nunca es buen momento para despedir a un compañero. Nunca es buen momento para despedir a gran político. Nunca es buen momento para despedir a una buena persona. Así que hoy, que no es un buen momento, compartimos el dolor con el reconocimiento. La pena con el recuerdo.

Alfredo Pérez Rubalcaba se ha ido. Y hoy los socialistas, los demócratas, nos sentimos un poco huérfanos. Un poco vacíos. Alfredo ha emprendido un viaje cuyo destino solo puede ser un lugar de paz. Porque él era un hombre de paz. Por eso puso tanto esfuerzo en luchar contra ETA. Por eso se dejó tanto en defender la convivencia. Un esfuerzo que tuvo la mejor recompensa. Que fue el final de la banda terrorista. Un final al que contribuyó y que pudo ver. Por eso se lleva en la mochila la contribución a uno de los grandes hitos de la historia reciente de nuestro país.

Un socialista convencido que luchó también por la igualdad, por la Educación. Por cierto, los navarros le debemos la UPNA. Y por el bienestar de la ciudadanía. Que contribuyó al impulso y al progreso social y económico que necesitaba España tras salir de la dictadura. Y que hizo tanto por las libertades y los derechos democráticos. Fue un socialista convencido, sí. Pero sobre todo y ante todo fue un hombre de Estado. Que entendió muy bien el honor y la responsabilidad que supone gobernar un país. Por eso, sirvió con dedicación a esa labor que no fue fácil. Más bien fue muy difícil. Y que hoy debemos reconocer y agradecer más que nunca. Para que nadie olvide. Y para que la juventud que no le conoció en esa dura etapa de gobierno sepa quién fue Alfredo y lo que Alfredo hizo para que ellos hoy, como todos nosotros y nosotras, vivamos más libres.

Como hombre de partido, entregó también mucho de su tiempo y mucho de su compromiso cívico al PSOE. Está ya en su historia. En esa historia que en sus 140 años atesora valores, atesora ideas, y atesora talentos. Como el suyo.

Buen viaje, compañero, y gracias.La autora es Secretaria General del PSN-PSOE