dublín - El primer ministro irlandés, Leo Varadkar, animó ayer a Londres y Bruselas a que sigan conversando para lograr un brexit ordenado, pero insistió en que la salvaguarda del acuerdo de salida destinada a evitar una frontera física entre las dos Irlandas es intocable. El líder democristiano se reunió ayer en Belfast con los partidos norirlandeses para “intercambiar perspectivas” sobre este divorcio y volver a delimitar las líneas rojas de su Gobierno, antes de la cena de ayer en Dublín con su colega británica, la conservadora Theresa May. “Por supuesto, no estamos negociando, ya que eso solo sucede entre la Unión Europea (UE) y el Reino Unido”, precisó Varadkar, en referencia a unas conversaciones que se encuentran en punto muerto por el rechazo del Parlamento de Londres al acuerdo del brexit que la propia premier pactó con Bruselas el pasado noviembre.

El proceso tampoco avanza porque la Cámara de los Comunes ha pedido ahora a May que busque “arreglos alternativos” a la citada salvaguarda (backstop en inglés), si bien los líderes comunitarios, en sintonía con Dublín, le dijeron este jueves tras un encuentro en Bruselas que no renegociarán el acuerdo de retirada ni esa cláusula de seguridad.

Según Varadkar, la Unión Europea estaría dispuesta a revisar la declaración política sobre la futura relación entre ambas partes y a “dialogar sobre qué cambios y aclaraciones se pueden introducir” en ese documento no vinculante, a fin de ayudar a May a superar otra votación sobre el acuerdo en la Cámara de los Comunes. Dentro de este marco de esfuerzos diplomáticos, el abogado del Estado británico, Geoffrey Cox, se reunió ayer en Dublín con su colega irlandés, Seamus Woulfe, para estudiar algún mecanismo legal que permita resolver el problema del backstop.

Entre otras cosas, Cox propone limitar en el tiempo la duración de la salvaguarda, en el caso de que fuese activada, o permitir que el Gobierno de Londres pueda desligarse unilateralmente de ese mecanismo, opciones todas ellas rechazadas previamente tanto por la Unión Europea como por Irlanda.

El backstop prevé que el Reino Unido permanezca en la unión aduanera y que Irlanda del Norte también esté alineada con ciertas normas del mercado único hasta que las partes establezcan una nueva relación comercial, a fin de mantener abierta la frontera con Irlanda, clave para sus economías y el proceso de paz.

Varadkar restó ayer importancia al encuentro de los dos abogados del Estado: “Nos mantenemos habitualmente en contacto, no solo entre los primeros ministros, sino a todos los niveles”, explicó.

la necesidad de May El caso es que May necesita obtener de Bruselas alguna garantía “legalmente vinculante” para asegurar que el país no permanecerá indefinidamente atado a la estructuras comunitarias mientras negocian un nuevo marco comercial, lo que podría durar años.

Así se lo han exigido la mayoría de sus diputados y, sobre todo, el ala euroescéptica tory y el norirlandés Partido Democrático Unionista (DUP), cuyos diez parlamentarios en Westminster permiten a May gobernar en minoría. “Lo que está claro es que el problema es la salvaguarda del acuerdo de salida y es necesario abordarlo”, declaró tras su encuentro con Varadkar Nigel Doods, el número dos del DUP, mayoritario entre la comunidad protestante norirlandesa.

Por su parte, la vicepresidenta del partido nacionalista Sinn Féin, Michelle O’Neill, afirmó que el Taoiseach (primer ministro irlandés) le reiteró su compromiso para mantener intacto el backstop y el acuerdo del brexit. “Creo que se ha mantenido firme durante las negociaciones al reconocer la necesidad de proteger los intereses irlandeses, la necesidad de garantizar que no se dejará atrás a los ciudadanos del norte”, subrayó la dirigente de la segunda formación norirlandesa, mayoritaria entre la comunidad católica.

Varadkar también abordó con los partidos la parálisis política que sufre la región, donde su Ejecutivo autónomo de poder compartido entre el DUP y el Sinn Féin permanece suspendido desde enero de 2017. Todos los esfuerzos efectuados hasta la fecha para acercar sus posiciones han fracasado y la tensión ha ido creciendo a raíz del brexit, defendido por los unionistas euroescépticos y rechazado por los nacionalistas europeístas.

Theresa May viajó ayer a Dublín para reunirse con su colega irlandés, Leo Varadkar, para abordar la salvaguarda del acuerdo del brexit destinada a evitar una frontera física entre las dos Irlandas. El viaje de la premier conservadora a la República de Irlanda forma parte de sus esfuerzos diplomáticos para conseguir cambios en el pacto del brexit negociado con Bruselas a fin de que pueda ser aprobado por el Parlamento, tras el rechazo de enero.