pamplona - Unos 15 minutos de declaraciones, varias fotos ante una pancarta que rezaba que “la República no existe” y la puerta de la vivienda en Waterloo (Bélgica) de Carles Puigdemont entreabierta por si Inés Arrimadas optaba finalmente por recorrer unos pocos metros para conversar con Carles Puigdemont tras haber viajado 1.300 kilómetros. Sin embargo, la líder de Ciudadanos en Catalunya, Inés Arrimadas, rehusó la invitación al diálogo y se ciñó al guion. El viaje tenía el propósito de lanzar un golpe de efecto más mediático que provechoso en el campo político. Arrimadas desechó la mano tendida del expresident por ser un “fugado” de la Justicia.

Subida en la cresta de la ola de Ciudadanos tras su salto a la política estatal como número uno por Barcelona a las elecciones del 28 de abril, Arrimadas tiró de argumentario. “Estamos representando a millones de catalanes y no vamos a permitir que el separatismo nos diga a qué rincones de Europa podemos venir y a qué rincones no. Esta casa en el imaginario separatista es la sede de una República independiente y eso es una falacia, es una mentira”, sostuvo ante una delegación de 30 miembros de Cs del Parlament en la ciudad belga. “Nosotros no hablamos con fugados de la Justicia, con quienes tienen que hablar los fugados es con los jueces”, zanjó Arrimadas, rechazando de esa forma un cara a cara que Puigdemont quiso mantener con ella.

Arrimadas, a la que el resto de formaciones catalanas afearon su posado ante la vivienda de Puigdemont -de PPC a ERC, aunque por bien diferentes motivos-, mantuvo su habitual tono beligerante contra el independentismo. “Queremos decirle al separatismo que deje de abrir chiringuitos como este por todo el mundo y abra el Parlament con normalidad”, remarcó. Y reforzó el mensaje de que la casa donde se refugia el expresident, bautizada como la Casa de la República, “se está pagando con dinero público, y con dinero público se está ayudando a fugados separatistas a que tengan una vidorra por Europa”.

En unas coordenadas casi electorales y poniendo el foco en la pugna electoral que se avecina con las elecciones generales del 28 de abril, la líder de Cs en Catalunya deslizó nuevamente la idea de la debilidad del presidente Pedro Sánchez hacia los partidos independentistas catalanes. Y sobre todo hacia un president Quim Torra al que el dirigente socialista mantiene como interlocutor en aspectos capitales como las finalmente fallidas negociaciones presupuestarias. “Ciudadanos hace lo que el Gobierno no hace, tratarlo como un fugado de la justicia, no como un jefe de Estado de un país independiente”, tal y como aseveró.

“montaje” La respuesta de Puigdemont al viaje exprés de a las inmediaciones de su chalet belga no se hicieron esperar. De hecho, su equipo se manejó con maestría. Abrió la puerta de la residencia pocos minutos antes de que Arrimadas terminara su discurso, en una imagen que rápidamente se convirtió en viral en las redes sociales. Colocados de espaldas al inmueble, hicieron cundir el nerviosismo de los responsables del partido naranja personados en Waterloo por si el expresident hubiera optado por traspasar la puerta y mostrarse en la imagen de la concentración. “Arrimadas viene a Waterloo a hacer un show con un grupo muy reducido de seguidores, pero no tiene el coraje suficiente para pasar por la puerta y venir a hablar conmigo. Todo este montaje para acabar huyendo al cabo de pocos minutos”, escribió minutos después en Twitter.