berrioplano - El que quiera presentarse a la sesión de investidura con garantías antes deberá sudar tinta china. Berrioplano está así: 13 escaños entre seis formaciones, tres de ellas empatadas con otros tantos ediles. Cualquier acuerdo implica a un mínimo de tres partidos. Y si no se produce, el candidato de Navarra Suma, Raúl Bator, será alcalde porque ha sido la lista más votada, ganando un edil. Es la opción más plausible. AAB ha sido su compañero de viaje en la oposición, pero no parece razonable que Irisarri reclame la Alcaldía con menos votos que la coalición de Bator.

Una fórmula de gobierno alternativa implica que se pongan de acuerdo los otros cuatro actores políticos. Difícil, pero se intentará, como confirmó ayer Koldo Ábrego (EH Bildu) después de la reunión que mantuvo su grupo. Es complicado porque EH Bildu -que gana apoyos pero se queda con los mismos escaños- y PSN son tan proclives a mezclarse como el agua y el aceite, y los líderes socialistas repiten a diario que no facilitarán gobiernos a los abertzales. Pero también es cierto que en Berrioplano la relación entre ambas formaciones las dos últimas legislaturas ha sido de lo más fluida.

Por otro lado, Plazaola, socio de EH Bildu estos cuatro años y el partido que ostentaba la Alcaldía, ha perdido dos de sus cuatro escaños. Y queda la Agrupación de Vecinos de Artica y Berrioplano, que da el salto desde el Concejo (ahí obtuvo todos sus votos menos 15) y se define de izquierdas. Pero prioriza las políticas que “miren por los concejos” por encima de ideologías, dijo ayer Javier Vallez. Y están “dispuestos a hablar con todo el mundo”. Con semejante ensalada de siglas, quien asuma el bastón de mando tendrá por delante cuatro largos años para aglutinar mayorías.