pamplona - Bakartxo Ruiz, portavoz de EH Bildu, arrancó su intervención igual que como lo hizo en 2011: reivindicando que el partido soberanista llegó a las instituciones para quedarse. No van a desaparecer, dijo. “Somos la primera fuerza municipalista, tenemos siete parlamentarios, estamos en todas las instituciones, en todos los sectores”. Entonces, mantener un veto que no ha existido en ocho años, excluir a un 15% del electorado y tratar de gobernar como si nada hubiera pasado, es imposible. “La política de exclusión va a caer por su propio peso”, reflexionó Ruiz en su turno de intervencióm. Siempre que el PSN quiera avanzar en la senda iniciada hace cuatro años y haya “diálogo sincero”, los socialistas podrán contar con ellos.

Tanto el turno de EH Bildu como las réplicas del PSN fueron una demostración de que hay margen para el acuerdo a pesar de partir de posiciones encontradas. Ruiz aprovechó para leer la cartilla al PSN, “instalado en la política ficción durante dos meses” y responsable de catapultar a la derecha al poder municipal, pero el discurso de los soberanistas no fue, ni mucho menos, destructivo. Al contrario: Ruiz dejó claro que ellos son una fuerza de izquierdas que estará en la oposición y no tiene ningún compromiso sobre un acuerdo programático al que no han sido llamados, pero apoyarán lo que vean bien. “Seremos contundentes cuando haga falta y constructivos cuando sea posible”, con la premisa de no dar ni un paso atrás en los avances del cambio. Chivite recogió el guante y, apelando a la normalidad de otras épocas, asumió que hay puntos de encuentro. “En Salud hemos coincidido, en muchísimas cosas de igualdad, en medio ambiente...”, enumeró. “Este Parlamento va a ser más protagonista que nunca, unas veces con unos y otras con otros, y muchas veces por unanimidad. Yo tengo que mirar a la ciudadanía”. La presidenta con 23 escaños se abre paso entre la secretaria general del PSN, aunque no sea hasta hoy cuando se oficialice su mutación definitiva. Ruiz empezó aclarando al PSN que “la humildad no se predica, sino que se practica”, y que “la soberbia, el sectarismo y la exclusión” deben ser las únicas líneas rojas de un partido. Tenían ganas de poder decirle a los socialistas cómo se sentían tras dos meses de cordón sanitario. “No nos lo han puesto fácil”, resumió. “Uno de cada cuatro militantes ha dicho que no, y el 75% restante tiene una desconfianza absoluta” que solo se soluciona de una manera: con hechos concretos. “A partir de hoy son muy conscientes de que cualquier iniciativa la van a tener que hablar y negociar. Y, si no lo hacen, no saldrán aprobadas”. En ese camino es donde encontrarán a EH Bildu, cuando “se avance en derechos sociales y no se retroceda ni un milímetro en el camino emprendido”. Ni en fiscalidad, que debe ponerse en el centro de las personas; ni en la reversión de recortes y la recuperación de servicios públicos de calidad; ni en el reconocimiento de todas las víctimas; ni en el desarrollo del autogobierno. “Usted va a tener una oposición de derechas, la de Navarra Suma, y una oposición de izquierdas, la de EH Bildu. Usted sabrá a dónde quiere mirar”.

chivite recoge el guante Chivite recogió el guante. Sorprendió su tono. “No hemos excluido, hemos tomado un posicionamiento político”, comenzó puntualizando. Con tranquilidad, sin la escenificación exagerada de otras veces, la líder socialista dijo que lo que ocurre entre el PSN y EH Bildu es que hay muchas diferencias en muchos ámbitos. En la forma de ver Navarra, en materia económica y fiscal, y por supuesto en memoria reciente, cuando Chivite aprovechó para recordar a EH Bildu que todavía tiene pasos pendientes, aludiendo a condenar explícitamente el terrorismo de ETA.

Pero así como hay diferencias, hay puntos de encuentro. Y será más facil verlos “cuando la normalidad vuelva al Parlamento”. “Le invito a hacer una oposición constructiva, que ya me ha dicho que es la que va a hacer y a que nos encontremos en un espacio de diálogo normalizado”, zanjó, antes de aclarar que “los socios preferentes -del PSN- son los firmantes del programa de gobierno”.

bronca municipal Sólo un tema rompió el clima de cordialidad y voluntad de llegar a acuerdos comunes: lo ocurrido en los ayuntamientos. Ruiz, que reivindicó que su formación es la que cumple la palabra dada, reprochó al PSN que otorgase varios consistorios a las derechas cuando pudo buscar alianzas alternativas. “Vaya a explicarlo a Huarte o a Sartaguda”, invitó Ruiz. Chivite, en su turno, respondió con el argumento que ya utilizó el PSN para justificarse en junio: podrían haber votado al PSN, y listo. La derecha no estaría en los ayuntamientos. A Bakartxo Ruiz le pareció de un cinismo atroz. “Hay que tener la jeta de cemento”, le repitió hasta en tres ocasiones. “A ver si están dispuestos, con esas palabras bonitas y de tanta humildad que utilizan, a dejar las alcaldías que ostentan por los apoyos de las derechas en manos de quien sí ha tenido un respaldo importante, a ver si hay hechos y no sólo palabras que se lleva el viento”. Y aprovechando que ya se le había salido la cadena, soltó: “Ya que estamos en la oposición, me permitirá de paso que critique ese monstruo de 13 cabezas que han diseñado -en referencia a las consejerías-, totalmente desproporcionado y que además nos va a salir por un ojo de la cara”.