Gabriel Rufián, por ignorar sus llamadas al orden, y de abroncar a sus señorías por los incidentes de las últimas sesiones, en las que, dijo, ha habido actitudes y faltas de respeto “impresentables”.

Sin embargo, esos calificativos pueden seguir leyéndose en el diario de sesiones. Eso sí, las dos palabras aparecen entre corchetes y con una nota aclaratoria de que ambas han sido retiradas por la Presidencia de la Cámara. “Todo lo dicho en el Pleno del Congreso queda en el diario de sesiones para siempre. Cuando, conforme al Reglamento y como presidenta, anuncio que alguna palabra será retirada no desaparece, pero sí aparece al lado su retirada y que recibió el reproche de la Presidencia”, explicó la propia Pastor en un mensaje de Twitter.

Si bien esos calificativos han sido retirados del diario del miércoles, éstos sí aparecen, sin nota aclaratoria alguna, en el correspondiente a la sesión del martes, cuando el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, y el portavoz de ERC, Joan Tardà, se enzarzaron precisamente a cuenta de golpista y fascista. El líder de Cs considera un “error” igualar ambos conceptos, para Rivera sería equiparar un “insulto” con “lo que dicen jueces y fiscales” sobre el . Tampoco se han borrado otros insultos escuchados en el hemiciclo como deleznable, indigno o hooligan. En concreto, la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, se quejó de que la presidenta del Congreso no hubiera anunciado también la retirada de expresiones como producto tóxico con el que el PP se dirigió a su colega de Justicia, Dolores Delgado. Lo cierto es que los insultos y las acusaciones malintencionadas siempre han estado en los escaños del Congreso con términos como “imbécil”, “capullo” o “gilipollas”, entre otros.

Y aunque el diario de sesiones ha terminado recogiendo los términos golpista y fascista, no describe el escupitajo denunciado por el ministro de Exteriores, Josep Borrell, aunque sí las palabras del ministro asegurando que la Cámara “es el lugar donde se argumenta con la palabra, no el lugar donde se escupe a los diputados”. En más de tres páginas, el diario relata el incidente del miércoles en el pleno, desde la tensión y las palabras gruesas durante el cara a cara entre Borrell y Rufián, hasta la expulsión de éste y el supuesto escupitajo lanzado por el diputado Jordi Salvador.

El diario se limita a relatar que tras la expulsión decretada por Pastor, el portavoz adjunto de ERC se levanta del escaño, hace el saludo militar y abandona el hemiciclo junto al resto de diputados de su grupo parlamentario. A renglón seguido, el texto incluye la reacción de Borrell y sus posteriores palabras denunciando el ataque. En cualquier caso, Pastor llevará el incidente a la próxima Mesa del Congreso para que estudie si es posible sancionar al diputado de ERC, aunque fuentes parlamentarias han asegurado que la presidenta del Congreso no llegó a ver el gesto.

José antonio labordeta “a la mierda, joder (al PP)”

Uno de los episodios más claros y explícitos en el Congreso fue el protagonizado por José Antonio Labordeta, que siendo diputado por la Chunta Aragonesista, en 2002 mandó “a la mierda, joder” a los parlamentarios del PP que le increpaban durante su intervención desde la tribuna. Dos años después, en 2004, en una intervención desde su escaño, llamó “gilipollas” al diputado Carlos Aragonés. “¿Qué haces con el puño cerrado? El puño cerrado lo llevo yo, no me lo cierres tú, gilipollas”.

onintza enbeita “en mi coño y en mi moño mando yo y solo yo”

Una década después, en febrero de 2014, y durante el acalorado debate del anteproyecto de ley del aborto en el Congreso, Onintza Enbeita, diputada de Amaiur, dejó esta sentencia para argumentar su posicionamiento: “En mi coño y en mi moño mando yo y solamente yo”.

rafael hernando “eso no me lo dices a la cara (a rubalcaba)”

En julio de 2005, el entonces portavoz del PSOE en el Congreso, Alfredo Pérez Rubalcaba, y el diputado del PP Rafael Hernando protagonizaron un incidente a la salida de la reunión de la Diputación Permanente, después de que el primero le llamase “caradura” en un debate sobre el incendio de Guadalajara. Fue entonces cuando Hernando se fue hacia Rubalcaba diciéndole: “Eso no me lo dices a la cara”. La intervención de Acebes y Zaplana, que sujetaron a su compañero, impidió que el diputado pudiera llegar a tocar al portavoz socialista, que estaba a menos de un metro de él.

albert rivera “capullo y gilipollas (a pablo iglesias)”

Albert Rivera, desde su escaño, llamó “capullo” y “vaya gilipollas” a Pablo Iglesias, que intervenía desde la tribuna del Congreso, durante el debate de investidura de 2016. El líder de Podemos bromeó invitando al presidente de Ciudadanos a buscar en Google el significado de la Cruz de Borgoña.

beatriz escudero “No me guiñes el ojo, imbécil”

Uno de los episodios más recientes -aparte de su expulsión del hemiciclo- fue un rifirrafe de Gabriel Rufián con la diputada popular Beatriz Escudero, en la comisión de investigación sobre la financiación ilegal del PP. El político catalán la llamó “palmera”. El comentario llevó a la diputada a elevar primero una protesta y después, tras ver que Rufián le guiñaba un ojo para mofarse de ella, acabó por insultarle: “No me guiñes el ojo, imbécil”.