pamplona - La presión de los líderes territoriales ha llevado a Pablo Iglesias a asumir que para evitar una debacle electoral tiene que negociar con Íñigo Errejón y su plataforma Más Madrid, pero en su plan no entra hacerlo ahora, sino después de construir su propia candidatura de Unidos Podemos. Poco más avanzó la reunión que el Consejo Ciudadano Estatal de Podemos celebró ayer en un intento de zanjar la grave crisis interna provocada por la decisión de Errejón de ir a las elecciones con la marca de Manuela Carmena. La cita sirvió, eso sí, para constatar la opinión de sus barones autonómicos de que hay que ponerse de acuerdo con el ex número dos del partido, pero sin ir más allá porque no se tomó ninguna decisión ni se han concretado las fórmulas para confluir con Errejón.

Según el líder de Podemos en Castilla-La Mancha, José García Molina, fue un debate rico, plural, en el que se escucharon todas las voces y en el que hubo coincidencia total en que las decisiones sobre la negociación con Errejón deben adoptarse ahora en la Comunidad de Madrid, sin interferencias. No era un día para tomar decisiones concretas que tendrán que adoptarse más adelante, sino para debatir, dijo al finalizar la reunión. Una cumbre en la que no estuvo ni Pablo Iglesias ni Íñigo Errejón. El primero porque alegó que se encuentra de permiso de paternidad y optó por intervenir por teléfono, y el segundo, porque había entendido que fue “vetado” después de que Irene Montero le emplazara a no asistir y prefirió no dar pie a más confrontación.

Iglesias, en cualquier caso, aprovechó su intervención telefónica para abroncar a los compañeros del sector errejonista que quieren sumarse a la marca de Carmena, a quienes acusa de no respetar las decisiones de Podemos y actuar por la vía de los hechos consumados. Para qué sirve tener debates en el Consejo Ciudadano Estatal si hay compañeros que luego no respetan las decisiones de la formación, se preguntó según fuentes asistentes al encuentro. Reproches que llegaban después de otros que lanzaba en una carta a sus dirigentes y militantes, en la que admite que “Íñigo, a pesar de todo, no es un traidor”, pero vuelve a situarle fuera de Podemos. Le acusa de “hacer las cosas en secreto, por sorpresa y sin contar con los espacios colectivos”, lo que ve incompatible con formar parte de Podemos.

más daño “Con todo, es legítimo que, por la vía de los hechos consumados, haya compañeros que abandonen nuestra formación. Hay que asumirlo con naturalidad y madurez”, repitió. Junto a eso, lanzó un aviso: “Mientras una Asamblea Ciudadana no decida nuestra autodisolución o nuestro fin como referente electoral, en Podemos las decisiones las toman los inscritos y los espacios colectivos”. Ese era su mensaje antes de escuchar a sus secretarios generales autonómicos, que apelaron a negociar para evitar una fractura que consideran haría más daño el partido. Así lo pidieron la mayoría de los líderes territoriales, pablistas y errejonistas, que firmaron la Declaración de Toledo reclamando “cooperar y no competir”.

También el líder de Podemos en Aragón, Nacho Escartín, dejó claro después ante los periodistas que “nadie puede pensar un espacio del cambio ganador en Madrid sin contar con Carmena y Errejón”. En conclusión, que tienen claro que hay que dialogar, pero no concretan cómo.

Fue la portavoz en el Congreso, Irene Montero, quien reiteró ante el Consejo Ciudadano Estatal cuál es su hoja de ruta: abrir ese proceso para construir una candidatura de unidad con IU y otras fuerzas, pasando por primarias, y después negociar con el “partido de Errejón”. Al término de la reunión, la portavoz adjunta, Ione Belarra, explicó que habían coincidido en buscar una candidatura que refleje “la máxima unidad posible” y que tiene que ser la organización madrileña “con todo el apoyo estatal” la que debe resolver esta situación construyendo una lista propia.

Jorge Moruno, uno de los más estrechos colaboradores de Errejón, se mostró satisfecho por el debate “tan enriquecedor”, algo que puso en valor al señalar que hacía tiempo que no tenían una discusión de este nivel. “Hay que desdramatizar”, subrayó tras asegurar que la dirección sigue reflexionando sobre qué camino emprender en esta situación. “Y hay que darle tiempo”, apuntó. - D.N.