Pamplona - Empate. La mayoría parlamentaria que ha sustentado al Gobierno de Navarra la última legislatura se quedaría esta vez en 25 escaños, a uno de la mayoría absoluta. Los mismo que sumarían la coalición de UPN, PP y Ciudadanos, el PSN y Vox. No obstante, la irrupción de la ultraderecha, que parece consolidada en dos escaños, complicaría una mayoría alternativa al cuatripartito actual, que podría gobernar en minoría y buscar apoyos puntuales con el PSN a lo largo de la legislatura. Así se desprende de la encuesta elaborada por Gizaker para DIARIO DE NOTICIAS, y que confirma las tendencias ya avanzadas en el sondeo de la semana pasada.

Navarra Suma, la lista encabezada por Javier Esparza, sería la más votada en las elecciones del próximo domingo con un 28,8% de los votos y 15 escaños, los mismos que tuvo UPN en solitario hace cuatro años. La coalición de derechas, que esta vez incluye a PP y Ciudadanos, perdería dos parlamentarios y 5,5 puntos de intención de voto. Un retroceso motivado fundamentalmente por la irrupción de Vox, que lograría un 4,4% y dos escaños imprescindibles para una mayoría alternativa al cuatripartito.

La segunda plaza sería para Geroa Bai, que mejora sus resultados de hace cuatro años. El tirón ya demostrado en otras elecciones de Uxue Barkos recupera a la marca del resultado de las elecciones generales del pasado mes de abril y lleva a la coalición hasta los 11 escaños y el 20% en la intención de voto. Un resultado que deja a Barkos como la candidata con más opciones para repetir en la presidencia del Gobierno y, por extensión, para dar continuidad cuatro años más al cambio iniciado en 2015.

Geroa Bai supera así al PSN, que mejora respecto a 2015, pero que cae notablemente en comparación con el 28 de abril. También lo hace con la encuesta publicada la semana pasada, lo que muestra que el impulso recibido por la victoria de Pedro Sánchez en Madrid poco a poco comienza a remitir. No obstante, los socialistas lograrían 8 escaños que podrían condicionar las mayorías en el futuro Parlamento. No como para formar un gobierno alternativo, pero sí para bloquear un proceso de investidura o la propia gobernabilidad. Los socialistas podrían incluso intentar liderar una investidura si el baile final de escaños al que acostumbra el recuento electoral cae del lado de la oposición, inclinando la balanza hacia un 26-24 contrario al que ha habido esta legislatura.

Mejora EH Bildu También mejora su resultado EH Bildu, que incluso supera al PSN en intención de voto. La formación soberanista, que gana incluso un escaño y roza el 15% del voto, mantiene movilizado al electorado que ya le apoyó en abril, y recupera votos en muchas localidades. Algo que puede estar unido a la activación municipal, donde EH Bildu tiene una presencia muy destacada y pugna por mantener muchas alcaldías en las principales localidades de la comunidad.

Un ejemplo es Pamplona, donde el efecto Asiron y el voto útil para defender la Alcaldía dan un espaldarazo a la formación. Cuántos de esos votos logrados en el ámbito municipal se trasladen también al Parlamento será otro de los datos que pueden acabar condicionado el resultado final también en el Parlamento.

Podemos por su parte sufre una situación similar a la del PSN. Los morados también vienen del impulso que les ha supuesto las elecciones generales, donde superaron el 18% de los votos. Sin embargo, en la medida en que avanza la campaña el foco nacional va dando paso al debate político de Navarra, y algunos apoyos se les marchan hacia otras fuerzas políticas. De esta forma, la formación morada pierde tres escaños respecto a 2015, y uno respecto a la encuesta anterior. Quedan así en el 8,7% de los votos y cuatro escaños.

Quien sí parece tener consolidado su espacio es Izquierda-Ezkerra, que mantiene fijos sus dos escaños y que incluso aumenta la intención de voto respecto a 2015, elevándola hasta el 5,3%. La candidatura de Marisa de Simón supera así con comodidad el umbral del 3% mínimo para entrar en el Parlamento, y superando a Vox, que queda como última fuerza en un Parlamento formado por siete siglas distintas. Las mismas que la pasada legislatura pero con la ultraderecha sustituyendo al PP.

Una semana decisiva Todo en cualquier caso queda abierto con una semana de campaña por delante que puede variar el resultado. Y que viene condicionado por el propio margen de error de la encuesta que en un resultado tan justo (25-25) cualquier variación puede ser determinante. Así como por la propia participación.

En torno al 70% de los ciudadanos irá a votar el domingo, dos puntos más que en 2015, pero seis menos que en las generales. Un hecho que apunta hacia una desmovilización de los votantes menos habituales que en abril se movilizaron para frenar a las derechas, mayoritariamente además del lado del PSOE.

Se presenta por lo tanto una semana determinante, en la que cada partido buscará reafirmar su propuesta para arañar esos últimos votos que pueden suponer el escaño decisivo. Detalles que la encuesta de Gizaker, elaborada el pasado viernes, deja en el aire con el suficiente margen como para que Navarra vuelva a vivir una nueva noche electoral con un resultado ajustado.