viena - El caso Ibiza se transformó ayer para Austria en el efecto Ibiza, ya que un comprometedor vídeo rodado en la isla hace dos años ha causado un terremoto político que ha acabado por derribar a un Gobierno que hasta hace diez días se presentaba como modelo de eficacia y estabilidad.

Tras solo 525 días en el cargo, Sebastian Kurz ha sumado la condición de canciller federal más breve de la historia moderna de Austria a su ya récord de jefe de Gobierno más joven de la Unión Europea (UE), ya que una mayoría de 110 entre los 186 diputados de la cámara baja retiraron ayer su confianza a Kurz, líder del Partido Popular austríaco (ÖVP), y a todo su Gobierno.

“Pueden destituirnos, pero no pueden parar los cambios que hemos comenzado”, aseguró el líder de los populares. Un Ejecutivo de transición gestionará a partir de ahora el país hasta las elecciones anticipadas que, seguramente, se celebren en septiembre. El llamado Ibizagate ya había provocado la dimisión de Strache, la salida de todos los ministros del FPÖ del Gobierno y la convocatoria de nuevas elecciones. - A.S.S.