pamplona - José Antonio Urrutikoetxea Bengoetxea, alias Josu Ternera, vivía solo en un refugio de montaña entre pistas de esquíes en una zona cercana a la localidad de Saint Gervais les Bains, en los Alpes franceses, hacía deporte de forma continuada, sobre todo senderismo, según fuentes de la lucha antiterrorista. Así mismo, estas informaciones ponen en duda que Josu Ternera, de 68 años y uno de los máximos dirigentes de ETA, estuviera gravemente enfermo, aunque se están haciendo comprobaciones acerca de si recibía un tratamiento médico de forma puntual.

Ternera se hacía pasar por Bruno Martí, un escritor venezolano. “Para nosotros era Bruno Martí. Decía que era venezolano, tenía un acento español, que escribía”, cuenta a El País un vecino que prefiere no identificarse. El refugio tenía unas condiciones mínimas de habitabilidad y desde aquí, prácticamente a diario, salía a la montaña para realizar marcha. Los expertos creen que su delgadez se debe a esta razón.

En el momento de la detención en un aparcamiento de un centro médico en Sallanches a manos de agentes de la DGSI francesa y del Servicio de Información de la Guardia Civil que le seguían la pista, Josu Ternera trató de explicar en francés que se trataba de un error y, de esta forma, despistar a los agentes, aunque finalmente no ofreció resistencia y fue esposado. No iba armado cuando fue sorprendido por la Policía tras 17 años fugado de la Justicia, reclamado por causas pendientes tanto en Francia como en España. No obstante, la investigación está abierta y son las autoridades francesas las que liderarán diligencias policiales complementarias, entre las que se encuentra un registro a fondo del refugio donde se escondía el veterano terrorista.

fronteriza Saint Gervais les Bains es una pequeña localidad de una zona muy concurrida para la práctica de deportes de invierno y a escasa distancia de las fronteras entre Francia, Suiza e Italia. Entre este municipio y Sallanches, donde fue arrestado, distan 11 kilómetros.

Su aspecto actual muestra a un Urrutikoetxea visiblemente desmejorado con respecto a las últimas fotografías suyas antes de fugarse en 2002, cuando era parlamentario por Euskal Herritarrok y evitó declarar en el Tribunal Supremo por ordenar el atentado contra la casa cuartel de Zaragoza en 1987.

En el momento del arresto en la operación Infancia robada, en recuerdo de los niños asesinados por ETA, lucía una gorra y ropa deportiva, y también portaba una mochila y llevaba gafas. Estaba acompañado por un varón que fue interrogado y quedó en libertad. También destacan que Josu Ternera era uno de los objetivos prioritarios, pero que ya se trabaja en detener a otros terroristas prófugos de la Justicia en tres líneas de investigación prioritarias, una vez derrotada ETA: los etarras con condenas pendientes, las acciones criminales sin esclarecer y mantener la “alerta ante la disidencia” de la banda terrorista.

Fuentes cercanas a la investigación añaden que el terrorista realizaba frecuentes caminatas por la montaña, para lo cual estaba equipado, según ha revelado el contenido de la mochila que se le intervino durante su arresto. Estas mismas fuentes apuntan que salía de madrugada de la cabaña -en la práctica, una casa turística que suelen utilizar los senderistas que están de paso- y daba largos paseos por el monte en los que aprovechaba para vigilar que no había ningún dispositivo policial en las cercanías. - D.N./E.P.

4.000

euros. Fuentes de la lucha antiterrorista investigan cómo consiguió los 4.000 euros que llevaba encima Ternera al ser detenido.

Aislamiento. La ubicación del refugio, en un lugar al que solo se puede llegar a pie desde una empinada ruta, y cuyo acceso en invierno obstruye la nieve, refleja el aislamiento que buscaba.

Emmanuel Macron “la entrega de armas no equivale a una amnistía”

“La reconciliación política y la entrega de armas no equivale a una amnistía. Y no me corresponde en ningún caso decidir ningún tipo de amnistía por los españoles”, señaló el presidente francés.

50

huidos. La Policía cifra entre 50 y 80 los terroristas huidos, la mayoría desvinculados de ETA. Una treintena ha sido localizada en ocho países de Europa, África y América, sobre todo en Venezuela. Solo una decena de ellos permanecen integrados en su estructura.