pamplona - Fue la de ayer una de las testificales más esperadas, en concreto, la del teniente coronel de la Guardia Civil que lideró la investigación policial del 1-O, Daniel Baena, quien describió como un “periodo de insurrección” la fase comprendida entre el 20 de septiembre y el día en que se aplicó el artículo 155, cuando Catalunya era un “polvorín” que “podía derivar en una escalada incontrolable”. El jefe de la policía judicial se dedicó a relatar el clima de tensión en la conselleria de Economía, en los numerosos registros para impedir el 1-O y el día en que se intervino la autonomía catalana el 27-O. Pero no tuvo más remedio que rendirse a una evidencia: que los líderes del procés no alentaron ninguna rebelión, como trata de hacer ver la Fiscalía y la acusación.

Así tuvo que responder cuando fue interpelado por el abogado Andre Van den Eynde, abogado de Oriol Junqueras y Raül Romeva. “¿Han localizado algún mensaje explícito de llamada a la violencia de los señores Junqueras y Romeva?”, le cuestionó el letrado. “No”, precisó Baena. “¿Y sabe si los independentistas han hecho del civismo y pacifismo su lema en sus innumerables manifestaciones?”, ahondó la defensa. “Sí”, admitió el teniente, matizando además que “no se detuvo a nadie antes del 1-O para evitar un mal mayor” y que “no hizo falta emplear el uso de la fuerza” el 20 de setiembre ante la conselleria.

A su juicio, cualquier agente de la Guardia Civil, de la Policía Nacional o de los Mossos tenía “la sensación de que estaba ante un polvorín incuestionable”. “Todos los agentes con un mínimo de conocimiento en temas de seguridad sabíamos que un mínimo incidente podía derivar en una escalada incontrolable, y afortunadamente no fue así”, recordó Baena, que dejó descolocada a la fiscal Consuelo Madrigal cuando puntualizó que, pese a esa sensación, el 20-S se resolvió sin recurrir a la fuerza de forma que “la orden judicial se pudo cumplir” y “la integridad física” de los policías no se vio “gravemente en peligro”. “Tenía la instrucción del juez para dar a las fuerzas de seguridad la capacidad de utilizar la fuerza en caso de que la comisión judicial al cargo viera señaladamente dañada la integridad física. Pero no se tuvo que hacer nada”, valoró el mando de la Guardia Civil.

A su vez, rememoró que tras el 155 las entidades soberanistas “ya no hicieron llamadas a la movilización”, cifrando en 88 los escraches en hoteles y alojamientos de policías y guardias civiles, dos de los cuales antes del 20-S, 84 de manera previa a la intervención de Catalunya, y dos después. Van den Eynde también quiso saber qué hechos podían motivar indagar la posible comisión de un delito de sedición -así aparece en la diligencia de la Fiscalía de finales de 2015-, pero Baena señaló que a partir de esta instrucción solo investigó hechos que pudieran implicar malversación. El presidente del tribunal, Manuel Marchena, tuvo que intervenir en más de una ocasión en el interrogatorio de Madrigal porque Baena no dejó de hacer valoraciones y análisis sobre los informes que redactó y este sería “el papel de un perito” y no de un testigo.

¿Falso testimonio? En paralelo, Baena negó estar detrás de un perfil de Twitter desde el que se lanzaron comentarios políticos beligerantes con el independentismo. Concretamente, desde una cuenta llamada @maquiavelo1984 y con el pseudónimo de Tácito, desde el que se criticó a dirigentes políticos. “Ya sé por qué me lo pregunta”, dijo el teniente “Lo que ocurre es que ha habido una asociación” entre él y esa cuenta. El mando de la Guardia Civil rechazó haber publicado en sus cuentas personales de Facebook e Instagram la misma imagen de perfil que tenía la cuenta de Twitter: una serpiente de cascabel enroscada. Después de que Marchena accediese a exhibir la imagen, el teniente coronel apostilló: “No lo recuerdo (...) Tengo muchísimas fotos, puede que haya usado fotos de Internet, pero creo que no”. La atribución de este perfil a Baena -que si reconoció ser Tácito tras destaparlo el diario Público-, por parte de las defensas es una de las bases en su intento de desacreditar la neutralidad de los informes policiales. Pero antes de que arrancara el juicio, el Supremo rechazó remitir un oficio a Twitter para localizar a la persona que está detrás de Tácito y también que testifique el periodista que lo descubrió.

Secretario de los atestados. El interrogatorio previsto con el guardia civil N29100C, secretario de los atestados vinculados al 1-O, no se pudo realizar porque, según el juez, se encontraba indispuesto. Marchena señaló que el agente no estaba “en condiciones para declarar” y por lo tanto se aplazó su participación en el juicio en el Supremo.

el supremo rechaza el recurso de quim torra

El Tribunal Supremo rechazó suspender el acuerdo de la Junta Electoral de retirar los símbolos independentistas de los edificios públicos, como solicitaba de forma cautelarísima Torra. A su vez, Ciudadanos tramitó una denuncia contra el Govern por mantener un lazo amarillo en la Delegación de la Generalitat en Londres.