Mi polémica favorita ha sido la del día de Euskadi, pero pongo la foto de la retirada de la laureada porque da más juego y también fue un buen episodio, para qué nos vamos a engañar. La polémica a la que me refiero es esa en la que UPN y PP se pusieron como locos porque un grupo parlamentario de la CAV propuso que el día de Euskadi (el día de la fiesta de la comunidad autónoma) coincidiese con el 3 de diciembre, día del euskera.

Lo que pasa es que, claro, también es el día de Navarra. Y la derecha lo vio como una jugada demoníaca para hacer coincidir los destinos de Navarra y la CAV a través de algo tan sensible como un día de fiesta, la antesala y la confirmación por la vía de los hechos consumados de que Navarra y la CAV caminaban hacia Euskal Herria. La polémica lo tiene todo: un origen infantil picarte porque una asamblea autonómica debate sobre el día de su festivo; un desarrollo histérico Esparza consideraba que era el colmo, a ver si no había más días en todo el año; y un final estéril.

Sorpresa, la propuesta no cuajó y quedó en nada a las primeras de cambio. Pero bueno, sirvió durante unos días, que es lo verdaderamente importante. El recorrido es similar al de la laureada, que se quitó entre ayayais y madremías y, al final, nada. Hoy hay un precioso óculo en su lugar y nadie sabe dónde paran las hojas de la berza.