Pamplona - Geroa Bai y PSN abren este mediodía en el Parlamento de Navarra la ronda de contactos para explorar un posible gobierno compartido. La cita ha sido convocada por la líder socialista, María Chivite, que ha citado para mañana jueves y el viernes respectivamente a Podemos e Izquierda-Ezkerra, partidos con los que aspira a formar un “gobierno progresista y de izquierdas” para los próximos cuatro años. “Volvemos a tener la oportunidad de liderar un ejecutivo progresista y de izquierdas y cumpliremos nuestro compromiso”, apuntó ayer el PSN desde la cuenta oficial en Twitter, reafirmando la postura oficial.

Según avanzaron ayer fuentes de Geroa Bai, la coalición acudirá al encuentro con voluntad de “escucha” para conocer de primera mano cuál es el planteamiento del PSN más allá del ruido mediático de los últimos días. Confían así en que el equipo de María Chivite clarifique qué acuerdo de Gobierno está planteando, cuáles son sus propuestas y qué mayorías pretende buscar para garantizar la estabilidad durante la legislatura.

En Geroa Bai admitían ayer ser conscientes de la complejidad de la situación, por lo que se mostraron flexibles. “Si el PSN va en serio, por nosotros no va a quedar”, apuntaba un miembro de la formación que, sin embargo, también avanzó que van a requerir a los socialistas una posición “clara” y sin ambigüedades. En ese sentido, confiaron en que los socialistas navarros actúen con autonomía frente a los “miedos” y el “vértigo” que pueda tener la dirección del PSOE. Y, como ya hizo Uxue Barkos la pasada semana, van a reclamar que si apuesta finalmente por formar un Gobierno “plural y de progreso” lo haga con rapidez y sin más dilación. Retrasar los tiempos, consideran en Geroa Bai, solo va a suponer más presión externa y mayores dificultades.

El encuentro será el primer paso del PSN hacia la formación del Gobierno. El problema es que las tres fuerzas con quienes se va a reunir apenas alcanzan 23 escaños, tres menos de la mayoría absoluta. Para que la investidura sea factible, será imprescindible la abstención de Navarra Suma, que ya ha avanzado que no facilitará un Gobierno de María Chivite. O la de EH Bildu, que la dirección del PSOE en Madrid ya se ha encargado de vetar antes incluso de que comiencen las negociaciones.

Pendientes del PSN Así que todo queda hoy a expensas de lo que pueda explicar la delegación socialista, que no ha comparecido públicamente desde el día de las elecciones y que guarda un prudencial silencio desde el pasado viernes, cuando reiteró su posición inicial: ni harán presidente a Javier Esparza, ni habrá negociación con EH Bildu.

El plan inicial era contar con la abstención gratuita de la formación soberanista, a quien se ha excluido de los contactos confiando en que al final optará por el mal menor. Pero la línea roja fijada desde Madrid abre la duda de si el PSN será capaz de avanzar en contra del criterio de la dirección federal, o acabará por asumir la situación. Y la reunión de hoy puede dar alguna pista.

La tensión en cualquier caso se ha reducido en las últimas horas. Después del golpe en la línea de flotación de la estrategia del PSN que supuso el veto de Ferraz, las aguas parecen algo más calmadas en las sede socialista. Ni en Madrid ni en Navarra quieren abrir un nuevo conflicto en el que la dirección regional tiene todas las de perder. Pero ni unos ni otros parecen dispuestos a dar marcha atrás en sus posicionamientos.

De momento en Ferraz han optado por un dejar hacer, confiando en que antes o después el PSN asumirá las recomendaciones. Las reuniones con Geroa Bai, Podemos e Izquierda-Ezkerra estaban anunciadas ya desde la semana pasada, por lo que tampoco tenía sentido someter al PSN a la humillación de suspenderlas. Sobre todo porque se trata de una primera ronda de contacto. “Chivite no está desafiando a la dirección del partido, está intentando cumplir con las expectativas que se han generado con los buenos resultados que han tenido en Navarra”, suavizó ayer el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos.

Se aceptan por lo tanto las reuniones, pero se sigue rechazando una investidura que cuente con los votos, por acción o por omisión, de la izquierda abertzale. “El problema no es tanto la abstención de Bildu, sino lo que ello puede entrañar de cara a garantizarla estabilidad del ejecutivo”, apuntó Ábalo, que no quiere ver durante cuatro años cómo su partido necesita de los votos de EH Bildu para sacar adelante cualquier proyecto en el Parlamento. Y que es además el argumento que están utilizando para atacar a Ciudadanos por su colaboración institucional con Vox.

Pero como no hay un no rotundo, los socialistas navarros siguen adelante. Arropados además por algunos versos sueltos como el diputado Odon Elorza, que ayer matizó que lo de Ferraz no es una “desautorización”, sino una “medida de precaución” ante posible pactos. O del líder del PSE en Gipuzkoa, Eneko Andueza, que recordó que la moción de censura de Pedro Sánchez salió adelante también con los votos de EH Bildu. Apoyos importantes, pero de escaso calado en una estructura orgánica que va a seguir con mucho interés el contenido de la reunión de hoy, y el camino que a partir de ahora tome el PSN.