El parlamento, de amarillo. Hasta 16 escaños fueron ocupados por carteles amarillos con los rostros de los políticos catalanes presos o huidos, una iniciativa de ERC y PDeCAT. El eurodiputado francés José Bové se reservó el de Raül Romeva, amigo y excolega de su grupo. Desde estos escaños se acusó a las instituciones europeas de ponerse de perfil en la crisis catalana y se instó a iniciar una campaña en favor de la liberación de los presos. Foto: Efe

pamplona - El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, hizo un llamamiento a todas las fuerzas políticas europeas, sobre todo de centroderecha, para que no se dejen “embaucar” por la ultraderecha ni busquen su apoyo para gobernar o asuman su discurso para conseguir más votos. Con el mensaje de “proteger Europa para que Europa proteja a sus ciudadanos” cerró Sánchez su discurso ante el pleno del Parlamento Europeo en su sede de Estrasburgo dentro de la serie sobre el futuro de la UE en la que ya han intervenido, con el español, quince jefes de Estado y de Gobierno.

Una comparecencia marcadamente europeísta que Sánchez hizo al día siguiente de que el Parlamento británico tumbase el acuerdo del brexit y en la misma jornada en la que el parlamento de la región más grande de España, Andalucía, elegía al popular Juanma Moreno nuevo presidente con los votos de PP, Ciudadanos y Vox.

Tras comenzar con una alusión al voto fallido en Londres y advertir de que es el Reino Unido quien tiene que dar los siguientes pasos sobre el brexit, Sánchez dedicó la mayor parte de su discurso a defender una mayor integración europea. “Es importante que Europa no abandone la moderación y el sentido común” y que las fuerzas políticas “moderadas, sensatas y proeuropeístas se apoyen en europeístas para gobernar”, dijo el presidente, para quien lo relevante no es tanto la presencia de la ultraderecha en los parlamentos europeo, nacionales o regionales como su “influencia” sobre la agenda de otros partidos. Habló además del caso de Andalucía para lamentar que en esa región se haya traspasado una “frontera” que el resto de Europa ha evitado, y en una rueda de prensa posterior advirtió de la “involución” que pueda suponer en esa región un gobierno que depende del voto de la extrema derecha. Para Sánchez, “lo que ha pasado en Andalucía entre el PP, el grupo liberal y los hermanos del Frente Nacional es un cuestionamiento de derechos y de consensos asumidos y consolidados estos años como la igualdad de género o la lucha contra la violencia de género”. De hecho, propuso la adopción de una Estrategia Europea para este campo que tenga carácter vinculante.

La mención a Andalucía se coló en un discurso en el que Sánchez apostó por la igualdad y los derechos sociales como recetas para frenar a los partidos ultraderechistas y eurófobos. Según dijo, a la hora de buscar “una formulación de gobernabilidad que dé estabilidad” a él le gusta más el “ejemplo sueco”, donde los partidos se han unido para frenar a la extrema derecha, que el de Andalucía.

El debate con los eurodiputados se centró más, en cualquier caso, en Catalunya, y Sánchez tuvo que dar la contrarréplica a las críticas recibidas por un lado por el PP y por el otro por los independentistas catalanes y sus aliados. A todos les aseguró que su Gobierno “tiene la voluntad firme” de resolver la situación mediante el diálogo y desde el respeto a la Constitución y el Estatut. En la réplica de los grupos, se llevó el primer reproche del Partido Popular Europeo. El español Esteban González Pons afeó a Sánchez que pacte con separatistas y “antiguos terroristas”. Y el del PPE en la Cámara, Manfred Weber, le echó en cara que no tenga una mayoría estable y necesite a los separatistas para aprobar los Presupuestos.

Sánchez tuvo que escuchar media docena de intervenciones denunciando la existencia de “presos políticos” en España y pidiendo su liberación, entre ellas la de la copresidenta de Los Verdes, Ska Keller, quien le advirtió de que sólo “una solución política” que incluya una “solución para los presos” resolverá el conflicto en Catalunya. El presidente argumentó que los presos están en prisión por quebrar la Constitución y no por sus ideas políticas. Sánchez dijo a los diputados europeos que, si bien existen movimientos independentistas en otras partes de Europa, la diferencia entre lo sucedido en el Véneto y en Baviera con lo ocurrido en España es que allí las fuerzas independentistas han acatado los pronunciamientos de los respectivos altos tribunales. - D.N.