pamplona - El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, y el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, se han marcado la meta de pactar “un gobierno de cooperación”, un término recién acuñado y cuyo significado no aclararon ayer, lo que les ha permitido confluir al menos en un punto de partida para el acuerdo. Para el PSOE, implica que habrá ministros independientes pactados con Podemos y para la formación de Pablo Iglesias un gobierno de cooperación significa que estarán allí los ministros que Unidas Podemos decidan y les correspondan.

Sánchez comenzó ayer a buscar los apoyos necesarios para la investidura en una reunión con Pablo Iglesias de poco más de una hora en la que ambos constataron su voluntad de comenzar reuniones discretas para construir un gobierno progresista que represente las “distintas sensibilidades”.

El socialista llamó primero esta vez a su socio prioritario, para reunirse por la tarde en el Congreso con los presidentes de Ciudadanos y del PP, Albert Rivera y Pablo Casado, respectivamente, a quienes les pidió que se abstengan en la investidura, aunque, como se preveía, éstos le dejaron claro que no le brindarán su apoyo.

En el PSOE estaban ayer satisfechos porque Iglesias ha aceptado el término de “gobierno de cooperación”, aunque él insistió en que en su opinión el nombre “es lo de menos” y que su pretensión es que la representación de Podemos en el Ejecutivo sea “proporcional” a sus 42 escaños, según explicó en la rueda de prensa posterior a la reunión con Sánchez.

“Gobierno conjunto, de cooperación, de coalición... Es lo de menos. Lo importante son los contenidos, construir un gobierno plural para afrontar los grandes retos de este país”, manifestó Pablo Iglesias tras reunirse con el presidente en funciones.

El líder de Podemos no concibe que el PSOE vete nombres de Podemos y, preguntado sobre si está dispuesto a integrar a independientes en un gobierno en lugar de cargos del partido, zanjó que solo hay dos posibilidades: un acuerdo con Podemos o que Pedro Sánchez negocie con Pablo Casado o Albert Rivera.

Fuentes del partido aclararon después que tras la reunión de ayer no ha cambiado ninguna de las expectativas que tiene Podemos de estar representado en el gobierno del PSOE y que, a la espera de que Pedro Sánchez defina su fórmula, ellos siguen pensando en ministerios.

Del otro lado, la portavoz parlamentaria socialista, Adriana Lastra, recordó que el PSOE y Unidas Podemos no suman mayoría, por lo que necesitan el apoyo de otros grupos para la investidura, cuando le preguntaron si los socialistas aceptarían la entrada de ministros de Podemos. “No se ha hablado de nombres”, dijo en rueda de prensa Adriana Lastra, quien no quiso descartar que esté Iglesias en ese Ejecutivo, pero es evidente que esa no es la opción que está buscando el PSOE - que apuesta por dar entrada a personas independientes en el Gobireno- en esta negociación, que a partir de ahora será mucho más discreta, según concretaron al término de la reunión fuentes del PSOE.

Lastra mostró satisfacción por la disposición de ambas partes para llegar a un acuerdo que lleve a un gobierno que sería “plural, abierto, integrador, incluyente y representativo de las distintas sensibilidades”. Al ser preguntada de nuevo sobre si llegaría a haber coalición, la dirigente socialista apostó por ser “novedosos e innovadores” y por “empezar a explorar” la posibilidad de un Gobierno “abierto” con “fórmulas diferentes a las conocidas hasta ahora”.

amenaza Y aunque el pulso se mantiene, el tono de Lastra fue completamente diferente que el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, quien en los últimas días, para presionar a Podemos, el Gobierno transmitió la idea de que el grupo de Iglesias ya no era siquiera el socio prioritario y amenazó con llegar incluso a forzar unas elecciones si no se aceptaban las condiciones del PSOE. “En los últimos 12 meses hemos demostrado que la izquierda sabe entenderse”. Eso sí, la portavoz parlamentaria mantiene el argumento más repetido contra el Gobierno de coalición: que entre el PSOE y Podemos no suman una mayoría suficiente y otros que son necesarios para completarla no quieren a Iglesias en el Gobierno. Si Pedro Sánchez sumase a los 123 escaños del PSOE los 42 diputados de Podemos, le faltarían aún recabar los apoyos de otros grupos y todas las miradas apuntan a Compromís, PNV y PRC.

La reunión en el Congreso es la primera que mantienen Pablo Iglesias y Pedro Sánchez después de que el pasado 7 de mayo ambos mostrasen en la Moncloa su voluntad de llegar a un acuerdo estable para la legislatura, en el que ahora comenzarán a trabajar con equipos negociadores.

Porque por el momento no parece que Pedro Sánchez vaya a encontrar aliados en los partidos de la derecha: Albert Rivera dijo que lo lógico es que Pablo Iglesias llegue a acuerdos con sus “socios habituales”, los “populistas y nacionalistas”, y le trasladó al presidente en funciones lo que “ya sabe toda España”: que votará en contra de su investidura.

Aún faltan entre 10 y 20 días para sellar los pactos en las comunidades y solo cuatro para las corporaciones locales, pero el PSOE empieza a asumir que sus victorias en autonomías donde gobierna el PP desde hace décadas -hasta 32 en Castilla y León- no se traducirán en Ejecutivos de titularidad socialista. La rotundidad de algunas victorias llevó al partido de Pedro Sánchez a creer que Ciudadanos se avendría a pactar programas de centroizquierda pero Rivera ayer fue rotundo no solo con la investidura: “Ya no tenemos mucho de qué hablar”, zanjó.

El popular Pablo Casado consideró lógico que el acuerdo sea cuanto antes para que comience la acción legislativa y pidió al presidente en funciones que busque los apoyos que le faltan en los partidos regionalistas en lugar de mirar a los independentistas. Lastra respondió que los socialistas no quieren pactar con el separatismo catalán, pero, dijo, no solo se trata de voluntad política sino de aritmética, porque si los tres diputados que están en prisión preventiva renuncian a sus escaños sin ser relevados, la aritmética no sería posible. En cualquier caso, Casado, que garantizó apoyo en grandes pactos de Estado, se mostró convencido de que “la pelota está en los partidos de la izquierda”, pero que Sánchez será investido “si no en la primera vuelta... en la segunda”. - D.N.