pamplona - El barómetro del CIS para las elecciones forales, municipales y europeas que se celebrarán el próximo 26 de mayo pinta un escenario recurrente: el de que la gobernabilidad de Navarra volverá a estar en un puño entre el bloque de cambio progresista formado por Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e I-E; y la vuelta a la Navarra de UPN por la que apuesta Navarra Suma, la coalición de Esparza que suma a sus filas al PP de Casado y los antiforalistas de Rivera. Y eso que la encuesta, que está realizada para las elecciones generales del pasado 28 de abril, no tiene en cuenta la irrupción de Vox en Navarra (que el 28-A obtuvo casi 18.000 votos que salen todos del bloque de la derecha) y que la cocina beneficia ampliamente al frente de derechas de UPN, PP y Ciudadanos y al PSOE, todos por debajo en voto más simpatía y voto directo en comparación con el bloque del cambio pero con mejor resultados tras la recodificación del estudio.

la cocina, para psn y na+ Por eso, y por la particularidad política navarra que hace que muchas veces las proyecciones para otros territorios no sirvan aquí, cabe contextualizar el barómetro del CIS. Para empezar, la muestra se ha hecho sobre 381 encuestas en 29 municipios, y tiene un error muestral de 5,1%, superior al habitual. Y para continuar, el reparto de escaños (que privaría al actual Gobierno del sustento parlamentario que ha tenido esta legislatura) es mayor para el bloque de derechas con el PSN aunque tengan menos apoyo directo. De hecho, el voto directo para Navarra Suma y el PSN se sitúa en los 27 puntos, y el voto más simpatía se coloca en el 28,7% para ese bloque. Por el contrario, el voto directo para las fuerzas del cambio sería de 29,1% y el voto más simpatía supera el 30% y se coloca en el 31,4%. ¿Qué pasa? Que sólo después de la cocina cambian las tornas: el cuatripartito se queda con 43,3 puntos de apoyo y Navarra Suma y PSN llegarían al 51,4.

A eso hay que añadir un hecho que no es poco importante: la irrupción de Vox. El CIS, que hace su muestreo entre el 21 de marzo y el 23 de abril, no lo tiene en cuenta en esta proyección. Pero en las elecciones generales del 28 de abril, Vox consiguió en Navarra cerca de 18.000 votos y casi el 5% del porcentaje de voto total, lo que le aseguraría al partido de Santiago Abascal (pilotado en Navarra por el profesor Javier Horno) dos escaños en el Parlamento. Las lógicas de voto no son las mismas en todas las citas electorales. Pero cuesta pensar que ese buen montón de apoyos vaya a desaparecer en menos de un mes.

En cualquier caso, cuanto menos, es un escenario muy cambiante que refleja un hecho: que el Gobierno de Navarra volverá a estar en un puño, en una pugna entre dos bloques que terminará decantándose por muy poquitos votos, como sucedió en 2015. Y como con toda probabilidad sucederá el 26 de mayo, cuando todas las fuerzas necesitarán todos los votos posibles para decantar la balanza.