Pamplona - Por primera vez desde la aprobación de la ley de estabilidad presupuestaria en 2012, Navarra cerró el ejercicio cumpliendo con todos los requisitos de estabilidad presupuestaria. Tras controlar el déficit y reducir la deuda en relación al PIB, durante 2018 el Ejecutivo foral también logro cuadrar el presupuesto con la regla de gasto. Un índice que limita la capacidad de incremento presupuestario a lo fijado por el Ministerio de Hacienda, con el que Estado trata de limitar que las comunidades no incrementen la inversión pública en momentos de bonanza, y destinen así los ingresos adicionales al pago de la deuda pública. El incumplimiento de la regla de gasto fue precisamente lo que el pasado año impidió al Ejecutivo foral destinar a inversiones financieramente sostenibles más de 100 millones del superávit. Finalmente, desde Madrid solo se autorizaron 35.

El Gobierno de Navarra confía en poder acometer este año algunos de los proyectos aplazados, aunque Mikel Aranburu optó ayer por la prudencia. “La situación es parecida. Como no tenemos presupuestos del Estado no sabemos todavía cuál será la regla de gasto, así que no podemos avanzar la cantidad”, lamentó Aranburu, que sin embargo avanzó que, probablemente, el margen de inversión extra será inferior al del pasado año. - I.F./A.V.