Bruselas - El Gobierno de Rumanía ha publicado un informe en el que aparecen sus planes para entrar en la eurozona en 2024. Uno de sus puntos es la colaboración con la Iglesia para convencer a la población rural que el cambio de moneda es beneficioso para el país. Rumanía se ha puesto como objetivo entrar en el euro en numerosas ocasiones, pero siempre ha tenido que postergarlo porque su economía no ha estado preparada. La historia de Rumanía y la eurozona es la historia de nunca acabar. Cuando parece que todo indica que el país está preparado para entrar en la zona euro y compartir la moneda única con el resto de 19 estados miembros, algo pasa. Pareciera que el destino no quiere que la historia una a la exrepública soviética y el euro.

En 2007, Rumanía comenzó a formar parte de la Unión Europea, y según el Tratado de Maastricht, tenía que preparar su economía para incorporarse lo antes posible a la moneda común. El texto legal recoge las condiciones necesarias para que un país que entra en la UE pueda hacerlo también en la eurozona y cómo debe adecuar su economía. Cuando el país centroeuropeo entró, tenía previsto adoptar el euro en 2014. Sin embargo, las fechas se fueron postergando. Primero porque el Banco de Nacional de Rumanía anunció en 2008, año de comienzo de la crisis, que sería en 2015, fecha a la que también se sumó el gobierno un año más tarde.

Todo parecía ir sobre ruedas hasta que en abril de 2013 el país decidió abandonar sus objetivos y solo un año después el Gobierno rumano volvería retrasar a 2019 la fecha de entrada. Sin embargo, el Banco Nacional de Rumanía señaló que la fecha no era realista y tuvo que ser en 2017 cuando Teodor Melescanu, ministro de Exteriores, anunciara que el euro se adoptaría en 2022. Aun así, hace solo un año que el Partido Socialista Rumano que gobierna el país anunció que sería 2024 el año definitivo de entrada en la eurozona. ¿Qué hace pensar que sea la fecha definitiva? Nada, aunque el Gobierno rumano se está preparando.

¿Qué pinta la Iglesia en esto? Rumanía ha hecho público un informe en el que aparece la hoja de ruta que el país debe seguir para entrar. El Plan Nacional para Adoptar la Moneda Única recoge en uno de sus puntos la necesidad de establecer una estrategia de comunicación político-religiosa 12 meses antes de que se cumpla el plazo establecido por el gobierno.

Rumanía pedirá a los curas que ayuden a informar a los ciudadanos rumano sobre las ventajas de entrar en la eurozona, según ha recogido EUobserver. Y no es la primera vez. La Iglesia ortodoxa sigue teniendo gran arraigo en el país y los curas actúan como líderes de opinión que pueden influir en los ciudadanos de las zonas rurales, según el periódico.

Aunque el euro no es aún la moneda oficial rumana, el 70% de los préstamos concedidos por los bancos son en euros y los precios, la telefonía móvil y los vehículos y viviendas se hacen en la moneda única. Pero para entrar en la eurozona hay que cumplir con los criterios de convergencia, las condiciones mínimas para que un Estado miembro pueda formar parte de la eurozona. El país no puede superar el 1,5% de inflación; su déficit público no puede ser superior al 3% del PIB y la deuda pública no superar el 60%. Debe participar en el mecanismo de tipos de cambio durante al menos dos años y los tipos de interés no deben exceder más de un 2%, el tipo de los tres miembros con mejor comportamiento. Rumanía solo cumple uno, su deuda es del 38%.

Negligencia sistémica con el abuso

Pederastia. El presidente de la Conferencia Episcopal francesa, George Pontier, reconoce que ha habido una negligencia “sistémica” de la institución con las víctimas de casos de pederastia cometidos por religiosos, y que la Iglesia no puede seguir echando balones fuera en estos escándalos. “Ya no se puede rechazar la culpa, decir que son los medios de comunicación o el mundo exterior los que estarían en contra de la Iglesia”, señala Pontier en una entrevista publicada este domingo por Le Journal du Dimanche. Las declaraciones de Pontier se producen tras el escándalo del nuncio vaticano en París, investigado por abuso sexual.